Qué es la cataplexia, la ‘enfermedad de las emociones’ que Jordi Évole sufrió en directo al escuchar a un niño decir “Viva Franco”

La cataplexia es uno de los síntomas menos comprendidos de la narcolepsia y no tiene una cura

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Imagen de Jordi Évole en la presentación de la quinta temporada de 'Lo de Évole' (La Sexta/Europa Press).
Imagen de Jordi Évole en la presentación de la quinta temporada de 'Lo de Évole' (La Sexta/Europa Press).

El último episodio de Lo de Évole sorprendió a algunos de los espectadores del programa: el presentador y entrevistador Jordi Évole sufrió un episodio de cataplexia en directo. Mientras charlaba y paseaba con la invitada del día, escuchó a un niño gritar de forma repetida “¡Viv Franco!”. Al presentador le dio un ataque de risa y comenzó a sentir una debilidad muscular que le obligó a pararse.

No era una novedad para los seguidores del entrevistador: invitado al podcast La Ruina, Évole contó que sufría de narcolepsia, al igual que el cómico y conductor del programa, Tomàs Fuentes. “Es posible que si le hace algo mucha gracia se quede ‘pajarito’”, comentaba Fuentes.

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Évole ha explicado que sufre esta afección en varias ocasiones. “Me di cuenta de que cuando me entraba la risa con según qué amigos, me entraba una flojera en el cuerpo de caerme, de no poder sostenerme verticalmente, cosa que hacía mucha gracia a la gente, porque me caía de la risa”, contó Évole en el programa de la cadena Antena 3 TV “El Hormiguero”.

Qué es la cataplexia, el síntoma menos comprendido de la narcolepsia

Conocida como la enfermedad de las emociones, la cataplexia o cataplejía es una afección que hace que se pierda la fuerza muscular de todo el cuerpo ante un estímulo emocional fuerte. Se trata de uno de los síntomas menos comprendidos de la narcolepsia: frente a la risa, la cólera, el enfado, la vergüenza o la excitación, los músculos de la persona se relajan y debilitan de forma súbita, lo que puede dar lugar a caídas y accidentes.

Se cree que estos episodios se desencadenan por un desequilibrio entre los sistemas motores excitados e inhibidores, en ocasiones emocionalmente fuertes. Los ataques de cataplexia pueden ser parciales o completos. En caso de los episodios parciales, la persona pierde fuerza en grupos musculares específicos. Así, puede ser que empiece a hablar de forma titubeante y se le relaje la mandíbula, le tambalee la cabeza o se le doblen las rodillas.

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En cambio, la cataplexia completa supone una pérdida de tono en todos los músculos posturales, lo que suele provocar un colapso completo. El paciente permanece consciente y respirando, pero completamente inmóvil. Normalmente, estos episodios son breves, entre 30 segundos y dos minutos.

Los tratamientos para esta afección se centran en solventar los síntomas, pues actualmente no existe una cura. Simplemente se busca que el paciente pueda llevar una vida normal. Pasa por incorporar cambios en los hábitos de vida de la persona y un tratamiento farmacológico, con medicamentos como antidepresivos, el oxibato de sodio y fármacos estimulantes. En cuanto a los hábitos diarios, los expertos aconsejan realizar ejercicio de forma regular, cuidar la alimentación, evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias; e intentar mantener un sueño estable y de calidad.

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