El reloj marcaba las nueve de la mañana cuando varios luchadores hacían cola en el hotel oficial de la UFC para enfrentarse a un poderoso enemigo: la báscula. Alexander Volkanovski tenía la pole. Se subió y paró la aguja en 144,5 libras -65,5 kilos- 300 gramos inferior al límite permitido. Tras él fue el turno de Ilia Topuria, quien detuvo la balanza exactamente en el mismo punto que su rival y rompió a aplaudir mientras era jaleado por su familia y staff técnico. La validez de ambos pesos convergen en un mismo significado: ya no hay ningún obstáculo para pelear. Los rostros de ambos luchadores, más finos y marcados que durante la rueda de prensa de días anterior, reflejaba los esfuerzos realizados para conseguir dejar K.O. a la báscula.
“Es el mejor recorte de peso de mi carrera”, llegó a reconocer un Ilia Topuria que ha introducido dos novedosos métodos en su preparación. Por un lado, acudía en ayunas a la máquina de crioterapia y, por otro, una sauna equipada con bicicletas estáticas sobre las que realiza sesiones guiadas y, al acabar, culmina con media hora de jacuzzi para volver progresivamente a una temperatura corporal normal. Las horas previas al combate están marcadas en primer lugar por un descenso drástico de peso antes del pesaje y posteriormente un aumento vertiginoso de los kilos para llegar a punto al combate. “En la última semana empezamos la deshidratación. No como carbohidratos ni fibra, llevo un balance medido con los doctores y los médicos”, explica Topuria en una entrevista en Cope.
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“Uno se juega la vida”
“65,7 kilos es el peso que tengo que dar el día del pesaje, pero al día siguiente me subo al octógono con 77 o 78 kilos”. Una planificación medida al milímetro, o mejor dicho, al gramo. “Hay dos fases. La primera consiste en una pérdida de grasa y luego el recorte de peso en sí. ¿Cómo se hace ese proceso? ¿De dónde se pierde peso? Lo primero en perder es grasa. Medio kilo o un kilo aproximadamente en los últimos diez días, nada significativo comparado con lo demás. Para perder peso realmente hay que realizar un vaciado de glucógeno. En el músculo se almacenan unos 500 gramos de glucógeno muscular que deben reducirse a cero mediante una dieta baja en hidratos y entrenamientos de alta intensidad”, comienza explicando Yeray Moja, preparador físico y nutricionista en deportes de combate.
Yeray, quien se encuentra en Los Ángeles arropando a Topuria, continúa detallando las operaciones matemáticas llevadas a cabo para perder entre ocho y diez kilos en una semana. “Cada gramo de glucógeno retiene tres de agua, por lo tanto, medio kilo de glucógeno contiene entre un kilo y kilo y medio de agua que se perderían con el recorte de hidratos. Otra parte de donde se pierde peso es del intestino. Reducir la cantidad de fibra y vaciar el estómago ayuda a perder entre medio y un kilo. A eso hay que añadir un controlado recorte calórico que puede llegar a dejar por el camino hasta otro kilo”, detalla Yeray.
Tras ello, es turno del proceso que mayor peso permite perder: la deshidratación. “Durante la semana previa al pesaje se consume una cantidad de agua muy por encima de lo habitual, hablo de entre siete u ocho litros diarios durante cuatro o cinco días hasta cortar la ingesta 24 horas antes del pesaje y el cuerpo reacciona expulsando toda la cantidad ingerida más la retención existente. Y para facilitar esa pérdida de agua y una mejor sudoración, se elimina la sal. También se implementan métodos de sudoración extrema con sauna y baños. En las últimas horas se pierden entre tres y cuatro kilos”.
Riesgos
La planificación, por medida al milímetro que se haga, no está exenta de riesgos físicos. “Ya de por sí un recorte de peso conlleva peligro porque se lleva el cuerpo al límite. No te cuento encima se hace sin cabeza y sin supervisión. Todo luchador y persona que lo haga debe estar acompañado por un profesional porque uno se juega la vida. Hay incluso peleadores que han muerto”. Un mal recorte de peso puede desembocar en problemas cerebrales durante el combate. “Muchos K.O. se producen por eso, por un mal proceso de pérdida”, asegura Yeray.
“Para que se entienda hago una comparación. Imagina un huevo dentro de un vaso con agua. Por mucho que se agite, el huevo nunca se va a romper, pero si se elimina el líquido y queda sólo el vaso y huevo, es más fácil que se rompa. Algo similar ocurre con el cerebro y el cráneo. Es importante conocerlo porque es un peligro. El agua dota de protección a los órganos”. Con perspectiva de corto plazo, una pérdida de peso muy agresiva puede provocar problemas renales, golpes de calor y riesgo cardiovascular, ya que el corazón debe trabajar con un estrés muy superior al habitual.
Buena recuperación, clave
Y tan importante es cumplir a rajatabla para alcanzar el peso adecuado, como hacerlo posteriormente al combate con la báscula. De ello dependerá en gran medida el rendimiento sobre el octógono. “Desde el pesaje pasarán 30 horas hasta la pela. En las primeras horas posteriores sólo se ingieren alimentos líquidos. Hay que recuperar unos dos o tres litros en el cuerpo antes de comer sólido. La recarga tiene que ser bastante progresiva porque de lo contrario lo más seguro es que el peleador enferme y sufra vómitos. Así que básicamente los ocho o diez kilos que ha perdido la última semana los recupera en las siguientes 30 horas”.
Yeray insiste en la peligrosidad de este proceso y el asesoramiento profesional si se va a realizar. “Esto no es una pérdida de grasa, es un proceso que hay que hacer con cuidado porque puede costarle la vida, te puedes quedar en el sitio. También puede suceder que el cuerpo colapse, lo entienda como una amenaza, se proteja y no rompas a sudar. Es una planificación debe ser apoyada por un profesional o alguien que sepa mucho, pero no hablo un profesional de verlo en YouTube. Los peleadores que cuentan con un equipo médico detrás ya lo pasan mal, alguien que lo haga por su cuenta puede morir ahí”. La cuenta atrás ya afronta sus últimas horas. El deporte español en general e Ilia Topuria en particular se enfrentan a uno de los grandes acontecimientos de su historia reciente. El primer asalto, ante la báscula, ya lo ha ganado. Resta el definitorio contra Volkanovski, último obstáculo por el cinturón.