Las encuestas para las elecciones gallegas son cada vez menos claras, pero todas coinciden en señalar la “subida histórica” del BNG. Los populares se han volcado en las últimas horas para intentar revalidar la absoluta y mantenerse en la Xunta de Galicia, llegando incluso a comparar la candidatura de los nacionalistas —encabezada por Ana Pontón—, con el independentismo catalán y la sombra de Arnaldo Otegi. El PP ha quemado uno de sus últimos cartuchos con la visita estelar de Isabel Díaz Ayuso, protagonista indiscutible de la jornada, aunque el mensaje de la dirigente madrileña no siempre consigue calar fuera de sus dominios.
Vigo se ha convertido en el epicentro de la política gallega durante la tarde de este jueves. El PP se ha dado cita con sus fieles en la Estación Marítima de la ciudad, mientras que Ana Pontón ha convocado a los votantes del BNG en el Auditorio Mar de Vigo, tan solo a 1,5 kilómetros de distancia. El reloj marcaba las 19.00 de la tarde cuando la sala habilitada por los populares colgaba el cartel de lleno. La llegada de Ayuso, Rueda y el resto de la comitiva estaba prevista para las 20.00, pero la expectación se podía adivinar. El recinto, con un aforo para 850 personas, se quedó pequeño. El PP ha cifrado en 1.500 el número de asistentes y define como un “éxito” la convocatoria.
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La presidenta madrileña cruzó el auditorio entre vítores y con el público en pie —unos para inmortalizar el momento, otros porque no quedaban butacas en las que tomar asiento—. La entrega del público era el caldo de cultivo perfecto para convertir el penúltimo mitin de la campaña en un todo o nada contra la alternativa de izquierdas. El terrorismo, los “me gusta la fruta” y el fantasma del “procés a la gallega” no tardaron en salir a la palestra.
Ayuso tenía la misión de acudir al rescate del PP gallego y, al menos en términos de aforo, cumplió con el encargo. “Vamos a ganar contra un proyecto que está arruinando España. Lo que quieren es extenderse por Galicia y hundirla en el nacionalismo. Esto está orquestado por La Moncloa. El presidente se agarra a lo que haga falta con tal de seguir en el poder, pero no va a haber ni una sola urna que lo sostenga”, ha arrancado la popular. El discurso de la líder autonómica se ha centrado en buscar la confrontación con Pedro Sánchez y tratar de sembrar el caos en torno al nacionalismo: “El PSOE está al servicio del BNG, porque tienen muchas cosas en común: la corruptela, la impunidad y el poder”, ha añadido.
“El BNG quiere transformar Galicia en un lugar en el que solo quepan ellos, pero esta también es mi casa”, ha repetido en varias ocasiones. Los nacionalistas han sido blanco de sus críticas, pero también hubo hueco para otros candidatos. Ayuso ha calificado a la “vicepresidenta comunista” —Yolanda Díaz— como una “experta en recoger bolitas y hacer el ridículo”. Esta ha sido su única referencia a la crisis de los pellets que ha llenado de microplásticos la costa gallega. La dirigente madrileña tampoco ha entrado a valorar las últimas declaraciones de Feijóo, que barajó la posibilidad de conceder el indulto Carles Puigdemont para ser investido presidente del Gobierno tras las elecciones del 23 de julio.
“Esto es un cinco contra uno, pero no pasa nada. Rueda va a conseguir revalidar la mayoría absoluta, porque es una gran persona, y eso es lo más importante cuando uno está en política”, ha defendido la lideresa tras 20 minutos de intervención. Ayuso ha terminado con lo que, según ella, sería la definición de un tripartito de izquierdas. “Es comunismo de base, con una dosis de terror y unas gotas de socialismo para repartir pobreza. Los demás no aspiran a gobernar Galicia, solo quieren hacer daño al Partido Popular. La ruptura se ha instalado en Catalunya, País Vasco y Navarra para vivir del dinero público”, ha sostenido, para luego presumir de los “montes de eucaliptos” —una especie invasora— que ella tiene la “suerte” de ver cada vez que visita la comunidad. “Ha sido una campaña dura, pero este domingo vamos a arrasar”, ha terminado.
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Rueda pide el voto de los socialistas “desencantados”
El candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia ha tomado el relevo de la dirigente madrileña. Alfonso Rueda ha empezado pidiendo disculpas a “todos los que no han podido acceder al recinto” por falta de espacio. En ese mismo momento, algunos participantes aprovechaban el fin de la intervención de Ayuso para abandonar el auditorio. “Galicia tiene que tener voz propia para reclamar lo que nos corresponde sin tener que romper nada”, ha continuado. El sucesor de Feijóo, que ha alternado el gallego con el castellano durante su discurso, tampoco ha perdido la oportunidad de dirigirse a los socialistas “desencantados” para pedirles un “voto de confianza”.
“La gente fuera nos ve con orgullo, porque en Galicia hacemos las cosas bien. La izquierda dice que lo van a solucionar todo, pero no dice con qué dinero”, ha apuntado el candidato a revalidar la presidencia del parlamento gallego. Rueda ha cerrado el acto con una serie de anuncios que espera poder implementar durante la próxima legislatura, como la rebaja del Impuesto de Sucesiones, la creación de empleo femenino “sin propaganda” y la multiplicación del parque de vivienda pública y social en la comunidad. “El nacionalismo independentista solo piensa en sí mismo. Los socialistas cada vez son más cómplices, pero me siento preparado para seguir, solo me falta vuestra confianza”, ha celebrado el candidato de los populares. En el acto también han intervenido Marta Fernández Tapias, líder municipal del partido, y Patricia García, número dos de la lista por Vigo.
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La amnistía, el nacionalismo y la amenaza independentista han copado buena parte del mitin, pero las inquietudes de la gente van en otra dirección. Los españoles no están preocupados por la amnistía, pero sí por los problemas económicos y la sanidad pública, según datos del CIS. La medida de gracia para los encausados del procés preocupa solo al 2,3% de la población. Las particularidades del electorado gallego —poco centralista, independientemente de la ideología— pueden hacer tambalear la estrategia. El lleno absoluto del mitin de Vigo tal vez no era ni por miedo al “procés gallego”, ni por indignación con la amnistía, ni por arropar al candidato del partido dos días antes de la cita con las urnas. “Hemos venido para verla a ella”, sentencia una mujer de mediana edad nada más abandonar el recinto.