El atractivo del bitcoin está ganando terreno y cada vez son más los que invierten en él en un escenario de mercado marcado por la bajada de tipos de interés prevista para este año por el Banco Central Europeo (BCE) y por la Reserva Federal de Estados Unidos. Y es que a tipos de interés más bajos aumenta la atracción por los activos de riesgo, y las criptomonedas lo son.
El hambre de bitcoin le llevó a cotizar esta semana por encima de los 50.000 dólares, una cifra que no veía desde diciembre de 2021, impulsado por la aprobación por parte de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) de los ETF en bitcoins. No obstante, la criptomoneda fue retrocediendo hasta cotizar el miércoles sobre los 48.241 dólares debido a la gran volatilidad de las ‘criptos’ que las hace un activo de mucho riesgo.
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“El bitcoin se ha visto impulsado por varios factores durante las últimas semanas, el más importante ha sido la aprobación en Estados Unidos de los ETF basados en esta moneda, lo que ha supuesto una alternativa para muchos inversores. En las primeras semanas, estos ETFs han captado cerca de 10.000 millones y se espera que puedan acercar la inversión a muchos inversores que eran reacios a abrir cuentas con intermediarios especializados en criptomonedas después de los últimos escándalos”, señala Joaquín Robles, analista de XTB.
Con esta nueva escalada, el bitcoin ha triplicado su valor desde principios de 2023, remontando desde la caída del 64% que sufrió en 2022, aunque todavía cotiza por debajo de su máximo histórico de noviembre de 2021 cuando alcanzó los 69.000 dólares.
Demasiado ‘peligroso’ para los minoristas
Tanta volatilidad convierte al bitcoin en un activo de mucho riesgo no recomendado para pequeños inversores, sobre todo si no conocen su funcionamiento. “El principal problema que tienen los pequeños inversores con el bitcoin es que, al igual que otras criptomonedas, es un activo complicado de entender y complejo para operar, por lo que hay que tener cuidado con él”, advierte Antonio Castelo, analista de iBroker.
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También Joaquín Robles considera que es un “activo de riesgo”, por lo que los inversores minoristas deben analizar sus particularidades antes de invertir en él. Además, “es todavía difícil de valorar y cotiza en base a expectativas, lo que, en ocasiones, provoca una mayor volatilidad que los activos de riesgo tradicionales”.
Un medio de pago reducido
Para conseguir que el bitcoin gane músculo en la economía global y aumente su cotización, Castelo cree que más que aprobarse instrumentos como los ETF en bitcoin, sería necesario que las empresas y los consumidores lo adopten como medio de pago generalizado, que las empresas emitan bonos o acciones en criptodivisas y que, en definitiva, “se haga más fácil de usar, ya que no deja de ser una moneda con la que se pueden comprar cosas y realizar pagos”.
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Por el momento, los productos y servicios que se pueden comprar con bitcoin son limitados, pero van a más. Entre los sectores que en mayor medida han adoptado esta forma de pago son el tecnológico y el informático, donde empresas como Microsoft, Dell y Apple, se han sumado a este modelo a través de sus plataformas digitales.
El sector de los videojuegos es otro de los más avanzados, no sólo permite adquirir con la ‘cripto’ los videojuegos en sí, sino intercambiar personajes, comprar objetos, personajes o trofeos. “Una de las plataformas más conocidas por cobrar en bitcoins es G2A, la tienda digital de venta de códigos más importante del mundo”, indica Ana Martín del Campo, profesora de la escuela de negocios IEBS.
También el sector turístico lo ha adoptado y cada vez son más las agencias de viajes y los hoteles que lo aceptan. La plataforma de viajes Destina fue la pionera en permitir a los consumidores pagar en bitcoin y tras su éxito, otras como Expedia comenzaron hacerlo a través de un acuerdo con Coinbase. También aerolíneas como Air Lituanica, Surf Air o Norwegian han visto en esta forma de pago una innovación para su política de pagos.
Otra de las opciones es comprar tarjetas regalo con bitcoins. Hay plataformas que permiten el intercambio de criptodivisas en Netflix o Airbnb. La más conocida es Bitrefill donde se pueden comprar tarjetas de Amazon, Zalando, Carrefour, Ikea y otros establecimientos con sede en España.
Las ONG han visto en las criptomonedas una forma de obtener ingresos de los donantes, entre ellas Save the Children que permite donaciones en bitcoins, a través de Bitpay. También en los sectores de restauración y hostelería empieza a calar poco a poco. Un ejemplo es la cadena de comida rápida Subway, que ya permite el pago con bitcoin en algunos de sus locales.
Porches y Rolex al alcance del bitcoin
Los concesionarios de automóviles de lujo ya se han apuntado a esta forma de pago y existen plataformas como Crypto Emporium donde se pueden comprar desde coches de alta gama como Ferrari, Lamborghini o Porsche a otros más modestos de Ford, Citroën, Dacia o Toyota.
Igual ocurre con las grandes firmas de moda como Gucci, Fendi, Versace, Burberry o Alexander McQueen cuyas prendas pueden adquirirse en tiendas on line que aceptan bitcoins como Crypto Emporium, que también vende complementos como relojes de lujo de las marcas Rolex y Audemars Piguet.
Uno de los sectores en que las transacciones con criptomonedas ganan terreno es el inmobiliario. Comprar una vivienda con bitcoins en España es posible, y aunque todavía no es una práctica muy extendida, cada vez más ciudadanos optan por ella. España es el país con más inmuebles del mundo disponibles para comprar con ‘cripto’, sobre todo en zonas turísticas entre las que destaca Marbella, según recoge un estudio de Forex Suggets. En marzo de 2023 había cerca de 300 inmuebles distribuidos por todo el territorio nacional.