Tras más de un año en prisión provisional, Dani Alves afrontó esta semana el juicio por su presunta agresión sexual a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona. El futbolista brasileño, que trató de demostrar que las relaciones fueron consentidas y que iba perjudicado por el consumo de alcohol, ha viajado durante los tres días de vista oral desde la prisión de Brians 2, donde está encarcelado, a la Audiencia Provincial de Barcelona en un furgón de los Mossos d’Esquadra. En la sede judicial ingresaba en los calabozos hasta el comienzo de las sesiones, cuando era conducido por los agentes, esposado, a la sala de vistas.
Tras quedar el juicio visto para sentencia a última hora de este miércoles, Alves volvió a ser conducido a la prisión de Brians 2, donde ingresó el 20 de enero de 2023. Infobae España ha podido hablar con un funcionario de este centro penitenciario para conocer cómo es la vida del brasileño entre rejas. Sus primeras horas de regreso han devuelto a Alves a la rutina de la prisión, donde ha adquirido un perfil “discreto”. “Si no fuese famoso, no llamaría la atención”, destaca el funcionario. El personal sí ha detectado que el futbolista recibe “muchísima más correspondencia” que el resto de sus compañeros.
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Alves se ha despertado este jueves en su celda individual con ducha, en el módulo de presos a los que se les imputan delitos similares, son preventivos o no presentan especial peligrosidad. Después, ha acudido al recuento de reclusos y ha podido disfrutar de un tiempo fijado de patio. El funcionario resalta que en un año Alves “se relaciona” con el resto de presos y “se ha adaptado de forma notable” a la vida entre rejas. “Es cero conflictivo”, remarca.
Desmiente que el brasileño haya hecho del fútbol su mayor pasatiempos en el centro penitenciario, aunque sí practica deporte a diario, especialmente en el gimnasio con el que cuenta su módulo. En el juicio, Alves reapareció aparentemente delgado y algo más demacrado que antes de su ingreso en prisión preventiva. Para facilitar su adaptación a la nueva vida entre rejas, la dirección de Brians 2 le puso durante las primeras semanas un preso de confianza al que ya conocía del exterior. Se trataba del apodado Coutinho -no el futbolista-, antiguo guardaespaldas de Ronaldinho.
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Permisos penitenciarios
La abogada de Dani Alves, Inés Guardiola, solicitó al tribunal al final del juicio la puesta en libertad de futbolista, ya que una de las razones por las que fue enviado a prisión provisional era, además del riesgo de fuga, garantizar su presencia en el juicio. Una vez visto para sentencia, el tribunal debe decidir ahora si el futbolista debe continuar en la cárcel de forma preventiva hasta conocerse la resolución del caso.
En caso de ser condenado a pena de prisión, el funcionario explica que Alves pasaría a ser un recluso “de segundo o tercer grado”, es decir, los correspondientes al buen comportamiento dentro del centro. Sin embargo, tendría que esperar a cumplir la cuarta parte de su condena para poder empezar a solicitar permisos penitenciarios.