La Dirección General de Tráfico (DGT) ha incrementado su armamento contra los excesos de velocidad en España, con más de 400 radares fijos distribuidos por todo el país, excluyendo a Cataluña y País Vasco, en un esfuerzo por reducir la siniestralidad en las carreteras. La presencia de estos dispositivos ha aumentado exponencialmente desde 2005, cuando apenas había 90 radares en funcionamiento. Este notable incremento en la vigilancia de la velocidad se refleja en una disminución progresiva de la siniestralidad vial en el país. Mientras que en 2004 se registraron 3.841 fallecidos en siniestros viales en vías interurbanas, en 2022 esta cifra se redujo a 1.273 víctimas mortales.
Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de la DGT, subraya la relación directa entre la velocidad excesiva y la gravedad de los accidentes. “Los controles fijos de velocidad y de velocidad media son muy eficaces para reducir los accidentes”, afirma Blanco. La DGT actualmente gestiona 355 radares en puntos fijos, que miden velocidades instantáneas, y 64 de tramo para velocidades medias. La mayoría de estos dispositivos emplean tecnología Doppler, mientras que el resto opera con tecnología láser. Todos los radares fijos son calibrados anualmente para garantizar su precisión.
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La elección de las ubicaciones de los radares obedece a estudios rigurosos de accidentalidad, dando prioridad a las carreteras convencionales. Los próximos años se intensificará el control de la velocidad con la instalación de 150 nuevos cinemómetros, siendo el 60% de éstos de tramo.
Radares móviles y drones
A los radares fijos y de tramo se suman 325 radares móviles operados por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que también se emplazan en puntos con alta accidentalidad. Ana Luz Jiménez, jefa provincial de Tráfico en Sevilla, destaca la importancia de utilizar eficientemente todos los recursos disponibles para evitar siniestros. Además, la Unidad de Medios Aéreos de la DGT cuenta con 11 helicópteros equipados con radares Pegasus, que en 2022 emitieron casi 20.000 propuestas de sanción por excesos de velocidad.
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La tecnología ha jugado un papel fundamental en la evolución del control de la velocidad, superando limitaciones anteriores y permitiendo la instalación de radares en ubicaciones estratégicas. Los nuevos equipos, alimentados por energía solar y con conectividad avanzada, junto con el desarrollo de cámaras y flashes más eficientes, han mejorado significativamente la vigilancia.
Cuando se detecta una infracción de velocidad, los datos del caso se envían de manera segura al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA), donde se filtran y validan antes de iniciar un expediente sancionador. Yolanda del Canto, directora del CTDA, asegura que se aplican criterios estrictos a las imágenes para garantizar la precisión de las sanciones. El radar de tramo, que calcula la velocidad media de los vehículos en ciertos segmentos de la carretera, representa otra herramienta efectiva en la lucha contra los excesos de velocidad.
En suma, la ampliación del sistema de radares y el avance tecnológico son fundamentales en la estrategia de la DGT para reducir la siniestralidad vial en España, promoviendo una conducción más segura y responsable.