El rey Mohamed VI recibe este miércoles en audiencia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita oficial a Rabat, han confirmado fuentes gubernamentales. Sánchez ha viajado a la capital marroquí precisamente a invitación del monarca alauí, que además ha puesto a su disposición durante su estancia de unas horas el palacio de huéspedes.
El presidente mantiene primero una reunión con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, con quien repasará las relaciones bilaterales y los avances en la implementación de la hoja de ruta. A continuación, ambos mantendrán un almuerzo que ofrece en honor de Sánchez el monarca, que no estará presente. Será después, en algún momento de la tarde, cuando Mohamed VI reciba en audiencia a Sánchez en el palacio real.
Cabe recordar que el monarca no pudo recibir al presidente durante la Reunión de Alto Nivel de febrero de 2023 por encontrarse fuera de Marruecos pero entonces le invitó a visitarle próximamente. Esta visita es resultado de esa invitación.
Sánchez ha partido tras asistir a la sesión de control al Gobierno en el Congreso, despegando de la base aérea de Torrejón para emprender su viaje a la capital marroquí y acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien el pasado mes de diciembre se trasladó también a Rabat para reunirse con el jefe de la diplomacia de Marruecos, Naser Burita.
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Buena relación
La etapa actual en la relación bilateral es considerada excelente por ambas partes, se selló en la cumbre de alto nivel del año pasado y se encauzó previamente en la reunión de Sánchez con el rey de Marruecos en abril de 2022, tras la carta que el presidente del Gobierno envió a Mohamed VI en la que consideraba que la propuesta de autonomía presentada en 2007 por su país ante el conflicto del Sáhara era la base “más seria, creíble y realista” para resolver el problema.
Una posición que permitió superar la última crisis entre ambos países, motivada por la hospitalización en España y bajo identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y que fue respondida por Marruecos con una llegada masiva de migrantes irregulares a España sin que las fuerzas de seguridad de este país hicieran nada por evitarlo.
El cambio de posición de España sobre el Sáhara provocó una crisis diplomática a su vez con Argelia que, en vías de reconducirse, incluía un viaje a este país de Albares la pasada semana pero que se suspendió en el último momento aduciendo “motivos de agenda argelina”.
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La cuestión migratoria estará presente en las conversaciones de Sánchez en Rabat dada la importancia de la colaboración con Marruecos en la lucha contra la migración irregular y en un momento en el que España sufre una nueva oleada de cayucos aunque en su mayoría proceden de Mauritania (país al que viajó recientemente Sánchez junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen) y no de las costas marroquíes.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se reunió en enero con su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, en Rabat e hizo hincapié en la intensa cooperación en migración y terrorismo, que se materializó en 14 operaciones conjuntas antiterroristas el año pasado.
Pendiente está la apertura de las aduanas comerciales en Ceuta y Melilla después de que fuera acordada por ambos países en la declaración firmada en abril de 2022, y esa será otra cuestión presente en el viaje de Sánchez junto a las relaciones de la UE con Marruecos y asuntos de política internacional como el conflicto entre Israel y Hamás y la situación que se está viviendo en Gaza.
Se pretende también fortalecer aún más las relaciones económicas y comerciales y las inversiones. En ese contexto, el ministro delegado marroquí de Inversión, Mohcine Jazouli, llamó este mes a intensificar las inversiones españolas en su país y subrayó que hay seis años para reforzar la cooperación bilateral en proyectos de infraestructuras antes del Mundial de fútbol 2030, que organizarán España, Marruecos y Portugal.
(Información elaborada por EFE)