Los cinco pueblos más románticos de España para visitar con tu pareja en San Valentín

No hay nada mejor que regalar un viaje para disfrutar de este 14 de febrero rodeado de naturaleza o junto al mar en alguno de los lugares del país donde más amor se respira

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Febrero es el mes de los enamorados. Esto está tan claro como que, el 14 de febrero, cada uno celebra San Valentín como y con quien quiere. Y es que el amor tiene muchas formas: puede ser hacia la familia, los amigos y, como no, la pareja. Mientras que hay quienes pasan días o semanas buscando el regalo más bonito o sorprendente, otros lo tiene claro: ¿qué hay mejor que viajar? España cuenta con un sinfín de pueblos románticos que son ideales para visitar este fin de semana y disfrutar de la desconexión más absoluta.

Ya sea para declarar el amor, pedir matrimonio o escaparse unos días de la rutina y el estrés de la ciudad, viajar es siempre una buena opción. Esta no es solo la mejor forma de describir nuevos rincones de España y enriquecerse a nivel cultural, también permite disfrutar de atardeceres mágicos, adentrarse en cascos históricos increíbles, conocer paisajes de cuento y maravillarse con las historias del lugar.

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La lista de pueblos bonitos de España es infinito pero, de todos ellos, se han seleccionado cinco que no dejan indiferente a quienes los visitan: Astorga (León), Tossa del Mar (Girona), Mijas (Málaga), Binibeca Vell (Menorca) y Valle del Jerte (Cáceres). Por ello, toca preparar la maleta y emprender un viaje directo a un lugar en el que es más que probable que reine el amor y la calma.

Astorga (León)

El Palacio Episcopal de Astorga, en León. (Getty Images)
El Palacio Episcopal de Astorga, en León. (Getty Images)

En la provincia de León, se encuentra Astorga, que ofrece a sus visitantes una variedad de atracciones culturales e históricas. Pese a que cuenta con varios lugares destacados, una de sus joyas es la Catedral de Santa María. Se trata de un majestuoso edificio que combina elementos del gótico, renacimiento y barroco. Su impresionante fachada y su retablo mayor enmudece.

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Tiene el honor de albergar el Palacio Episcopal, diseñado por el famoso arquitecto Antoni Gaudí, y es una de sus pocas obras fuera de Cataluña. Este edificio destaca por su singular estilo modernista. Otra de sus señas de identidad es el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago y ubicado dentro del Palacio. Tiene una importante colección de arte sacro relacionado con la peregrinación.

También es bastante interesante el Museo Romano, que evidencia el pasado romano significativo de Astorga, las murallas romanas y el Jardín de la Sinagoga. Este pueblo ofrece así una combinación de arte, historia y cultura, desde su herencia romana hasta obras modernistas, sin olvidar su importancia religiosa como parte del Camino de Santiago.

Tossa de Mar (Girona)

Castillo de Tossa de Mar, en Girona. (Shutterstock)
Castillo de Tossa de Mar, en Girona. (Shutterstock)

Tossa de Mar, situada en la Costa Catalana, es un escenario medieval inigualable, ideal para escapadas románticas. Dotada de un patrimonio histórico y natural excepcional, esta localidad destaca por su fortaleza del siglo XIV, calles adoquinadas y calas de ensueño, elementos que crean el ambiente perfecto para experiencias inolvidables en pareja.

La villa conserva con orgullo su muralla del siglo XIV, un vestigio casi intacto que muestra el esplendor medieval de la región. A lo largo de sus calles empedradas, los visitantes pueden admirar casas centenarias de piedra, adornadas con pequeños árboles y enredaderas, que dan un toque mágico al lugar. Las calas cristalinas que rodean la zona ofrecen un pintoresco escape para aquellos que desean disfrutar de la naturaleza en compañía de su pareja.

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Este enclave catalán no solo es reconocido por su belleza y patrimonio histórico, sino también por las oportunidades que brinda para realizar actividades al aire libre y acuáticas. Las parejas pueden deleitarse con un baño en las aguas azules del Mediterráneo, disfrutando de vistas envidiables que solo Tossa de Mar puede ofrecer. La combinación de su ambiente medieval con la belleza natural de sus playas y calas hace de esta localidad un lugar perfecto para aquellos que buscan un refugio romántico.

Mijas (Málaga)

Mijas, en Málaga. (Shutterstock)
Mijas, en Málaga. (Shutterstock)

Hablar de Mijas es hablar de un pintoresco pueblo situado en la Costa del Sol. Si hay algo por lo que se caracteriza es por sus tradicionales casas blancas, sus calles de flores y sus icónicos burritos-taxi. Todo ello lo convierte en un escenario precioso para una cita romántica. Además, este pueblo mantiene vivo su legado histórico con un casco antiguo de origen árabe, repleto de jardines que embellecen los vestigios de sus murallas ancestrales. Desde estos muros se puede disfrutar de una vista espectacular.

El diseño urbano de Mijas ha conservado la esencia y estructura que le otorgaron sus antiguos pobladores musulmanes, lo que añade un inmenso valor cultural y turístico al lugar. Los visitantes pueden experimentar un viaje en el tiempo mientras pasean por sus estrechas calles, descubriendo rincones llenos de historia y panoramas inigualables de la región.

Entre las curiosidades que hacen a Mijas un destino atractivo, resaltan los burritos-taxi, un medio de transporte singular que ofrece a los turistas una forma diferente y encantadora de explorar el pueblo. Esta tradición, junto con el cuidado de sus espacios públicos y la preservación de su patrimonio arquitectónico, subrayan el compromiso de la localidad con mantener viva su historia y tradiciones.

Binibeca Vell (Menorca)

Binibeca Vell, en Menorca. (Shutterstock)
Binibeca Vell, en Menorca. (Shutterstock)

En Binibeca Vell, un precioso pueblo de pescadores ubicado en Menorca, tienen una regla curiosa: mantener el silencio. Este mandato se encuentra visiblemente indicado en letreros distribuidos a lo largo de sus calles empedradas, que destacan por su blancura inmaculada. Se trata de una norma estricta destinada a preservar el respeto y la serenidad que caracterizan a este enclave.

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La atmósfera de calma en Binibeca Vell tiene un efecto notable de paz para quienes la visitan. La tranquilidad que se respira en este lugar no solo invita al descanso y la contemplación, sino que también ofrece un refugio ideal para aquellos que buscan alejarse de las preocupaciones cotidianas y encontrar un momento de armonía, incluso, en situaciones personales tensas. Este destino se presenta como el escenario perfecto para reconciliaciones, siempre que se respete la premisa de hablar en un tono bajo.

Lejos de ser una restricción, el silencio en Binibeca Vell se convierte en una invitación a experimentar la belleza del entorno de una manera más íntima y profunda. Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en una experiencia sensorial única, donde el murmullo del mar y el susurro del viento complementan la estampa idílica del pueblo. Además, esta normativa de silencio refleja un compromiso con la preservación del ambiente y la calidad de vida de sus habitantes.

Valle del Jerte (Cáceres)

Valle del Jerte, en Cáceres. (Shutterstock)
Valle del Jerte, en Cáceres. (Shutterstock)

Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, es una cita ineludible para los amantes de la naturaleza cada primavera: entre el 20 de marzo y el 10 de abril, sus más de un millón de cerezos se cubren de flores, por lo que crean un espectáculo visual de incomparable belleza. Este fenómeno, cuya fecha exacta depende de las condiciones meteorológicas, atrae a visitantes de diversos puntos del país y del extranjero.

La floración de los cerezos es sin duda el principal atractivo de esta región durante estas fechas, pero el Valle del Jerte ofrece mucho más. El puerto de Tornavacas es el punto estratégico desde donde admirar el manto blanco de flores que cubre las montañas. Además, la zona cuenta con otros paisajes de belleza singular, como la garganta de los Infiernos, conocida por sus impresionantes formaciones rocosas y las piscinas naturales de Los Pilones, que invitan a un baño refrescante en un entorno de rara belleza rodeado de montañas.

Más allá de los paisajes, el Valle del Jerte es también un lugar de sabor, donde los visitantes pueden degustar las cerezas, consideradas de las mejores del mundo, así como otros productos artesanales derivados de este fruto, destacando especialmente las mermeladas. Estas delicias culinarias complementan la experiencia de aquellos que deciden explorar esta región durante la temporada de floración, sumando un componente gastronómico a su viaje.

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