Lewandowski apaga otro incendio y da al Barcelona un agónico triunfo sobre el Celta

El polaco transforma, a la segunda, un penalti cometido por Fran Beltrán sobre Lamine Yamal en el tiempo de prolongación. Los de Benítez vuelven a dejar escapar puntos en los instantes finales

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Soccer Football - LaLiga - Celta Vigo v FC Barcelona - Estadio de Balaidos, Vigo, Spain - February 17, 2024 FC Barcelona's Robert Lewandowski celebrates scoring their first goal with Vitor Roque REUTERS/Miguel Vidal

Lewandowski prolonga el carnaval vistiéndose de bombero y sofoca a tiempo, repetición del penalti en el tiempo añadido mediante, el incendio prendido por el Celta. Valga un tópico para explicar la situación actual del Barcelona: vence, pero no convence. Sigue sin estar, aunque se le espera, porque en cuatro días visita Nápoles. Mientras, este domingo en el feudo de un Celta que lucha por evitar el descenso, los de Xavi Hernández tuvieron que tirar de épica para lograr una victoria agónica. Un penalti cometido por Fran Beltrán sobre Lamine Yamal, el mejor del partido, lo transformó Lewandowski a la segunda -se repitió por estar Guaita adelantado- para sumar tres puntos que mantienen con vida a los de Xavi Hernández pero que, de cara a la Champions, no disipa las dudas.

Vigo está de celebración por el centenario del Celta, aunque la amenaza del descenso siga muy viva. El ambiente en Balaídos para recibir al Barça fue espectacular. C. Tangana ha sabido crear un himno que llega a lo más hondo del corazón de los celtiñas, orgullosos de su tierra. Pero este Barcelona no está para muchas fiestas. Las oportunidades escasearon en el primer tiempo. No obstante, Lewandowski llegó a tiempo para rematar dos jugadas de Yamal -el jugador barcelonista diferencial- combinadas con Vitor Roque, la apuesta del Xavi. El regreso de Iago Aspas al equipo titular fue la gran novedad del Celta, aunque sorprenda y es posible que deban leer la frase dos veces para asimilar que el atacante llevaba dos jornadas iniciando desde el banquillo.

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Aspas inicia el incendio

Benítez recurrió a él en un momento muy delicado para su Celta y el de Moaña, habituado a la suplencia a sus 36 años, volvió a demostrar que tiene tomada la medida al Barcelona en general y a Ter Stegen en particular. El alemán ha encajado 10 tantos suyos. Marcó el atacante gallego de rebote y, sin embargo, perdió el Celta, que solo había cedido en uno de los últimos nueve encuentros contra el Barcelona, que es el equipo más goleado de las mejores ligas de Europa. El partido se jugaba en jornada de reflexión para el censo electoral gallego, pero en estado de excitación para los dos equipos. Por una parte, el Celta vivía en Balaídos un referéndum en torno a la figura de Rafa Benítez.

Lewandowski celebra su gol de
Lewandowski celebra su gol de penalti (EFE).

En el Barcelona, Xavi, pensando en el partido del miércoles ante el Nápoles, tan importante a nivel deportivo como económico, reservó a Gündogan, que lleva muchos minutos facturados esta temporada, y colocó a Vitor Roque de titular. El brasileño fue un huracán de desmarques, carreras y búsquedas de un espacio exterior que no existía. Todo coraje. Todo sin mucho sentido. También, pensando en Nápoles, Xavi se guardó de inicio a Íñigo Martínez, para seguir dando carrete a Cubarsí. Nada que oponer si no fuera que el cambio de la operación suponía que Koundé siguiera en el once titular. Errático y lento, desvió el disparo de Aspas que acabó significando el empate del Celta.

Lewandowski apaga el incendio

Fue una jugada fantástica: un ataque por la banda derecha adornado con dos taconazos de Larsen y Mingueza, y un lanzamiento final de Iago Aspas que desvió Koundé hacia su portería. Ese temprano empate sorprendió al Barcelona. Xavi Hernández refrescó el equipo con Gündogan y Raphinha. Pero no logró el efecto que deseaba, sino que se encontró con un escenario inesperado. El Celta creció. Adelantó su línea de presión, pero faltó pegada y algo de ambición ante un rival hecho un flan cada vez que veía a los celestes pasar del centro del campo. Pero, cuando no podía haber más destino que el empate, Lamine Yamal fue en busca de una pelota que Fran Beltrán trató de despejar al bulto. El penalti fue absurdo, pero claro.

Lo detuvo Guaita. Pero, para culminar el esperpento, se tuvo que repetir el lanzamiento porque el meta se había adelantado. A la segunda no falló Lewandowski, que volvió a ejecutar con una paradinha al límite de la legalidad. Una victoria tan agónica como necesitada para los de Xavi, porque el resultado les permite permanecer en la zona Champions camino de Nápoles. Aunque la inercia de LaLiga difícilmente valdrá para sobrevivir en Europa.

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