Alberto Garzón renuncia a fichar por la consultora de José Blanco con un duro recado: “La izquierda en la que creo es menos inquisitorial y más humana”

El exministro de Consumo admite sentir “frustración” y continuará con sus “otros planes profesionales” tras abandonar la política

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El exministro de Consumo y exlíder de IU, Alberto Garzón, ha anunciado que renuncia a incorporarse a la consultora Acento, que dirige el exdirigente socialista José Blanco, ante la "incomprensión" que ha generado su inminente fichaje en su espacio político.

Alberto Garzón recula. Este martes se supo que el exministro de Consumo iba a fichar por la consultora Acento, dirigida por los también exministros José Blanco (PSOE) y Alfonso Alonso (PP). Esto no ocurrirá, ha anunciado en su cuenta en la red social X: “Tras la incomprensión suscitada en el espacio político, y con la intención expresa de no dañar a las organizaciones a las que tanto tiempo y energía he dedicado de mi vida, anuncio mi renuncia a incorporarme como tenía previsto”. Acompaña este comentario de un largo y contundente comunicado, en el que muestra su decepción y enfado: “La izquierda en la que yo creo es menos prejuiciosa e inquisitorial”.

Garzón lamenta el “enorme revuelo” por la noticia “en el ecosistema de izquierdas, incluyendo a las formaciones y los espacios” en los que ha trabajado los últimos 12 años, destaca. Son Izquierda Unida, Unidas Podemos y Sumar. “La impresión general -continúa- era que se trataba de una decisión que afectaría negativamente a las organizaciones del espacio político. Ante esta incomprensión y antes de llegar a un punto en el que pueda hacerles daño, he renunciado a incorporarme a Acento. No quiero que mi decisión personal perjudique a mis antiguos compañeros de militancia en su necesaria misión de lograr el mejor resultado posible en las futuras convocatorias electorales”.

En efecto, la noticia no cayó bien y los comentarios en redes sociales comenzaron a coincidir en torno a un concepto que el propio Garzón había criticado sobremanera en su camino como servidor público: las puertas giratorias. En Acento, si es que se tratara de una puerta giratoria, Garzón iba a asumir la dirección de Prospectiva Geopolítica, para la que necesitaba recibir la autorización de la Oficina de Conflictos de Intereses, solicitada el lunes. La consultora se define como una organización que practica, “única y exclusivamente, asuntos públicos en sus múltiples dimensiones”. Además de Blanco y Alonso, que están al frente, cuenta en su equipo con otros políticos reconocibles como Elena Valenciano, Valeriano Gómez o José María Lassalle.

Alberto Garzón, exministro de Consumo. (Mateo Lanzuela/Europa Press)
Alberto Garzón, exministro de Consumo. (Mateo Lanzuela/Europa Press)

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“La izquierda tiene que reflexionar”

El exdirigente trata de explicar su encaje en Acento antes de expresar su “frustración” por lo ocurrido. “Tras 12 años de buenos momentos, pero también de estrés, ansiedad y falta de tiempo para estar con mi familia (...), anuncié que me dedicaría profesionalmente a contribuir en la lucha por un mundo ecosocialista desde diversos espacios. Ello incluía la escritura de libros, la publicación de artículos, la celebración de conferencias, dar algunas clases en la universidad y, entre otras cosas más, la asesoría en materias de las que, considero, tengo conocimientos suficientes. Varias consultoras me hicieron llegar ofertas y la de Acento encajaba muy bien en ese propósito”.

Es a continuación cuando Garzón muestra su enfado con quienes han sido o son sus compañeros de trinchera ideológica: “La izquierda en la que yo creo es menos prejuiciosa e inquisitorial, es más heterodoxa y humana y, sobre todo, tiene una concepción del Estado y la política donde lo importante no es el lucimiento personal en términos de pureza izquierdista, sino tener más influencia en todos los espacios posibles”. Por último, expresa su “dolor” por “tantos años” dejándose “la salud por un proyecto colectivo y empleando tantas horas en agotadoras disputas internas” para que ahora “sienta que las dinámicas tóxicas” le “persiguen incluso ahora fuera de la política”.

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