Repsol, Banco Santander, CaixaBank, BBVA... Todas las compañías afectadas por el impuesto a los beneficios extraordinarios del Gobierno a bancos y energéticas se han mostrado contrarias a este tributo, por el impacto que tiene en sus cuentas. Algunas de estas compañías han amenazado con deslocalizar sus inversiones si no se revisa el marco fiscal, aduciendo que esos ingresos extraordinarios ya no existen y el citado gravamen lastra sus balances. Sin embargo, sus resultados récord -a pesar del impuesto- han permitido elevar el salario a las cúpulas directivas de las principales entidades bancarias y empresas energéticas de nuestro país.
Banco Santander obtuvo en 2023 el mayor beneficio de su historia. Son 11.000 millones de euros, un 15% más que en el año pasado. Es la primera vez que la entidad supera esa barrera. Y eso, pese a la “penalización” que ha considerado su presidenta, Ana Botín, que supone la implantación del impuesto a la banca que opera en España y que se prevé que perviva más allá de 2024. Una penalización que tampoco ha influido en su salario.
Te puede interesar: La gran banca presiona al Gobierno: detiene la compra de deuda pública tras el pacto con Sumar para hacer permanente el impuesto
Botín se ha consolidado durante el pasado ejercicio como la banquera mejor pagada de España. La presidenta del Banco Santander se sube el sueldo hasta los 12,2 millones de euros, es decir, un 4,3% más, lo que se traduce en un alza de medio millón de euros en el último año. Botín siempre se ha posicionado en contra de tope a los bonus de los banqueros, argumentando que “es un negocio en el que a uno se le debería compensar de manera variable”.
Por su parte, Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, percibió un total de 2,2 millones de euros el último año, lo que representa un aumento del 5,4% respecto al período anterior. Una considerable porción de esta cifra, más de 1,7 millones de euros, corresponde a su retribución fija. Este incremento en el salario del presidente de CaixaBank no pasó desapercibido, teniendo en cuenta que tras la fusión con Bankia, su sueldo se triplicó, lo cual había generado controversia, especialmente por las restricciones existentes que limitaban su remuneración a 500.000 euros anuales.
Los ajustes en las remuneraciones de estos altos ejecutivos contrastan con la postura adoptada por Carlos Torres del BBVA, quien decidió mantener su salario casi sin variación. Torres recibió una suma de 7,6 millones de euros, incluyendo pagos diferidos acumulados de otros años, lo que supone un leve incremento del 0,8% en comparación con el 2022.
Te puede interesar: Repsol vuelve a la carga contra el Gobierno: condiciona inversiones de hasta 6.800 millones en España por el impuesto a las energéticas
El descontento generado por estas decisiones salariales ha llevado a los sindicatos a la acción. Han convocado concentraciones y paros parciales en varias ciudades del país, y amenazan con llevar adelante una huelga de 24 horas el próximo 22 de marzo. Estas movilizaciones se gestan en un momento en el que los bancos españoles, incluidos Santander, BBVA y CaixaBank, han reportado ganancias récord, superando los 26.000 millones de euros en el año 2023, incluso tras afrontar el llamado “impuestazo” en España.
Se proyecta que, con los tipos de interés aún en niveles elevados -actualmente en el 4,5%, los máximos de los últimos 22 años-, las ganancias continúen en ascenso, anticipando más de 20.000 millones de euros en ingresos para Santander y BBVA en conjunto durante este ejercicio. Estas cifras pondrían a ambos grupos en la senda de batir récords históricos por tercer año consecutivo.
Iberdrola también premia a Galán
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, obtuvo una retribución total de 13,84 millones de euros en 2023, un 5,9 % más que en 2022, según el informe anual sobre remuneraciones publicado este viernes en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sánchez Galán cobró un salario de 6,47 millones, un 2 % más que el año anterior; de esa cantidad, 2,25 millones correspondían a su sueldo, 3,25 millones a la retribución variable y 567.000 euros a la remuneración como presidente del consejo de administración. A todo ello hay que añadir los 144.000 euros en dietas que recibió y 175.000 euros por otros conceptos.
Te puede interesar: Iberdrola bate su récord de beneficio al ganar 4.800 millones
Sánchez Galán también se sumaba a las tesis de la insoportable presión fiscal que soportan las empresas en España, con casi 40 tributos distintos, y ha asegurado que “no tiene ningún sentido” mantener el gravamen extraordinario del Gobierno sobre las ganancias de las energéticas. En una conferencia con analistas para presentar los resultados de 2023, Galán consideró que esta situación “no tiene comparación con nada de lo que hace el resto del mundo” y que España debería “estar totalmente en línea con el resto de los países europeos y con otras naciones de fuera de la Unión Europea, puesto que queremos hacer este país sea totalmente atractivo”.
Asimismo, recordó que este gravamen especial, que nació con la naturaleza de “temporal” para hacer frente a la crisis por la guerra de Ucrania y que el Gobierno del PSOE y Sumar ya anunció su intención de prolongarlo aunque suavizándolo incluyendo en los Presupuestos incentivos a la reinversión, ya está en los tribunales. “En todo caso, creo que es algo que no tiene ninguna lógica y es el único país donde seguimos manteniendo estos impuestos que se aplican a los ingresos, lo cual no tiene ningún sentido”, insistió. A este respecto, subrayó que en España existe una lista de casi 40 impuestos, 18 de ellos del Gobierno central y otros más de veinte por regiones, que “no hacen que la situación sea atractiva” para invertir.