En el número 13 de la calle Génova cunde una peligrosa euforia. Los resultados en Galicia han tardado en aterrizar en Madrid, y el PP puede correr el riesgo de pagar por una celebración trasnochada que les aboque a una falsa sensación de seguridad. Así lo piensan algunos barones del PP, mientras la Dirección Nacional de su partido se regodea de que los 40 escaños que les han dado una quinta mayoría absoluta en Galicia implican un cambio de ciclo. Es decir, que esta victoria podría ser la primera de las tres que consiga el PP este año 2024.
Feijóo ve un posible efecto contagio que traiga mayorías porque, según esgrimió delante de la cúpula del partido, los gallegos han sido los primeros españoles que se han pronunciado sobre las negociaciones de Pedro Sánchez con los independentistas y sobre la amnistía. Es decir, parte de esa mayoría absoluta en Galicia la lee en clave nacional. De hecho, aprovechó ese tirón en el Comité de Dirección en Génova para apuntalar su liderazgo al frente del partido. “Si querían un plebiscito sobre mi liderazgo, ahí tienen el resultado”, lanzó sin tapujos delante de casi todos sus barones autonómicos.
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En esa reunión también se pronunció —a puerta cerrada— el que será candidato del PP para las próximas elecciones vascas, Javier de Andrés, además de Alfonso Rueda, Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno, Fernando López Miras, María Guardiola, Paco Núñez, (el vicepresidente de Canarias) Manuel Domínguez y el presidente del PP de Navarra, Javier García. Como secretaria general del partido, Cuca Gamarra tomó la palabra para felicitar a Rueda y para ensalzar las cinco mayorías en Galicia como un “hito político” que “afianza” la fortaleza del PP, según trasladan fuentes de la Dirección Nacional.
Pero Gamarra también habló de Galicia como la “primera victoria” en este ciclo electoral, que seguirá con las elecciones en el País Vasco y los comicios europeos del 9 de junio. Y es que la idiosincrasia del PP gallego poco tiene que ver con la del vasco y con la del europeo. De hecho, en la última Junta Directiva en Génova que se celebró en el mes de enero, Feijóo ya fijó los tres objetivos a batir: revalidar la Xunta, ser decisivo en Euskadi y ganar las europeas. Ser decisivo no es lo mismo que una victoria, y ahí es donde algunos barones piden prudencia.
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El “contraproducente” cambio de ciclo
“Es contraproducente” anticipar un cambio de ciclo, además de “prematuro”, señala un presidente autonómico, que cree que generar un clima de ansiedad no es una buena idea cuando la siguiente cita electoral es en Euskadi. Además, ve en Sánchez un adversario “indolente”, con el que no solo vale doblarle un poco el brazo en las urnas. Por separado, varios dirigentes autonómicos coinciden en diferenciar el escenario vasco del gallego, porque en Euskadi la victoria es ganar peso, no las elecciones.
Un tercer barón también tiene claro que no hay que caer en que existe ese cambio de ciclo electoral, lo que puede acabar en una derrota por el hecho de haber alejado la línea de meta. “Vamos avanzando en el cambio de ciclo. Hay que luchar por él”, expone. Los hay que le dan una vuelta a esta lectura alegando que el cambio se produjo el 28-M. De hecho, fue el propio Feijóo el que fijó en ese momento su comienzo. “Se produjo el 28-M, continuó en las generales y en las gallegas se ha vuelto a comprobar, y lo volveremos a ver en las europeas”, señala otro presidente popular, avanzando en una línea electoral en la que no menciona las elecciones vascas. Y es que la mayoría son conscientes de que la victoria aún queda lejos para los populares, por lo que ponerla sobre la mesa no es una buena estrategia. Los más optimistas no descartan el “contagio” de las gallegas, es el caso de una presidenta del PP que, con todo, sostiene que Euskadi aún hay que mejorar mucho.