“Dame una o dos semanas y estoy preparado”, señala Jaycee Carroll (Laramie, Wyoming, Estados Unidos, 1983) al otro lado del teléfono. Una de las grandes leyendas recientes del Real Madrid de baloncesto no tiene reparos en asegurar que le costaría entre poco y ningún esfuerzo descolgar la camiseta. “Siempre hay un sitio para Jaycee Carroll en una plantilla. Siempre hay un hueco. Y si no, yo soy capaz de adaptarme. Para hacer algo para ayudar al equipo. Así que ojalá me hubiesen llamado hace una semana para volver”, confiesa. No duda ni un ápice cuando se le cuestiona por un hipotético regreso a las canchas. Aunque pueda parecer utópico: “Para la Copa del Rey y los playoffs, claro que volvería”.
Sobre todo, si hablamos del torneo del KO baloncestístico, que desde este jueves celebra, en Málaga, la que ya es la tercera edición sin uno de sus héroes modernos. Es así porque Carroll (en el Top 10 histórico de anotación y partidos disputados en Copa) tiene tantos títulos coperos, seis, como los dos jugadores más laureados que competirán en tierras andaluzas. Precisamente, compañeros suyos no hace tanto: Rudy Fernández (el primero de sus entorchados lo logró con el Joventut de Badalona) y Sergio Llull. Junto a ellos y a otros mitos de la canasta blanca como Pablo Laso, Felipe Reyes y Sergio Rodríguez, el estadounidense dio forma a un álbum de recuerdos pleno de gloria en la Copa.
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Podría decirse que uno de los extranjeros más sobresalientes que ha conocido el madridismo cuando del aro se trata vivió un auténtico idilio con esta competición. Fue así incluso antes de llegar a la capital española. “Me ha dado todas las oportunidades en el mundo europeo. Empezando por la primera, que disputé con Gran Canaria en 2011. Jugamos contra el Real Madrid en cuartos y tuve un partido muy bueno. Yo creo que cambió mi vida y trayectoria deportiva en España. Metí 30 puntos y aquello me dio la oportunidad de ir al Madrid”, recuerda Carroll para Infobae España.
En 2012, una vez incorporado a las filas blancas, estrenó su palmarés en la Copa. Un hito señalado para el club, como el escolta recalca al instante: “No habíamos ganado la Copa del Rey en 19 años”. Al contrario de lo que puede parecer con la perspectiva que otorga el tiempo, la que sería su final con mayúsculas, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, no empezó con buen pie. “Tenía muchos nervios para jugar ese partido. No sabía si iba a meter ni una canasta. ¡Y en la primera parte no metí ni una!”, apunta. Pero todo cambió, dando forma a uno de sus mejores encuentros con el Madrid: “De repente, salí del banquillo en el último cuarto y metí 22 puntos en casi 19 minutos”.
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Cuatro Copas consecutivas
Ganar entonces, en su primer año en el equipo y también de la era Laso, a un Barça “que tenía muchísimo talento” (Xavi Pascual estaba a los mandos) abrió la veda para todos los éxitos que vinieron después en el Madrid. Muchos tuvieron la Copa como marco inmejorable, con una suma de cuatro trofeos consecutivos (2014, 2015, 2016 y 2017) evidentemente memorable.
La serie se inauguró hace una década, como ahora, en territorio malagueño. Cuando aconteció la jugada más icónica que se ha visto, hasta la fecha, en este evento. “El Barça iba uno arriba. Yo estaba en el banquillo con un esguince. Una penetración del Chacho y un pase a Sergi, que metió el triple para ganar. Qué alegría me dio. Había unos jugadores en el Barcelona… Tenía muchas ganas de ganarles”, echa la vista atrás Carroll sobre el tiro por excelencia de la carrera de Llull, junto al que le dio la Euroliga al conjunto merengue el pasado mayo.
No puede evitar la ilusión al repasar aquellas citas triunfales. Exigentes y gratificantes a partes iguales. “Ese era nuestro campeonato. Nosotros habíamos aprendido cómo había que jugar tres partidos seguidos. Prestando mucha atención a poder cambiar esquemas dependiendo del rival. Pero no era fácil. No era fácil para nada”, asevera. Sabe bien de lo que habla, porque el camino no estuvo exento de dificultades ni siquiera en un 2015 en el que se ganaría todo.
blockquote class="twitter-tweet" data-media-max-width="560">Las palabras de Jaycee Carroll a la afición del Real Madrid
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"Estoy eternamente agradecido por el tiempo que estuve aquí".#PlayoffLigaEndesa#ListosParaRomperla pic.twitter.com/TqE4lk3jTV
“No estábamos bien. Nos costó ganar partidos en diciembre. Había rumores de que iban a echar a Pablo Laso, de que iban a hacer cambios. Nosotros seguimos trabajando y creyendo. Llegamos a esa Copa y ganamos. Después, vino la Euroliga. Esa Copa del Rey nos dio mucha confianza para acabar la temporada”, valora Carroll. En 2016, tuvo que hacer de tripas corazón al tener enfrente, en el duelo definitivo, al que había sido ‘su’ Granca: “Fue una pelea increíble. Yo estaba muy cansado. Después del partido, Rudy Fernández estaba lesionado en el banquillo. Tuvimos que superar muchas cosas. Gustavo Ayón jugó muy bien (MVP). Yo jugué y cumplí bien con mi papel (13 puntos)”.
2017 pasó a la posteridad por el famoso campo atrás de Llull en cuartos. “Recuerdo la fe que teníamos para superar cualquier cosa que pasara. Con el grupo que teníamos, habíamos aprendido a ganar. Nos costó algunas temporadas entendernos y crecer juntos. Pero pensábamos que podíamos ganar cualquier partido”, destaca Carroll sobre esa Copa, en la que la igualdad estuvo a la orden del día de principio a fin. En 2020, cerraría su ciclo victorioso. En Málaga, de nuevo, y con una gran actuación individual. Sobreponiéndose, además, a un mal momento.
“Esta temporada fue muy dura para mí. Había muchas cosas personales que tuvimos que superar. Metí 20 puntos en la final. Empecé bien. Metiendo algunos triples, una penetración… Pero ese partido, mentalmente, me costó mucho. Sin embargo, hice el esfuerzo y acabamos ganando. Recuerdo que metí 20 puntos porque ese era mi número y mi mujer había comentado ‘20 puntos para el número 20′. Pensé que esa iba a ser mi última Copa del Rey”, se sincera. Aún sería de la partida en la de 2021.
La espina clavada de la Copa más polémica
“Yo les digo a todos mis amigos y a la gente de aquí a la que le gusta el baloncesto que tienen que comprar un billete a España para presenciar la Copa del Rey. La afición, los ocho equipos reunidos para un fin de semana de baloncesto, todos los scouts de la NBA… Es que es un fin de semana increíble para el baloncesto”, sentencia Carroll.
Siempre nostálgico con la atmósfera que se respira en la Copa, hay una, entre aquellas que no consiguió levantar, que aún le enerva lo suyo: la de 2019. Inolvidable por un tapón a Ante Tomic declarado ilegal en los últimos segundos de la prórroga y que acabó significando la derrota del Madrid ante el eterno rival azulgrana. En, y puede que esto sea lo más doloroso, el WiZink Center. Carroll no escatima en dureza a la hora de comentar el episodio: “Me duele mucho que no ganamos la Copa en Madrid. El árbitro se equivocó. Ese tiro de Tomic no debería haber contado. Pero bueno, son cosas que pasan”.
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Durante su conversación con este periódico, Carroll no puede evitar ahondar en la decepción que le supuso perder ese día. “Se ve claramente por la repetición que se ha equivocado. Es como que eso ni ayudó. Duele, porque hicimos todo lo posible por ganar. Si el tiro de Tomic no hubiese contado, yo metí los tiros para ganar el partido. Metí un 2+1 para ponernos arriba. Así que nos quitaron esta Copa”, opina. Para añadir después: “Tenía familia ahí para celebrarlo. Hubiera ganado siete Copas en diez años, que es increíble”.
blockquote class="twitter-tweet" data-media-max-width="560">Revive unos últimos minutos de AUTÉNTICA LOCURA.
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¡Qué final de la #CopaACB! pic.twitter.com/7bv86hRrOi
Tampoco está nada mal, él mismo lo atestigua, ser hexacampeón. “No veo que no ganen esta Copa”, afirma sobre el actual Madrid, que está “volando otra vez”. “Parece imparable. Creo que los otros equipos todavía están intentando encontrarse. Tavares defendiendo y haciendo mates, Campazzo, Chacho, Poirier, los tiradores… Tienen un equipo muy completo”, expone un Carroll al que le queda poco para reencontrarse con el Madrid.
Él mismo nos lo anuncia: “Voy a estar en Madrid el 4 de marzo para ver algunos partidos”. Quién sabe si no tocará felicitar a viejos amigos, en el caso de que consigan hacerse con la Copa. Es su deseo, aunque puede que haya más oportunidades para celebrar gestas, si es que llegan, juntos. Carroll, por si acaso, insiste: “Voy a España en marzo, abril y julio”. Ni siquiera se olvida de nuestro país en su nueva vida, marcada por el trabajo campestre en el rancho que posee en Utah: “Llegaron algunas vacas españolas. Las rubias gallegas ya están en mi casa”.
El que fuera excelso triplista se ha sumergido, por otro lado, en el mundo de las inversiones, como asesor financiero. “Estoy ayudando a jugadores de todos los deportes y a hombres de negocios a hacer crecer su dinero a través de los mercados y la bolsa”, señala. Separarse del todo de la que fue su profesión le es imposible. Al igual que dejar de proclamar su devoción por lo español, como hace antes de colgar: “Tengo amor por España, un cariño muy especial para los años que pasé allí”. El sentimiento, nunca ha podido decirse lo contrario, es mutuo.