El 25 de abril de 2022, Paula Badosa se convertía en número dos de la WTA. Alcanzaba así el culmen de su carrera deportiva, que prometía grandes cosas de un tiempo a esa parte: primer título señalado en el circuito femenino en Belgrado, cuartos de final de Roland Garros 2021 y de los Juegos Olímpicos de Tokio, victoria en Indian Wells 2021 y Sídney 2022… Sin embargo, todo se torció a partir de ese punto álgido, sin que la tenista española haya sabido descifrar aún, a día de hoy, el motivo.
Lo único que está claro es que, las lesiones y los problemas físicos, que ya se alargan casi dos años, han colmado la paciencia de la jugadora catalana que ha roto a llorar en su banquillo tras retirarse en su debut en el WTA1000 de Dubai. En los últimos puntos del primer set -que perdió ante la número 181 del ranking mundial-. Badosa se echó la mano a la cadera izquierda, dejando entrever que algo no iba bien. Rompió a llorar mientras fue atendida por el fisio y, tras hablar con el médico, abandonó definitivamente. Su mirada, perdida en el horizonte, se inundó de lágrimas al recordar viejos fantasmas.
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En Dubai, como en Tailandia
Lo sucedido en Dubai, desgraciadamente, no es novedoso para Badosa. Tras medio 2023 sin poder competir, la española estaba recuperando sensaciones de forma evidente y los problemas físicos parecían cosa del pasado para ella. Nada más lejos de la realidad, en los octavos de final del WTA 250 de Hua Hin (Tailandia), sumó una retirada más a su historial repleto de ellas en la época reciente. Cuando iba un set abajo contra la rusa Diana Shnaider (6-2) e intentaba reponerse en el segundo parcial (mandaba 3-4), ha tenido que abandonar. De forma oficial, y confirmándose la peor noticia posible, por la espalda.
Mismo problema que, presumiblemente, le ha impedido continuar su participación en Dubai. El último capítulo de un sinfín de problemas físicos que han mermado su nivel. Actualmente en el puesto 74 del mundo, encadena 32 retiradas a lo largo de su carrera y lleva sin encadenar cinco partidos seguidos jugando desde la tierra batida de Roma, en mayo de 2023. Para encontrar su último título, hay que remontarse al principio de la temporada 2022 con su victoria en Sydney.
Medio año sin competir
“Jugué -en Adelaida- a un nivel alto y yo me sentí competitiva. Lo que pasa es que a las dos horas de partido mi físico se agotó y no me quedaba tanta energía. El dolor en la espalda se me fue apenas hace un mes. A partir de entonces, he estado haciendo entrenamientos de máxima intensidad con jugadoras que no han parado de jugar. A mí me va a costar coger el ritmo competitivo, pero ojalá llegue aquí”. Aquel fue su primer encuentro disputado en más de medio año.
No pudo afrontar ni un solo encuentro más el año pasado, cuando llegó a ser más noticia por su relación sentimental con otro tenista reconocido, el griego Stefanos Tsitsipas, que por su concurso deportivo. “He estado siete meses en un sofá, todo necesita su tiempo. Sé que es un proceso que llevará su tiempo, pero me siento preparada”, valoraba antes de debutar en Melbourne, con la estadounidense Taylor Townsend (73 del ranking) como rival.