El sistema nacional de salud español presenta datos preocupantes. Desde 2020, con la irrupción de la pandemia de coronavirus, las listas de espera han engordado y se han dejado sin atender un total de nueve millones de consultas de Atención Primaria y dos millones de cirugías que tendrían que haberse realizado hasta 2022. Dos años negros para ser paciente.
Las listas de espera preocupan, no solo por su número o por los tiempos de espera, sino porque la proporción respecto a la actividad realizada es cada vez mayor, aseguran las conclusiones que arrojan los datos, recabados por el Proyecto Venturi para el Círculo de la Sanidad a partir de los datos oficiales de listas de espera que publica semestralmente el Ministerio de Sanidad.
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El cálculo global realizado se formula gracias a incorporar a las estadísticas oficiales el diferencial acumulado de entradas y salidas de las listas de espera (pacientes sin atender). “Gran parte de ese diferencial queda al margen de las estadísticas del Ministerio de Sanidad por diferentes motivos: por ser pacientes transitoriamente no programables, por rechazo del centro alternativo, o porque están en espera de especialidades que no se analizan en el informe”, aseguran desde el Círculo de la Sanidad.
“El problema de las listas de espera es mucho mayor de lo que los datos reflejan, porque además crecen por encima de la actividad, y son el reflejo de la incapacidad del sistema sanitario público, por sí solo, para dar respuesta a tiempo a las necesidades asistenciales de la población”, explican.
En junio de 2023, unos 819.964 pacientes esperaban una intervención quirúrgica no urgente, 115.000 más que antes de la pandemia, aunque con un tiempo de espera ligeramente inferior (con una media de 112 días, tres días menos que en junio de 2019). En esa fecha entraban además en la lista de espera quirúrgica 1,5 millones de personas (cifra récord del periodo estudiado) y salían de ella 1,25 millones, dejando un diferencial de 250.000 pacientes sin contabilizar solo en ese periodo.
La saturación de la Atención Primaria
Por otra parte, la actividad de las consultas sucesivas cada vez ocupa más recursos y capacidad asistencial, en detrimento de las primeras consultas, frenando diagnósticos y prescripción de cirugías. En 2022 se realizaron 62,50 millones de consultas sucesivas, en progresivo aumento desde que se tienen registros, frente a 24,64 millones de primeras consultas, todavía por debajo de los 26 millones que se realizaban en 2019, antes de la pandemia.
A esta circunstancia, hay que añadirle el incremento del censo de población general, el afloramiento de cerca de un millón de tarjetas sanitarias desde 2020, el progresivo envejecimiento de la población y un volumen de más de 20 millones de pacientes crónicos, que someten cada vez más presión en todos los procesos asistenciales.
Los últimos datos del CIS eran negativos, ya que según la última encuesta publicada, el 69,8% de quienes intentaron acudir a su centro de salud afirma que tuvo que esperar más de un día desde que pidió la cita hasta que fue atendido en consulta porque “no había cita antes”, concretamente la media de demora fue de 9,12 días para ser vistos en consulta, cifra superior a los 8,8 días de 2022.