Los planes de pensiones son una de las herramientas de ahorro e inversión a largo plazo más prácticas para los trabajadores españoles. Este mecanismo permite a los ciudadanos disponer de una cantidad de dinero extra cuando llega el momento de abandonar el mercado laboral, aunque también tienen la posibilidad de hacerse con las aportaciones en casos excepcionales de necesidad. La idea es generar un nivel de ahorro suficiente para afrontar mejor la jubilación, tanto en forma de capital como de rentas. El cambio de año llega con una serie de novedades en este sentido y los pensionistas van a poder rescatar sus aportaciones antes de tiempo sin tener que acreditar situaciones extraordinarias, como venía ocurriendo hasta la fecha.
Las familias ponen todo su empeño en planificar la jubilación. Los gastos muchas veces se disparan cuando los trabajadores abandonan el mercado laboral y no todos los bolsillos pueden soportar la carga financiera que suponen los viajes, las inversiones e incluso las compras inmobiliarias. Las prestaciones ordinarias han subido este año un 3,8%, pero muchas veces representan la única fuente de ingresos de los beneficiarios y resultan insuficientes. Los planes de pensiones cobran en estos casos un papel protagonista. Los productos de este tipo surgen con el objetivo de fomentar el ahorro y exprimir la rentabilidad financiera de los trabajadores.
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Los planes de pensiones sirven precisamente para complementar la partida pública, es decir, actúan como un mecanismo previsional a largo plazo. El proceso sigue unos criterios de rentabilidad y riesgo previamente acordados entre las dos partes implicadas. El titular es quien realiza las aportaciones, que pueden suspenderse y reanudarse en cualquier momento. La aportación máxima que pueden hacer los trabajadores queda fijada en los 1.500 euros anuales. ¿Cómo tributan estos productos en la declaración de la Renta?
¿Cómo tributa un plan de pensiones?
Los trabajadores desde hace un par de ejercicios pueden aportar hasta 1.500 euros al año a su plan de pensiones privado con derecho a deducción en la declaración de la Renta. La cantidad, no obstante, no puede superar el 30% de sus rendimientos netos de trabajo y actividades económicas. Los ciudadanos tienen que comprobar que todos los datos de sus aportaciones aparecen correctamente en su declaración, concretamente en las casillas que van desde la 462 hasta la 476 del formulario, que son las que regulan las contribuciones a sistemas de previsión social.
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Los expertos recuerdan que es importante distinguir fiscalmente entre las aportaciones de los titulares al plan de pensiones y las aportaciones que realiza la empresa a favor de los partícipes. Los rendimientos de estos productos pueden cobrarse tanto antes, como después de la jubilación, aunque solo en algunos casos. Las prestaciones de un plan de pensiones, por su parte, tributan siempre como rendimientos del trabajo en el IRPF. Los titulares que apuestan por cobrar todo el dinero en el mismo ejercicio —lo que se conoce como rescate en forma de capital—, deben saber que la base imponible a declarar y el tipo impositivo serán mayores y, por tanto, pagarán más impuestos.