En Islandia se pueden encontrar paisajes que son una maravilla. Desde sus impresionantes cascadas y valles hasta sus montañas y extensos lagos, la isla cuenta con un patrimonio natural que es único en el mundo. Así, constituye un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura, los cuales encuentran en su terreno volcánico espectaculares formaciones.
Una de ellas es su impresionante cañón Studlagil, que ubicado en el corazón de Islandia, se ha convertido en uno de los destinos más imponentes y fotogénicos de la isla. Este espectacular cañón, caracterizado por sus peculiares columnas de basalto y el vibrante azul de su río, ofrece una ventana a la increíble geología y belleza natural que este destino atesora.
Te puede interesar: El impresionante monumento natural de Asturias: una isla, imponentes dunas y la playa más larga de la comunidad
Un tesoro natural
El cañón Studlagil es uno de los mayores tesoros naturales de Islandia, ya que se considera una de las colecciones de basalto más grandes de la isla. La formación de las columnas es la consecuencia de una erupción volcánica cuya lava contenía un alto contenido en roca basáltica. Así, la lava fue fluyendo y enfriándose poco a poco, contrayéndose y separándose en uniones columnares, generalmente en hexágonos. La separación comienza donde el enfriamiento es máximo y continúa a medida que el magma se enfría.
Igualmente, este cañón era poco conocido hasta hace unos años, principalmente debido a que las aguas del río que fluyen a través de él estaban anteriormente bajo una presa destinada al uso hidroeléctrico, lo que ocultaba gran parte de su esplendor debajo de la superficie del agua. La situación cambió con la modificación del curso del río, lo que redujo considerablemente el nivel del agua en el cañón y reveló las impresionantes formaciones de basalto que ahora atraen a visitantes de todo el mundo.
Te puede interesar: El balneario que es uno de los más antiguos de España y es Patrimonio de la Humanidad: tiene cerca de dos mil años
Así, a día de hoy, las columnas de basalto, de entre 20 y 30 metros de altura, se alzan majestuosamente a lo largo de las paredes del cañón, creando un espectáculo natural de geometrías y texturas fascinantes. A su vez, el color del agua en el Cañón Studlagil es otro de sus atractivos más destacados. El tono turquesa intenso del río, resultado de la sedimentación y la luz solar reflejada, contrasta maravillosamente con las negras columnas de basalto y el verde musgo que las cubre, ofreciendo una paleta de colores que parece sacada de otro mundo.
Una ruta hasta el cañón
Visitar el Cañón Studlagil requiere cierta preparación. Aunque el acceso se ha facilitado en los últimos años gracias a la creación de senderos y miradores, es importante que los turistas vayan equipados con buen calzado y estén preparados para caminar en terrenos irregulares. Además, teniendo en cuenta el cambiante clima de Islandia, es recomendable llevar ropa adecuada para hacer frente al viento y la posible lluvia.
Así, desde el portal web del cañón indican que las escaleras y miradores de Grund son accesibles todo el año, mientras que la carretera (n.º 923) tiene durante el invierno un servicio limitado. No obstante, una de las mejores formas de conocer esta joya natural es a través del sendero habilitado.
Este parte desde el puente próximo a Hákonarstadir y tiene una longitud de aproximadamente 10 kilómetros en sentido ida y vuelta. Junto a la pasarela se localiza un parking donde el viajero puede dejar su vehículo. Durante el recorrido el viajero puede disfrutar de unas vistas impresionantes del entorno, las cuales se magnifican con la llegada al cañón. En él, los colores inundan el paisaje y la majestuosidad de las paredes dejan con la boca abierta.
Cabe destacar las condiciones del sendero, pues según la web del cañón “desde mediados de junio hasta octubre, el sendero es generalmente accesible. Sin embargo, este camino es peligroso, ya que está cubierto de hielo y nieve durante los meses de invierno, especialmente alrededor del cañón. En primavera, los ríos laterales que cruzan el sendero están llenos de agua y, por lo tanto, no es posible cruzarlos. Recuerda que la nieve sobre el río puede romperse si cruzas”.