Pon un John Waters en tu vida: la Cineteca de Madrid dedica un ciclo al director más desvergonzado, transgresor y ‘camp’ del cine

El espacio cultural ubicado en el Matadero recupera algunas de las películas míticas del cineasta que convirtió la degradación social y las historias de las minorías en un relato descarado, irónico y alejado lo preciosista

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De izquierda a derecha, Colleen Fitzpatrick, Debbie Harry, Divine y Ricki Lake en una escena de 'Hairspray,' dirigida por John Waters (New Line Cinema/Courtesy of Getty Images)
De izquierda a derecha, Colleen Fitzpatrick, Debbie Harry, Divine y Ricki Lake en una escena de 'Hairspray,' dirigida por John Waters (New Line Cinema/Courtesy of Getty Images)

Convertir la basura en belleza. Esa era la premisa de John Waters (Baltimore, Estados Unidos, 1946), un director que decidió que la vida era mejor si la contaban los estratos denigrados a la inmundicia social. “Exagera tus rarezas. Autopromociónate. Utiliza a tu familia. Múdate a Europa. Compórtate como un animal. Ten problemas sexuales. Ponte enfermo. Mata a alguien. Muérete”, este es el decálogo que el cineasta aplicaba para alcanzar una fama que consiguió por medio de su transgresión, su inteligencia emocionalmente salvaje y su ingenio.

Las películas de Waters se sumergen en las subculturas que nacieron, crecieron y se desarrollaron en la Estados Unidos de los años setenta, ochenta y noventa, erigiendo a las minorías sexuales y sociales como las triunfadoras de un organigrama social que desdeñaba todo lo que no entraba en el cuadrado de lo correcto y lo ordinario. Drag queens, suburbios de pobreza alejados del progreso americano, “desviaciones” sexuales y una libertad inaudita en la gran pantalla.

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Si RTVE ha cuestionado la “más que discutible” cobertura de Inés Hernand en la alfombra roja de los Premios Goya, Waters la habría convertido en una de sus musas coyunturales por hacer que lo obsceno, y casi maleducado, entrase en la esfera de lo mainstream. Divine fue su estrella latente, una irreverente nata capaz de rodar las escenas más grotescas, burdas y absurdas de la historia del cine. Homosexuales, trans, personas racializadas... Waters es el héroe de los antihéroes, el genio de lo indescriptible y un magnífico descriptor de unas realidades relegadas a un segundo plano.

Divine en una escena de 'Pink Flamingos', de John Waters
Divine en una escena de 'Pink Flamingos', de John Waters

Aunque ahora esté de moda el voguing, ir a espectáculos de drags y ver todas las temporadas de RuPaul’s Drag Race, un programa que venera al director estadounidense y que suele incluir referencias atemporales a sus películas y actrices predilectas, John Waters fue precursor de la idealización y consagración de diversos grupos sociales en los que la creatividad y la libertad eran dos elementos indispensables para la supervivencia y la construcción de la identidad.

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Con motivo del 30º aniversario de Los asesinatos de mamá (1994), la Cineteca de Madrid recupera la idiosincrasia del director con el ciclo John Waters: Buscando la belleza en la basura. Los días 25, 27 y 29 de febrero, el espacio ubicado en Matadero mostrará tres de las cintas más icónicas del cineasta para rememorar ese espíritu canalla que oscilaba entre lo camp y lo artístico. Además de la cinta mencionada, la Cineteca proyectará Cry Baby (1990) y Hairspray (1988).

‘Los asesinatos de mamá' (1994)

Kathleen Turner se convierte en la madre americana perfecta en Los asesinatos de mamá, una película en la que se retrata el perfil de matriarca edulcorado por los votantes republicanos. Beverly Sutphin es una gran cocinera y ama de casa, una recicladora devota y una mujer que literalmente matará para mantener felices a sus hijos. Además, John Waters interpreta a Ted Bundy en la cinta. Por falta de humor que no sea.

Los asesinatos de mamá se podrá ver el jueves 29 de febrero a las 20:30 horas en la Sala Plató.

Kathleen Turner en 'Serial Mom'
Kathleen Turner en 'Serial Mom'

‘Hairspray’ (1988)

Con Colleen Fitzpatrick, Debbie Harry, Divine, Ricki Lake y el propio Waters en el reparto, Hairspray retoma la idea del sueño americano, aunque esta vez a través de los ojos de una adolescente que, en los años sesenta, se convertirá en una estrella televisiva tras aparecer en el programa de Corny Collins (Shawn Thompson). Tras su éxito repentino en la pequeña pantalla, la joven se convertirá en una auténtica estrella en Baltimore y todo el mundo la adorará.

Hairspray se podrá ver el domingo 25 de febrero a las 19:30 horas en la Sala Azcona.

Una escena de 'Hairspray', de John Waters
Una escena de 'Hairspray', de John Waters

‘Cry Baby’ (1990)

Siguiendo la estela de Hairspray y haciendo ironía y comedia de las cintas musicales adolescentes, Waters recupera en Cry Baby el espíritu macarra de Grease y lo eleva a lo absurdo. En ella, Johnny Depp interpreta a Wade ‘El lágrima’ Walker, el chico malo del instituto con una capacidad irresistible de volver locas a todas las estudiantes cada vez que llora. Eisenhower es el presidente y el rock es el género que traspasa fronteras. Allison Vernon-Williams (Amy Locane), una joven rica y esbelta, caerá en las redes del joven delincuente y su mundo de prohibiciones.

Cry Baby se podrá ver el martes 27 de febrero a las 20:00 horas en la Sala Azcona.

Una escena de 'Cry Baby', de John Waters
Una escena de 'Cry Baby', de John Waters
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