En el norte de España, el mar Cantábrico ha moldeado la costa de una manera sorprendente. Esto permite a día de hoy disfrutar de un paisaje maravilloso marcado por el perfil abrupto y acantilado del litoral, donde preciosas playas emergen con pequeños oasis de paz y tranquilidad. En mitad de todo ello, preciosos pueblos pesqueros muestran la tradición y cultura de la región, completando un destino único.
Así, de todos los encantos que tiene Cantabria, los Ojos del Diablo constituye uno de los puntos más destacados de la comunidad. Se trata de unas formaciones, que reciben su nombre por las dos grandes cavidades que parecen mirar fijamente al océano, se han formado a lo largo de miles de años debido a la erosión del viento y el agua del mar. La roca, compuesta principalmente de caliza, ha sido esculpida de tal manera que ha generado un paisaje único en la costa cantábrica.
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Además, el paraje ofrece múltiples rutas de senderismo, permitiendo a los visitantes acercarse a las formaciones rocosas, disfrutar del impresionante paisaje costero y, con suerte, observar algunos de los animales que habitan la región. En este sentido, uno de estos senderos constituye un plan perfecto para disfrutar de la esencia de Cantabria.
Un gran mirador
Los Ojos del Diablo se sitúan muy próximos a Sonabia, entre los pueblos de Liendo y Castro Urdiales. La ruta que conduce hasta ellos es una de las más destacadas de Cantabria y es de poco más de siete kilómetros de longitud. El ascenso hasta estos arcos naturales lleva alrededor de cuatro horas y está calificado como moderado, por lo que es necesario contar con cierta forma física.
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El punto de partida del recorrido se sitúa en el aparcamiento de Sonabia, desde donde se inicia un descenso hacia la playa de Valdearenas, la cual se deja a un lado y se inicia una subida siguiendo las señales de las flechas negras. Una vez pasado este punto, se llega a una zona donde se pueden contemplar unas maravillosas vistas de Santoña y el Faro de Caballo. Aquí se debe tomar el camino de la izquierda hasta llegar al los Ojos del Diablo.
Desde aquí, las vistas de la costa Cántabra son espectaculares, pues se puede disfrutar de un paisaje que se extiende a lo largo del litoral, donde el azul del cielo se fusiona con el del mar en el horizonte. En días claros, la visibilidad alcanza su máxima expresión, permitiendo incluso vislumbrar los contornos de otras formaciones costeras y playas que salpican la línea costera cantábrica. Para volver tan solo hay que deshacer lo andado, de este modo se regresa a la playa inicial.
Cómo llegar
Desde Santander, el viaje es de alrededor de 45 minutos por las carreteras S-10 y A-8. Por su parte, desde Bilbao el trayecto tiene una duración que se acerca a los 40 minutos yendo por la vía A-8.