La ermita en medio de una isla en el mar a la que solo se puede acceder con la marea baja

Este templo esconde una leyenda y se incrusta muy cerca de una de las playas más emblemáticas de Galicia

Guardar
Ermita da Virxe do Porto,
Ermita da Virxe do Porto, en A Coruña (Shutterstock),

En la parroquia de San Vicente de Meirás, muy cerca de la bonita playa de Frouxeira, también conocida como Valdoviño, se levanta sobre un pequeño islote una de las ermitas más singulares de Galicia. Su acompañante más fiel es el mar, el cual permite el paso tan solo cuando se encuentra la marea baja, descubriendo un pequeño edificio pintado en su mayoría de blanco y que mira con atención la costa de A Coruña.

Estamos hablando de la ermita de Nosa Señora do Porto, Virxe do Porto o Nosa Señora do Mar, una pequeña capilla que desafía las tempestades y temporales oceánicos. Además, se enclava en un entorno que alberga un alto valor paisajístico y natural, pues desde la capilla se pueden observar unas bonitas vistas de los acantilados y de Punta Frouxeira.

Te puede interesar: El pequeño pueblo de Asturias al que solo se accede cruzando un puente colgante desde Galicia

Una capilla y su leyenda

Ermita da Virxe do Porto,
Ermita da Virxe do Porto, en A Coruña (Shutterstock),

Como no podía ser de otra forma, la ermita de Virxe do Porto alberga detrás una leyenda. Esta hace referencia a su creación, pues según cuenta la historia, unos marineros rescataron una imagen de la Virgen que hallaron flotando en el mar y decidieron trasladarla a tierra firme para su protección. Sin embargo, al día siguiente, esta imagen fue encontrada una vez más en las aguas, lo que llevó a los marinos a tomar una decisión significativa: la construcción de una capilla sobre la roca, con el propósito de salvaguardar a la Virxe do Porto.

Así, cada 11 de julio tiene lugar una romería en su honor en la que se saca a la Virgen en procesión. Esta Virgen cuenta con una gran devoción, no solo en Valdoviño, sino en toda la comarca. Así, más allá de ser un punto de devoción, la ermita se encuentra en una ubicación privilegiada que atrae a visitantes por sus paisajes naturales y atractivos cercanos. Situada en un entorno que permite contemplar el faro de Punta Frouxeira, la capilla se halla además próximo a una de las playas más emblemáticas de Galicia: A Frouxeira.

Te puede interesar: Uno de los pueblos abandonados más impresionantes de España: tiene un castillo del siglo XV y está a una hora de Madrid

Esta playa es conocida no solo por su indiscutible belleza, sino por sus grandes dimensiones. Los días en que el clima es favorable, es común observar a personas disfrutando de un paseo a lo largo de su extenso litoral de tres kilómetros, compartiendo la orilla con surfistas que, pese a las frías temperaturas del mar, se aventuran a cabalgar sus olas.

Una naturaleza envidiable

Ermita da Virxe do Porto,
Ermita da Virxe do Porto, en A Coruña (Shutterstock),

Por si fuera poco, aparte de la playa, la ermita se incrusta a escasos metros del Espacio Natural Laguna y Arenal de Valdoviño, también conocido como la laguna de la Frouxeira. Se trata de un espacio natural protegido que cuenta con casi dos kilómetros de largo y 500 metros de ancho. Este conjunto está formado por la mencionada playa, la cual está separada de la laguna por una gran duna, y las marismas.

La laguna, donde se unen las aguas de los arroyos del Vilar y Castro antes de desembocar en el mar, representa un ecosistema de notable importancia ecológica debido a la diversidad de flora y fauna que alberga. Así, este espacio natural, que raramente supera el metro y medio de profundidad, a excepción de zonas específicas como el Pozo do Cura, destaca por su singularidad ambiental y la riqueza biológica que incluye.

Cómo llegar

Desde A Coruña, el viaje es de alrededor de 1 hora por la carretera AP-9. Por su parte, desde Cedeira el trayecto tiene una duración estimada de 30 minutos por la vía AC-566. El coche se puede dejar estacionado en el parking cercano a la ermita y así emprenden un pequeño sendero hasta ella.

La isla habitada desde hace 5.000 años con senderos entre acantilados.
Guardar