En las últimas dos décadas, el aumento del número de radares en nuestras carreteras ha sido notable. En el año 2005, la Dirección General de Tráfico tenía instalados, aproximadamente, 90 radares en funcionamiento, cifra que se incrementó significativamente a 300, tan solo cinco años después. En la actualidad, la Dirección General de Tráfico gestiona más de 400 radares activos en vías interurbanas.
A pesar de esta creciente presencia de radares, las estadísticas de siniestralidad vial en España han experimentado un descenso progresivo durante este período. En 2004, el número de personas fallecidas en accidentes de tráfico en vías interurbanas alcanzó las 3.841, mientras que en 2022 se registraron 1.273 víctimas mortales, lo que representa una reducción del 66%.
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En la actualidad, excluyendo Cataluña y el País Vasco, operan 355 radares activos en puntos fijos que miden velocidades instantáneas, junto con 64 radares de tramo que calculan velocidades medias. La mayoría de estos dispositivos, alrededor del 90%, utilizan tecnología ‘Doppler’, emitiendo microondas hacia los vehículos en movimiento para determinar su velocidad. Los restantes emplean tecnología láser.
Todos los radares fijos son sometidos a calibración anual por el Instituto Nacional de Metrología para garantizar su precisión. Se ubican en tres tipos de soportes diferentes: pórticos sobre la calzada, cabinas y postes en los laterales de la vía, especialmente en puntos donde la accidentalidad es más alta, principalmente en carreteras convencionales.
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La Dirección General de Tráfico tiene previsto intensificar el control de velocidad en los próximos tres años con la instalación de 150 nuevos cinemómetros, mayoritariamente en carreteras convencionales. El 60% de estos nuevos dispositivos serán de tramo, considerados los más efectivos, mientras que el restante será de velocidad instantánea.
Además de los medios fijos, hay 325 radares móviles operados por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ubicados en lugares con alta incidencia de accidentes. La información sobre siniestralidad es proporcionada por las jefaturas provinciales para establecer controles eficientes de velocidad.
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La Unidad de Medios Aéreos de la DGT, equipada con 11 helicópteros con radares ‘Pegasus’, contribuye a la vigilancia y control aéreos. En 2022, se enviaron casi 20.000 propuestas de sanción por infracciones de límites de velocidad al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA).
Radares en Europa
Con el objetivo de mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes y víctimas mortales en las carreteras, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha adoptado medidas para endurecer la normativa y aumentar la presencia de radares en toda España. En las zonas urbanas, la DGT está implementando además nuevos radares rotatorios, una variante de radar móvil muy ligero que cambia constantemente de posición, con el fin de detectar a un mayor número de infractores.
Estos dispositivos tienen un efecto disuasorio evidente que ha contribuido al aumento significativo de las cifras recaudatorias por multas de tráfico. Solo en el año 2022, las sanciones impuestas por los radares superaron los 507 millones de euros, marcando un récord en la recaudación por infracciones de tráfico.