Lejos de ser un mito, para Juan Clavero la figura del “señorito” sigue muy viva en Andalucía, aunque ahora encarnada en esos grandes inversores extranjeros que adquieren grandes extensiones de monte con el objetivo de aumentar su rentabilidad. “Son grandes propietarios que han asumido esa misma mentalidad feudal y creen ser dueños de todo”, asegura este histórico activista andaluz perteneciente a Ecologistas en Acción. Solo así se explica, añade, que en 2017 fuera víctima de una trama urdida por varios empleados de una finca privada para vincularle con el tráfico y consumo de cocaína. Casi 7 años después, aún sigue esperando justicia.
Los hechos se remontan al 26 de agosto de 2017, cuando Ecologistas en Acción convocó una marcha reivindicativa en defensa de los caminos públicos y vías pecuarias en el Parque Natural Sierra de Grazalema, Cádiz. Tras la concentración, una persona pidió a Clavero que le acercara a un lugar con su coche y, antes de bajarse y con la excusa de que había perdido sus gafas, supuestamente le dejó una bolsa con 47 gramos de cocaína bajo un asiento para que fuera acusado de narcotráfico.
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Después, una persona anónima llamó a la Guardia Civil para informar de que el activista tenía droga en el interior del vehículo, por lo que los agentes le pararon y le detuvieron en la localidad de El Bosque. “Montaron este tinglado para machacarme, aunque gracias a la colaboración ciudadana se pudo desmontar rápidamente”, explica el ecologista a Infobae España, que aún sigue recordando la noche que pasó en el calabozo como una de las peores experiencias de su vida. Varios testigos presenciaron cómo los acusados tramaban un plan en un bar del pueblo y, además, las cámaras de seguridad de un banco filmaron cómo uno de ellos llamaba desde una cabina para realizar la falsa denuncia.
Desde un primer momento, según señala Ecologistas en Acción, las sospechas se dirigieron a algunos responsables de la sociedad Breña del Agua Investments S.L., que pertenece al empresario inmobiliario belga Marnix Galle, el mayor propietario de fincas en el parque natural de Grazalema, donde ha cerrado caminos públicos y vías pecuarias.
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“Afortunadamente en muy poquitos días se aclaró el tema y el juez archivó el caso enseguida, pero fueron días muy duros para mí y para mi familia”, dice indignado al otro lado del teléfono. Una vez que Clavero fue puesto en libertad, el juez imputó como presuntos autores de urdir el complot a tres trabajadores de la mencionada empresa y a un cuarto hombre, “el infiltrado que se subió al coche para dejar la droga”.
Una justicia “muy lenta”
El problema, asegura Clavero, es que lleva esperando seis años y medio a la celebración del juicio y, aunque su inicio estaba previsto este miércoles pasado, quedó aplazado debido al fallecimiento de uno de los abogados de los acusados. Ahora, como mínimo, hasta después del verano no se reanudará.
El activista, no obstante, está tranquilo porque al fin y al cabo “esto no va contra él, sino contra ellos” y ahora solo espera que a los acusados se les condene y que al menos esta pesadilla “sirva como aviso para navegantes” y no vuelva a ocurrir. “Han intentado destrozar mi vida y la de mi familia y, si les hubiera salido bien la jugada, habría sido tremendo, porque esta gente podría ir chuleando por ahí amenazando a más personas como si fueran la mafia”, sostiene, aunque cree que después de lo sucedido ya no se volverán a atrever.
“Marnix Galle ni siquiera ha pedido disculpas”
La Fiscalía solicita para los cuatro acusados como responsables de un delito de denuncia falsa penas de un año y medio de cárcel, así como una multa de 12.000 euros y una indemnización solidaria de 20.000 euros a Clavero en concepto de daños morales con la responsabilidad civil subsidiaria a Breña del Agua Investments S.L. Por su parte, tanto Clavero como Ecologistas en Acción solicitan que se aumenten las penas por denuncia falsa a dos años de prisión, por el agravante de alevosía, y que la multa ascienda a 14.400 euros.
El histórico activista no tiene duda de que este ha sido “un intento de machacar a los ecologistas y a la organización”, si bien él se ha llevado la peor parte por “ser el representante de Ecologistas en Acción en el Parque Natural de Grazalema, por haber puesto denuncias contra esa empresa” y haber organizado marchas reivindicativas para la recuperación de caminos públicos y vías pecuarias.
Clavero deja claro que fue el administrador de la empresa “quien montó todo esto”, aunque también lamenta el silencio del propio Marnix Galle, quien “nunca le ha pedido disculpas”. “Los grandes inversores llegan aquí con la idea de hacer lo que les dé la gana porque creen que la ley es suya y siguen montando cacerías con políticos y empresarios, asumiendo esa mentalidad feudal de los señoritos”, insiste, al tiempo que critica la inacción de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Grazalema al no impedir que este empresario belga cierre caminos públicos “a su antojo”, impidiendo así el tránsito de los ciudadanos.