Asturias destaca por su vasto patrimonio natural que atrae a viajeros de todos los rincones. Con una diversidad de paisajes que van desde frondosos bosques hasta playas vírgenes y cascadas de ensueño, este destino emerge como uno de los favoritos para aquellos que buscan una experiencia rural inigualable en nuestro país.
La singularidad de Asturias reside en su capacidad para ofrecer, en un mismo territorio, una gama de entornos naturales que cautivan a sus visitantes. Los bosques asturianos, con su densa vegetación, invitan a perderse entre sus senderos, los cuales son testigos del paso del tiempo y guardan historias de antaño. Por otra parte, las playas de la región, con su arena fina y aguas cristalinas, ofrecen un refugio perfecto para los amantes del mar y la tranquilidad.
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No menos impresionantes son sus cascadas, que con sus caídas de agua espectaculares, constituyen uno de los atractivos naturales más fotogénicos de la región. Sitios como la cascada de Aguasalíu son ejemplos claros de la majestuosidad que estos parajes naturales pueden alcanzar, creando escenarios que parecen sacados de un cuento de hadas. Su acceso es de lo más sencillo, pues se puede llegar en coche, además, se ubica en un entorno natural inmejorable: el Parque Natural de Ponga.
80 metros de altura
Con alrededor de 80 metros de altura, la cascada de Aguasaliu deja con la boca abierta al viajero. A pesar de su exuberante belleza, es un fenómeno natural no muy conocido en Asturias. Para llegar hasta él no hace falta seguir ninguna ruta ni sendero, pues se accede en coche sin ningún tipo de problema. Así, se convierte en una para imprescindible si se pasa por la carretera que te conduce al Puerto del Pontón (la N-625).
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El vehículo se puede estacionar cerca de Puente Vidosa, una casona de piedra transformada en hotel, situado en el desfiladero de los Beyos, en el Parque Natural de Ponga, y muy próxima a la cascada. Este establecimiento se enclava en una zona ideal para hacer senderismo, ciclismo, pesca, piragüismo y otras muchas actividades al aire libre.
Si se desea visitar la cascada se debe tener en cuenta que es ideal para contemplar en cualquier época del año. No obstante, durante los meses de primavera y otoño su majestuosidad aumenta. Esto es gracias a que con las lluvias, su caudal aumenta, ofreciendo un espectáculo visual y sonoro todavía mayor. Además, durante estos meses las temperaturas suelen ser más suaves, siendo una para perfecta si se visita la región.
Cómo llegar
Oviedo se encuentra a casi 100 kilómetros del salto de agua. Así, el viaje desde la capital asturiana es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por la vía N-634. Por su parte, desde la bella localidad de Llanes el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 5 minutos por las vías A-8 y N-625.