Hablan las víctimas de las residencias de mayores tras la confesión de Ayuso: “Mataron a mi padre de forma indigna”

“Verla tan grande en la tele me ha removido todo por dentro. Es insoportable escuchar ese tipo de cosas”, dice Carmen al teléfono, que ha vuelto a revivir la muerte de su madre en mayo de 2020. Este jueves no ha sido un día cualquiera para muchas familias. Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea de la Comunidad de Madrid, ha reconocido cuatro años después que, como se denuncia desde hace tiempo, la Comunidad de Madrid optó por no hospitalizar a las personas mayores de las residencias que se contagiaran por covid-19. Esta orden fue negada sistemáticamente por el Gobierno, pero las últimas actas desveladas por la Cadena SER han terminado por destapar la estrategia sanitaria de Ayuso durante la pandemia.

“Mucha gente mayor cuando iba a los hospitales también fallecía. No se iban a salvar”. Con esas palabras, Ayuso zanjaba la muerte de más de 8.000 personas, según los cálculos realizados por diferentes investigaciones, de gente que murió sin atención sanitaria. La mortalidad en las residencias de mayores de la Comunidad fue diez veces superior a la de Canarias, Andalucía o Galicia.

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“Es tan tremendo. ¿Qué sabes tú si iban a morir igual? Muchos fueron a hospitales y se salvaron, y mejor morir en un hospital sin asfixiarte y pudiendo despedirte”, explica Carmen, de la plataforma Marea de Residencias. Ella fue una de tantas hijas que vio a sus padres perecer en las residencias. Tras las palabras de Ayuso, la mujer recuerda que no pedían milagros ante una pandemia inesperada y mundial, pero sí exigían los tratamientos mínimos. Muchos de los fallecidos murieron sin cuidados paliativos y los testimonios de trabajadores recuerdan cómo los ancianos morían de asfixia entre un gran sufrimiento. Esa también es la reparación por la que piden justicia las familias.

Esas mismas explicaciones son las que pide Mercedes, que vio cómo su padre moría sin ayuda médica ni sanitaria. La mujer ha pasado un mal día tras las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid: “Si la hubiera tenido delante, no sé si hubiera sido capaz de comportarme. Hablar con ese desprecio ha dolido mucho. No he sido capaz de hablar con ningún compañero. Todos estamos mal y hoy estoy jodida. Vamos a seguir en el lado bueno de la historia. Que todo el mundo sepa y que sus votantes se sientan avergonzados”, sostiene con la voz quebrantada.

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Las familias de los muertos no han dejado de pedir verdad, justicia y reparación para todos esos casos de personas mayores que murieron sin atención médica. “Decían que todo era mentira, pero ahora se ha confirmado y no eres Dios para decir quién muere y quién no”, denuncia Mercedes. Que había unos protocolos que vetaban la presencia de personas mayores de las residencias en los hospitales es algo que durante años se ha peleado para demostrar. El ejemplo de Carmen es uno de los más claros y sirvió de testimonio en los juicios populares que se llevaron a cabo hace unos meses. Su madre empeoró gravemente al no tener atención en su residencia y fue entonces cuando se hicieron llamadas para intentar forzar a su traslado en ambulancia. “La pregunta que hicieron era si caminaba o no, si podía valerse por sí misma. Ese fue el filtro para saber si iba la ambulancia o no, no dependía su estado de salud ni del avance de la enfermedad”, revela una vez más.

Las organizaciones tienen pendiente la publicación de un informe realizado por la Comisión Ciudadana, que analiza de forma pormenorizada todo lo ocurrido, con el fin de que se juzgue tanto a Ayuso como a la Comunidad de Madrid. “A mi padre lo mataron de forma indigna”, sentencia Mercedes tras revivir todos aquellos momentos de 2020.

Entre otros intentos de visibilización, las plataformas enviaron un escrito a Pedro Sánchez que, por ahora, no ha obtenido respuesta, pero ya tienen pensada la reacción: “El próximo 22 de febrero nos vamos y nos pondremos frente al Congreso de los Diputados para que nos escuchen y decirle al presidente que queremos una respuesta. Han pasado cuatro años, pero no nos cansamos de pedir responsabilidades”, relatan las familias.

No ha sido un día cualquiera para muchas familias, pero tampoco un día muy diferente. “Lo revivo constantemente”, reconoce Carmen, que tampoco quiere olvidar lo que pasó. “Es necesario que recordemos, que lo revivamos. Revivo mi propia pena y el dolor se amortigua, pero nunca se va. Revives el dolor cuando escuchas a esta gentuza hablando de esta manera, pero seremos moscas cojoneras”. Y Carmen cuelga y mantiene su lucha.