Chenoa desvela qué concursante de ‘OT 2023′ la dejó fascinada con su sello vocal: “Flipé con su capacidad para componer”

Chenoa tuvo la oportunidad de volver a revivir su paso por Operación Triunfo 23 años después de haber dicho adiós al concurso de talentos. La cantante se puso al frente del formato emitido por Amazon Prime Video para informar gala a gala de cada detalle acontecido en el talent show. Era la primera vez que conducía un programa y, aunque los nervios estaban a flor de piel, poco a poco fue encontrando su lugar dentro del formato.

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“Pude comprender a los chavales, que era lo que más me importaba a mí de todo”, explica la intérprete de Todo irá bien a varios medios, entre los que estaba Infobae España. El hecho de haber vivido en sus propias carnes la experiencia le permitía entender a la perfección todas y cada una de las sensaciones de los concursantes, algo que, a su vez, le permitía estar más cercana con los participantes.

Tanto es así que en la última gala versionó Last Dance de Donna Summer junto a los finalistas, convirtiendo este momento en uno de los más emotivos de la noche. Su paso por la academia ha finalizado y, ahora, ha hecho un balance de cómo ha sido la experiencia para ella y sus planes futuros.

Pregunta: Chenoa, acaba la edición, uno de los proyectos profesionales más importantes que has afrontado. ¿Cómo lo has vivido realmente?

Respuesta: Con mucha responsabilidad, hasta el nivel de ponerme mala. Es un poco como cuando estás de exámenes, que dices ‘bueno, ya me queda poco’, y cuando vas llegando ‘me he puesto malo’. Claro, bajón de defensas. El nivel de responsabilidad por la parte emocional y por la parte profesional se combina muy bien aquí. Yo tenía que gestionar mucho el saber que estoy dirigiendo un barco y, además, aportando esa parte de humanidad tan necesaria. Noté como es comprender a los chavales, que era lo que más me importaba a mí de todo.

¿Cómo ha recibido lo que el público y la prensa decía de ti?

Pues bastante acorde. Es la primera vez que os ponéis de acuerdo, con lo cual os lo agradezco muchísimo. Y no solo lo digo yo, lo dice mi madre, que es la que más lee estas cosas.

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El hecho de que tanto la prensa como el público hable bien de usted, ¿le ha reconfortado?

El mayor premio que me podéis haber dado. O sea, por fin. Es que yo siempre soy la que me perdona, pero siempre es lo mismo en general. Yo en una alfombra dije que ya me causa bastante ansiedad. Ya está bien, no puede ser siempre lo mismo. Primero por evolución, que evidentemente, yo también me he equivocado y puedo haberlo hecho mal en algún momento, pero hasta cierto punto, yo he crecido ¿no? Y comprendo la flexibilidad. Trabajo ahora mismo en un medio donde tengo que estar mucho más en contacto con los medios de comunicación, porque yo soy uno de ellos, con lo cual puedo comprender y empatizar.

¿Hay algo que le gustaría mejorar o cambiar de cara a la próxima edición de ‘Operación Triunfo?

Sí, tendría que visualizar todo para ver qué puedo mejorar, pero hay cosas que no quitaría. No llevo telepronter, no hay publicidad. Es una hora y media, son 900 personas, repertorios, mecánicas y demás, pero yo sigo haciendo mis tarjetones. A mí escribir es una técnica de estudio que me va muy bien a la hora de memorizar. Y luego es verdad que cuando tengo fallos me da seguridad poder leer. Muchas veces lo hago por seguridad, pero sé lo que voy a decir, no lo necesito por una cuestión de despiste. Pero sí, hay cosas que me gustaría ir puliendo para hacerlo con más seguridad.

¿Y, por ejemplo, uno de esos cambios podría ser el ritmo de la gala, que quizás le obliga a ir con prisa?

Tiene que ser así realmente. Ahora, entre las redes sociales y demás, hay una manera de consumir cualquier tipo de contenido que es un poco estresante. Trabajas no con una frialdad, sino con un ritmo muy frenético donde yo estoy un poco a los mandos de todos los que estamos a cargo de este Godzilla que se llama OT. Y, claro, tengo que respetar, evidentemente, esos tiempos. Provoca también una conciliación familiar maravillosa, que es lo que más me han recalcado. Y es que a las 11:30 o 11:45 ya ha finalizado la gala y estás en la cama. Es un regalazo porque al final no deja de ser lunes y, oye, mañana hay que ir al cole o a trabajar. Entonces, ha producido que se pueda reunir la familia, que pueda cenar tranquilo y que lo veas. Y, hombre, si al final lo quieres degustar, pues también hay una post-gala.

¿Cómo ha vivido los enfrentamientos de Buika (jurado) con el público en plató?

Maravilloso. Yo soy muy fan, qué te voy a decir. A Buika la conozco desde que tengo 19 años, mucho antes de OT. Ella y yo trabajábamos en los circuitos de música mallorquina. Hacíamos soul y jazz, teníamos cada una banda, ella tocaba un día y yo tocaba el otro. Entonces, nos conocemos desde muy jóvenes, nos conocemos bien. Por eso es hermana. Evidentemente, yo tengo esa confianza de decirle que es un Grinch y cosas por el etilo, porque sé que se la trae al pairo más que a mí. ¡Qué recuerdos! Creo que es tremenda.

¿Qué recuerdos ha revivido más intensamente volviendo a la academia?

La sensación de incomprensión, pero no tanta porque yo creo que hay ahora una flexibilidad bastante potente. A pesar del hate que han hablado en redes sociales, que es verdad que existe, pero nada que ver con el aluvión de ‘no te metas con’. Es decir, es de doble dirección, tanto el que se mete, como el aluvión de ‘cuidado, qué estás haciendo’. Eso también me ha gustado, cosa que nos hacía falta a nosotros. 2001, claro, 2024 ahora...

¿Cómo han recibido sus compañeros de OT el hecho de que usted haya presentado el programa?

“Casi todos han estado diciéndome qué bien, se te ve bien, cómoda. Me hizo ilusión. Roberto me mandó un ramo de flores a la gala 0 y en la última gala me ha vuelto a escribir ‘Te vamos a estar viendo mi niña, te como la cara’. Yo lo hago con tanto cariño y lo hago con mucho respeto, aprendiendo y demás. No voy de sabiondilla en un ambiente donde sé que hay grandes profesionales con los que yo he crecido, con los que yo he mirado y con los que he aprendido. Ellos están encantados, al final es un formato que nos ha parido a todos en el 2001”.

Fuera de lo que es el programa, has dejado caer que Chiara era tu favorita…

No quería es influenciar. No es que fuera mi favorita, es que me fascinaba el sello vocal que tiene Chiara. Además, tiene un mundo interior que es muy divertido porque es muy personal y me fascina porque la va a proteger mucho de muchas cosas. Encima, tiene una capacidad para componer, que yo no sé cómo lo veía. Decía ' me he hecho tres temas en tres horas’. Yo flipaba. Pero es esa poca soberbia de decir ‘lo he hecho porque bueno, me encantan las clases de composición’ con una naturalidad... Que es normal para ella, que no es capaz de ver que eso no es lo normal. Para ella es natural y eso a mí me fascina.

¿Consideras que OT, con la propia evolución, ayuda más a los concursantes a proyectar el artista que quieren ser una vez salgan? ¿En la edición en la que estuvo, lo notaron?

Éramos muy diferentes, éramos otra cosa. Aparte había más escuela de intérprete, no éramos tan compositores. Éramos más de buscar un sello personal como intérpretes. Es decir, no de copiar y hacer un karaoke, sino de buscar giros y cosas. Ellos no, ellos tienen más la idea de ‘me gusta, pero le daría un toque aquí'. Son más creativos en la base de la música. Son más 3.0. Con estos chavales vais a flipar. Ojalá se graben un tema conmigo.

¿Qué reto tiene en mente ahora? ¿En qué formato le gustaría verse?

A mí todo lo que son charlas personales y humanas, siempre me han gustado. No sé si a nivel presentadora, pero me gusta hablar con la gente. Soy muy buena escuchante y eso a veces escasea. Yo voy a estar haciendo todo lo que me provoque trabajo porque eso es lo que más me gusta y lo que más me apasiona. Estoy metida en Tu cara me suena, en El Desafío, haciendo dos programas de radio, ahora voy a sacar single nuevo... Todo eso no se puede hacer si tu no tiene sun Leitmotiv que se llame pasión por lo que estás haciendo. Es absolutamente inviable hacer algo que no te gusta. Yo tengo algo muy claro: yo no vendo mi vida, simplemente hago lo que me gusta. Nadie me va a decir que soy cantante, o que soy tal, o que soy cuál. Cuatro. Odio esas clasificaciones porque no te dejan vivir con la flexibilidad de probar cosas nuevas.