Los expertos inmobiliarios consideran que 2024 es “un buen año” para comprar una vivienda porque las condiciones del mercado acompañan. Después de que 2023 cerrara con un incremento interanual de los precios del 8,1%, hasta colocar el coste del metro cuadrado en 2.042 euros, las previsiones apuntan a una desaceleración en la subida de precios para este año hasta situarse entre un 4% y un 6%, asegura Ferran Font, director de estudios de Pisos. com.
Por ello, recomienda a los que proyectan comprar una vivienda y consigan la financiación o tengan ahorros suficientes, “hacerlo ya”. A su juicio, “no deben dudar si encuentran lo que están buscando y entra dentro de su presupuesto porque esperar al año que viene pensando en que los precios pueden bajar supone un riesgo, ya que pueden subir y perder la oportunidad que ahora tienen sobre la mesa”.
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Y más teniendo en cuenta que hay capitales en las que los precios pueden incluso bajar, sobre todo en aquellos mercados menos tensionados en los que existe menor demanda y mayor oferta de viviendas. De hecho, en enero ya han bajado en Santa Cruz de Tenerife, un 2,7%, en Tarragona, un 1,7%, en Soria, un 1,4%, o en Zamora, un 0,9%.
También Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, prevé que en la actual situación de mercado, “se reactive parte de la demanda que permaneció en 2023 a la espera de unas bajadas de precio que no se produjeron, y que puede decidir comprar en 2024″.
Hipotecas más baratas
Junto al freno en la subida de precios, los futuros compradores cuentan este año con otra baza a su favor, la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de bajar a partir del verano los tipos de interés, que ahora tiene en el 4,5%, lo que va a abaratar las hipotecas, bajará el euríbor y, a su ritmo, las cuotas mensuales de los préstamos hipotecarios.
“Probablemente, este año se diferenciará en dos etapas, la de antes de que los tipos de interés bajen y la de después. Si las previsiones se confirman, volveremos a ver como el acceso a la vivienda mejora al rebajarse las condiciones de acceso al crédito hipotecario y como la demanda que se mantenía a la espera, volverá al mercado con fuerza”, prevé María Matos, directora de Estudios de Fotocasa.
La bajada del coste de la financiación de la vivienda ya se ha producido en los primeros meses del año después de que los bancos se declararan una ‘guerra de hipotecas’ y redujeran su precio como reclamo para atraer a nuevos clientes.
Esta contienda ha colocado el interés de las hipotecas a tipo fijo por debajo del 3%. Un interés muy atractivo si se tiene en cuenta que el tipo medio al que las entidades españolas concedieron créditos hipotecarios en enero fue del 4,026%, según datos del Banco de España.
Alquiler vs. compra
Otro factor que debe estimular la compra de vivienda este año es el precio del alquiler, que en opinión de Font, “continuará al alza”, sobre todo en las grandes capitales como Valencia, Barcelona o Madrid. En 2023, las rentas subieron de media en España más de un 10% y para este año se espera que la escalada sea mayor ante la escasa oferta de pisos en renta.
Si esa subida se compara con la del precio de la vivienda, a los ciudadanos les sale más a cuenta comprar que alquilar, siempre que puedan afrontar ese gasto: “Ahora es más conveniente comprar que vivir en renta, ya que las cuotas mensuales que tendríamos que pagar en caso de vivir de alquiler serían más altas que las que habría que asumir en el pago de una hipoteca”, señala Laura Martínez, experta en finanzas personales de iAhorro.
Ahora, pagar un alquiler supone casi el doble que devolver un préstamo hipotecario, indica la experta. En concreto los alquileres consumen un 43% del salario de los españoles, mientras que en las hipotecas este porcentaje es del 26%. Ello es debido, según el último Barómetro de Esfuerzo Financiero de iAhorro, a que el precio del alquiler rondó a finales de 2023 los 1.150 euros al mes de media, mientras que la cuota mensual de una hipoteca fue de unos 700 euros.
También Pedro Ruiz, portavoz de finanzas personales de Kelisto, estima que comprar sale mejor: “Si tenemos un proyecto vital ya establecido y contamos con los recursos para poder adquirir una vivienda, lo más conveniente desde el punto de vista económico es comprar”. Afirma que el dinero dedicado a pagar la renta se emplearía en la hipoteca y “al cabo del tiempo esa vivienda sería nuestra”.