La selección española femenina de baloncesto se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de París 2024 y lo ha conseguido sin necesidad de esperar al resultado de su partido de este domingo ante Hungría. La victoria de Japón sobre Canadá, a quien las españolas tienen el average ganado, asegura el tercer puesto a la selección dirigida por Miguel Méndez y, por lo tanto, una de las tres plazas en juego. España, que sucumbió en la primera jornada ante las niponas y recondujo el rumbo ganando a las canadienses, se garantizaba su billete para la cita olímpica si vencía a las anfitrionas o si llegaba la derrota de las norteamericanas, dirigidas por Víctor Lapeña. Son olímpicas y la FEB mete a las chicas por sexta vez.
La victoria de las españolas ante las norteamericanas en la segunda jornada por 60-55 ha terminado siendo clave, ya que abrió la posibilidad de poder clasificar sin ni siquiera jugar. Ahora, el último encuentro ante Hungría solo tendrá algo en juego para las magiares, ya que su victoria les llevaría a París en lugar de Canadá. España buscará volver al podio en una cita olímpica ocho años después tras la medalla de plata lograda en Río 2016. En los últimos Juegos, en Tokio, el conjunto español cayó en cuartos de final ante Francia y se quedó a una ronda de jugar por subir al podio.
Con este triunfo, además de facilitar la clasificación de España para los Juegos, Japón se aseguró también repetir en la cita olímpica después de ser la gran sorpresa en los Juegos de Tokio. En la cita de hace tres años la selección nipona sorprendió a Bélgica en cuartos de final y a Francia en semifinales para acceder a una final en la que plantó cara a Estados Unidos (90-75) y acabó por colgarse la plata.
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Maite Cazorla, la base de España para llegar a París
La “motivación” de acudir a la capital francesa el próximo verano, porque “ganar una medalla olímpica sería el siguiente sueño a conseguir”, es total. Cazorla ya debutó en el evento deportivo por excelencia en Tokio 2020, pero aquella edición olímpica no fue como las demás. “Al ser justo después del COVID, no se vivió igual. Sobre todo, por el hecho de la afición. No hubo casi nada. Entonces, me motiva más el poder vivir unos Juegos Olímpicos como son. Con la afición, en París. No se puede explicar con palabras”, cuenta a este periódico. Si tuviera que quedarse con un momento de su experiencia, lo tiene claro: “Cuando fuimos al estadio (para la inauguración). Había muy poca gente, pero es algo que siempre ves por la tele, con los abanderados… Estar ahí fue un momento muy chulo”.
“No somos tan jóvenes, ya tenemos 26. De nuestra generación, alguna ya tiene 27. Y bueno, con ganas de seguir sumando y aportando cosas a la selección”, valora Cazorla a Infobae España desde el Triángulo de Oro madrileño. En el cuartel general recurrente del equipo nacional, la base canaria mantiene intacta, en fondo y forma, la ilusión del primer día. “Como pasan tantas cosas, no te da tiempo, a lo mejor, a celebrarlo de la forma en la que te gustaría, porque ya estás pensando en lo siguiente. Pero estoy contenta y agradecida de las oportunidades y experiencias que he tenido”, afirma.
Maite trata de ser así de empática con todos. “Hay que ayudar al equipo a que todo el mundo tenga confianza y a darlo todo. Creo que tenemos muy buena selección y que, al final, no nos rendimos nunca. Somos una selección que está luchando y creo que tenemos que seguir con esa sensación”, pide. El espíritu del pasado Eurobasket sigue muy presente y es el que se va a tratar de mantener ahora. “Empezamos mal y luego fuimos remontando. Pase lo que pase en el primer partido, hay que seguir en el siguiente e ir centrándonos poco a poco”, se despide Cazorla.