El cuidado de familiares sigue siendo ‘cosa de mujeres’: solo 16 de cada 100 españoles que solicita este tipo de excedencia son hombres

Por el contrario, los hombres optan por solicitar prestaciones retribuidas para cuidar a un hijo o a una persona dependiente

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Padre jugando con su hijo. (Getty Images)
Padre jugando con su hijo. (Getty Images)

Coparternar o conciliar son conceptos relativamente nuevos. La división de tareas y responsabilidades en el hogar es una tendencia creciente en nuestro país y, aunque en la teoría parece que es una conducta arraigada en nuestra sociedad, lo cierto es que en la práctica los números muestran que los cuidados son cosa de mujeres. De esta forma, mientras que los hombres optan por solicitar prestaciones retribuidas para cuidar a un hijo o a una persona dependiente, las mujeres siguen siendo las que más sacrifican su vida laboral para ocuparse de su vida personal sin ningún tipo de remuneración.

Así, los últimos datos publicados por la Seguridad Social, correspondientes a 2023, reflejan que casi el 85% de las excedencias las pidieron mujeres. Si durante ese periodo se dieron de alta un total de 54.796 de excedencias —suspensión del contrato a solicitud del trabajador—, 46.052 correspondieron a mujeres (el 84%) y 8.744, a hombres (16%). Además, el número de excedencias aumentó un 15,5% respecto a 2022. Una fotografía que cambia mucho cuando se trata de permisos remunerados.

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En 2021 entró en vigor en España la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, ahora “iguales e intransferibles”, de 16 semanas. Pues bien, en 2023, la Seguridad Social tramitó 467.678 prestaciones por nacimiento y cuidado de menor, de las cuales 220.829 han correspondido al primer progenitor, habitualmente la madre, y 246.849, al segundo progenitor, normalmente el padre. En el caso de estas bajas remuneradas, la diferencia no sólo no existe sino que, los hombres superan en un 3% a las mujeres —con un reparto de 47%-53% inclinando la balanza para el género masculino—.

Brecha laboral y salarial

Las mujeres tienen una menor inserción laboral y de menor duración que los hombres. La tasa de actividad laboral es menor entre las mujeres. En el tercer trimestre de 2023 la población activa se situó en 24.121.000 personas, siendo mayoritaria la presencia masculina (52,5%) respecto de la femenina (47,5%). Esta diferencia queda reflejada en las tasas de actividad. Las mujeres con una tasa de actividad del 54,7% continúan muy lejos de la tasa de actividad masculina (64,4%).

La tasa de actividad es una primera brecha laboral de casi 10 puntos que obliga a pensar en el elevado número de mujeres que se encuentran inscritas bajo la categoría de “inactivas” al tener que atender responsabilidades familiares y del hogar. El cuidado de niños y niñas, personas discapacitadas y personas dependientes es la primera causa de inactividad de las mujeres. Son las mujeres las que concentran los porcentajes más elevados entre las personas que se declaran inactivas porque no hay o no se pueden costear servicios de cuidados, así como entre quienes declaran no haber podido o no poder costear los servicios de cuidados de personas adultas enfermas, personas con discapacidad o personas mayores.

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Según el último informe de Comisiones Obreras (CCOO), en 2022, 1.895.600 mujeres no buscan empleo porque están cuidando de menores o de personas adultas incapacitadas o mayores y de otras obligaciones familiares o personales. El 20,1% de las mujeres inactivas no buscan empleo por estas razones, mientras que solo el 4,9% de los hombres inactivos aduce esta causa.

La maternidad penaliza

“El reparto desigual de las tareas de cuidados de hijos e hijas perjudica la carrera profesional de las mujeres. Por penalización por maternidad se entiende la pérdida de ingresos de las mujeres con hijos e hijas. Diversos estudios demuestran que el salario de las mujeres disminuye en hasta un 5% por hijo comparado con el de las mujeres que no son madres” aseguran desde CCOO.

La incidencia en el empleo de la existencia de hijos es muy diferente entre hombres y mujeres y explica en gran medida la brecha en la tasa de empleo. Mientras que la existencia de hijos no solo no perjudica la tasa de empleo masculina, sino que ésta incluso aumenta, para las mujeres la existencia y números de hijos está directamente relacionada con un marcado descenso en la tasa de empleo.

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Los cuidados constituyen el segundo motivo de la parcialidad en las mujeres. Para las mujeres, esa elevada tasa de parcialidad se explica, en primer lugar, por no haber podido encontrar un trabajo a jornada completa, aproximadamente la mitad de las mujeres con jornada parcial sufren de parcialidad involuntaria. El siguiente motivo está relacionado con tareas de cuidados: casi el 20% de las mujeres con un empleo a jornada parcial declaran en la Encuesta de Población Activa recurrir a la jornada parcial por motivos de cuidado de cuidados de niños y niñas, personas enfermas, personas discapacitadas o personas mayores.

Otro 7% declara tener jornada parcial por obligaciones familiares o personales. En definitiva, tres de cada cuatro mujeres con empleo parcial lo son por involuntariedad o por motivos de cuidados. Centrándonos en las personas ocupadas a tiempo parcial por cuidados a personas dependientes, en 2022 se contabilizaban 355.000 mujeres ocupadas, frente a 29.000 hombres ocupados. Es decir, la proporción de mujeres trabajadoras a tiempo parcial por motivos de cuidados es 12 veces superior al de los hombres.

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