A las 20.00 horas de la tarde de este viernes, un grupo de unas diez personas en total ha intentado encerrarse en el centro de salud de Abrantes, en el madrileño barrio de Carabanchel, para protestar por la falta de medios y personal que sufre esta clínica de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. El plan era pasar todo el fin de semana encerrados para protestar por la actual calidad del servicio, deficitaria y con escasez de profesionales sanitarios, pero una unidad policial ha impedido el paso al grupo, que sin violencia mediante, ha terminado por desechar el plan.
La acción ha sido organizada por la asamblea popular de Carabanchel y esperan que sirva como forma de visibilizar que el centro, que tiene un radio de población para atender de unas 30.000 personas, durante muchas tardes se queda sin médicos de familia ni pediatras. “No hay médico ni pediatra de turno de tarde, pero mandan una docena de guardias de seguridad para evitar que entremos al centro de salud”, denunciaban tras el fallido intento de encierro.
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Los vecinos denunciaban la precariedad del centro de salud. “A nivel de enfermería, debería haber unos 13 trabajadores en cada turno, pero ahora hay nueve por la mañana y cinco por la tarde”, denuncia Luis, un vecino del barrio, a Infobae, unas horas antes de participar en el encierro. Durante los últimos meses, ha tenido muchos problemas para tener cita con su médica de cabecera. “Fui el martes a pedir cita y me dieron para marzo, es algo que ya me ha pasado en diciembre y en enero, está todo cubierto”, denuncia el hombre, totalmente acatarrado y sin opción de ser atendido.
blockquote class="twitter-tweet">⛔IMPIDEN LA ENTRADA DE VECINAS Y VECINOS al Centro de Salud⛔.
— Asamblea Carabanchel (@asamcarabanchel) February 16, 2024
No hay médico ni pediatra🤬 de turno de tarde pero mandan una docena de guardias de seguridad para evitar que entremos al centro de salud. Esta es la LIBERTAD d la q hablaban.
Esto es lo q les importa nuestra salud pic.twitter.com/KoZ4jEiLbu
Los vecinos organizados alertan de problemas estructurales y reiterados en el centro de salud de Abrantes. Jorge, otro de los participantes en el encierro, ofrece datos preocupantes del centro: “Tendría que tener 17 médicos de familia, pero tiene en torno a un 40%. Hay días que tiene cinco, otros ocho... últimamente no hay ninguno por la tarde y ahora tampoco hay pediatras en ese turno”, sostiene.
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Durante varios meses, denuncian los vecinos, el centro de salud no era capaz de asumir más citas de los médicos de cabecera. Muchos ciudadanos acudían a reservar un encuentro con sus médicos y mediante llamada telefónica o la aplicación móvil eran incapaces de obtener una. El volumen de citas, totalmente repleto, impedía dar más fechas disponibles, aseguran los vecinos. Sobre este asunto, la Consejería de Sanidad reconoce complicaciones y dice a este medio que “sigue buscando profesionales médicos que quieran ocupar las plazas libres del turno de tarde” y “medidas que compensen la dificultad de cobertura de turnos, especialmente con la tarde, y conseguir fidelizar a los profesionales”.
Sin citas disponibles en Carabanchel
“El centro de Abrantes dispone desde el pasado mes de octubre de agenda de absorción de la demanda que permite disponer de consultas de medicina adicionales en caso de que el médico de familia exceda en su cupo de atención máxima a 34 pacientes, y el pediatra de 24″, explican fuentes del gobierno de la Comunidad de Madrid. Las propias limitaciones impuestas para los sanitarios se deben saltar para atender más flujo de pacientes, pero el alto nivel de atención fue la cuestión por la que los médicos se manifestaron durante semanas hace ahora dos años.
Marta Carmona, diputada de Más Madrid y portavoz de Sanidad en la Asamblea, asegura que este centro de salud es “ejemplo paradigmático de la gestión pasiva y desconsiderada hacia la salud de la población que hace el gobierno del PP”. “La situación de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid es extremadamente irregular, tenemos centros con todo su personal a pleno rendimiento que funcionan casi como antes de la pandemia (saturados, pero pudiendo atender a los pacientes razonablemente bien) y centros en los que ha ido faltando personal, sobrecargando a los pocos que quedaban hasta generar un agujero negro donde los pocos profesionales que quedan apenas consiguen atender lo muy urgente y los pacientes crónicos, frágiles y complejos simplemente aprenden a no ir al médico”, explica la psiquiatra y política.