La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) está analizando cuatro denuncias relacionadas con el tratamiento de datos por parte de la empresa Worldcoin. La compañía ofrece a los ciudadanos reconocimientos del iris para obtener información de ellos a cambio de criptomonedas. Los cuatro partes proceden de la Comunidad de Madrid y de Cataluña, comunidades en las que ha implantado centros de operaciones, y en estos momentos están “en fase de análisis”.
Worldcoin es una empresa fundada en 2019 por Sam Altmann, consejero delegado de OpenAI, la matriz de ChatGPT. Su objetivo es crear una red financiera y de identidad global basada en “pruebas de personalidad”, declaró su fundador en un comunicado. Worldcoin ofrece a los ciudadanos escanear su iris y ceder sus datos biométricos a cambio una criptomoneda (WLD) que se recibe “simplemente por ser humano”.
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Esta oferta ha sido especialmente atractiva para los adolescentes, como han denunciado varios usuarios en redes sociales, pues la edad de consentimiento para el uso de datos personales es a partir de los 16 años. Actualmente, Worldcoin está siendo investigada también por la autoridad alemana de supervisión financiera BaFin por ofrecer servicios financieros en Alemania sin tener los permisos necesarios, según informó EFE. La compañía también tiene abiertas investigaciones en Kenia (donde se ordenó la suspensión de sus actividades), Argentina y Francia.
Riesgos de la cesión de datos: “Estamos dando información de carácter personal y extremadamente sensible”
La Federación de Consumidores y Usuarios CECU ya alertó a los ciudadanos hace unos meses de los riesgos de ceder nuestros datos biométricos. Según explican, la elección del escaneo de iris no es casual porque tiene con escaso error estadístico (un error por cada 100 billones de escaneos).
Worlcoin promete en su política de privacidad que “los usuarios no tienen que proveer información personal para registrarse. Ni correos, números de teléfono, perfiles sociales o nombres. Todo es opcional”. Y aclara que “ninguno de los datos recolectados, incluidas las imágenes que toma el Orb, han sido o serán vendidas”. Sin embargo, CECU ha advertido de que al ceder los datos biométricos “ya estamos dando información de carácter personal y extremadamente sensible”. “Se trata de datos únicos”, insisten en un comunicado, lo que los convierte en extremadamente peligrosos. “Si los datos biométricos son robados o suplantados no podemos cambiarlos (...). No podemos, en principio, cambiar nuestros rasgos faciales o nuestro iris”.
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CECU advirtió de que la cesión de esos datos podría ser utilizada de forma inadecuada, y de que el escaneo del iris podría exponer a las personas a un mayor riesgo de seguimiento y vigilancia. ”Al tratarse de información única de cada individuo, podría permitir la identificación de las personas sin su consentimiento”.
*Con información de EFE