La vida de Irene Urdangarin ha dado un giro de 180 grados en las últimas semanas. Hasta el pasado mes de septiembre, los planes de la hija pequeña de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se centraban en empezar una nueva etapa como estudiante de hostelería en la Escuela Hotelera de Lausana de Suiza.
Sin embargo, su camino tomó otro rumbo. Al parecer, la sobrina de Felipe VI no tenía claro si realmente quería dedicarse a la gestión hostelera, por lo que decidió tomarse un año sabático para pensar con calma qué carrera estudiar.
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Y, mientras sopesa su decisión, la joven ha seguido los pasos de sus progenitores y de su hermano mayor, Juan Valentín, y ha iniciado un voluntariado centrado en causas sociales en India, Camboya y Mozambique. Si bien es cierto que son tres los destinos por los que pasará Irene, su primera parada ha sido el país situado al sureste de África y cuya capital es Maputo.
El país entre Tailandia y Vietnam aún sufre las secuelas del régimen sanguinario de Pol Pot, pues a finales del siglo XX murieron casi tres millones de personas en la región. Aunque han pasado casi 50 años desde aquel genocidio, sus efectos aún siguen haciendo mella en la región.
La prima de la princesa Leonor se ha embarcado en este viaje humanitario gracias a la estrecha relación que mantiene su familia con monseñor Enrique Figaredo, un jesuita asturiano al que se conoce bajo el apodo del obispo de las sillas de ruedas por su intensa labor humanitaria a lo largo de los años.
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Su misión en Camboya
De acuerdo con la información desvelada por ¡Hola!, Irene Urdangarin se encuentra en una de las provincias más pobres de Camboya, en Battambang. La revista del corazón ha sacado a la luz las primeras imágenes de su misión en el país asiático. En las instantáneas, se la veía dando un paseo en bicicleta, vestida con una camiseta verde con el logo de la ONG española Sauce, fundada por un grupo de familiares y amigos de Enrique Figaredo.
En estos primeros días, la sobrina de la infanta Elena se ha visto acompañada del sacerdote, quien le ha acompañado en su nueva aventura, indicándole las costumbres de los camboyanos y mostrándole la ciudad. Los principios que rigen la asociación y que la propia Irene Urdangarin tendrá que poner en práctica durante su estancia es “el deber de actuar con compasión, caridad y solidaridad”. Además, todos los jóvenes y profesionales de la ONG tienen “la responsabilidad de pensar y preocuparse por aquellos que sufren”. “Con la ayuda y alegría, unidos entre todos, podemos construir un mundo mejor y hacer que la vida del pueblo camboyano sea un poco mejor”.
Su estancia en el país
Según recoge la ya citada publicación, la nieta de la reina Sofía y el rey Juan Carlos llegó a Camboya a mediados del mes de enero. Fue ella misma quien decidió costearse su viaje al país y, en principio, su estancia allí durará al menos seis meses.
Irene Urdangarin comparte casa de acogida con otra joven en el Centro Arrupe, situado en el barrio católico. El día a día de la joven empieza a primer ahora de la mañana, concretamente, a las cinco de la madrugada y, posteriormente, unas camionetas recogen los voluntarios y los desplazan hasta los destinos rurales en los que están prestando ayuda.
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Lo cierto es que, seguramente, tanto su madre, Cristina, como su hermano, Juan Pablo, habrán asesorado a la benjamina para que su cooperación humanitaria sea de lo más llevadera. Durante años, la infanta ha estado realizando labores de cooperación y desarrollo en India y Mozambique y, por su parte, el hermano de la joven también viajó a Camboya durante su año sabático.