Garamendi defiende las reivindicaciones de los empresarios del campo, pero sin molestar

Lo de manifestarse ya no es cosa solo de la izquierda. Simplemente depende de quién gobierne, por lo que en los últimos años la derecha ha hecho más ruido. El principal ejemplo han sido las convocatorias en Ferraz durante más de 40 noches en contra de la amnistía a los líderes independentistas y los pactos PSOE-Junts. Y la más reciente las protestas en el campo que, aunque defienden que no están motivadas por ningún partido, Vox las hace suyas hasta tal punto que muchos agricultores han abrazado las ideas de ultraderecha en contra de la Agenda 2030, que defiende el medioambiente.

Como no podía ser de otra manera, el líder de la CEOE, Antonio Garamendi, apoya a los empresarios del sector que estos días están haciendo tanto ruido en las calles y se están haciendo notar hasta el punto de cortar carreteras, impedir el paso de coches, provocar incendios o amenazar con llegar hasta la sede socialista este sábado y paralizar Madrid. Y este comportamiento radical es el que no le gusta al líder empresarial, que este viernes ha pedido que las reivindicaciones se hagan “con moderación”.

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“Estamos con el campo, estamos con los empresarios, es nuestra gente, pero pedimos moderación, en el sentido de que hay que hacer las manifestaciones que haya que hacer, hay que hacer los paros que haya que hacer, pero hay que hacerlos sin que perjudiquemos a otros sectores”, ha asegurado el empresario en declaraciones a los periodistas, recogidas por agencias, tras participar en la entrega del Premio Navarra Empresarial 2024. Si las protestas continúan de esta forma, acabarán generando “un grave problema, no solo en el campo”, ha insistido.

Para Garemendi, estas protestas perjudican a la economía, lo que ve que sería “pegarnos un tiro en el pie a los españoles”. Así, ha reivindicado la necesidad de que las quejas sean ordenadas. “Si paralizamos el transporte vamos a hacer mucho daño a la economía y eso no es lo que queremos”, ha sostenido Garamendi quien ha alertado del daño que se puede hacer en sectores como la industria.

Además de enumerar las quejas de los agricultores, como “la entrada de productos de terceros países que no tienen los controles de calidad que se exigen” y de lo que culpa a España, a la Unión Europea -” es un dumping que está sufriendo los agricultores”- también ha negado que este sector se quejara de la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.134 euros.

Garamendi ha apuntado que no se quejaban de la cifra, que no decían que no hubiera que subirlo, pero planteaban dos aspectos y uno de ellos era “algo que está pendiente y es cómo al campo se le puede aplicar un descuento en lo que son las cotizaciones de la Seguridad Social que no se ha hecho”. Ese, ha dicho, es uno de los motivos por los que no han firmado el acuerdo. “Se habla mucho de la España despoblada, pero realmente luego se atiende poco a ella y estas son cosas que se podrían activar”, ha agregado.

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Desde ASAJA, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, reclamaron apoyo para que el sector agrario pueda asumirlo. “Es decir, el establecimiento de bonificaciones al empleo para los empresarios agrarios, como así lo han reclamado las organizaciones empresariales en las reuniones celebradas entre el ministerio de Trabajo y los agentes sociales”, indicaron.

Respecto a las críticas a la Agenda 2030 que se están escuchando en algunas protestas, ha comentado que el problema es que “no se puede aplicar de forma homogénea en todos los sitios”, como sucede para otros países de fuera de la Unión Europea de donde entran los productos, ha recogido Efe. Tras puntualizar que están de acuerdo con ella, ha sostenido que de lo que se habla es de competir en igualdad de condiciones, de igualdad de oportunidades.

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Y para finalizar, ha dirigido un mensaje al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Hay una palabra mágica, yo diría que es la palabra confianza, las empresas, los inversores lo que necesitan es estabilidad y la estabilidad es la que genera confianza para invertir”, ha aseverado. “Se invierte si realmente hay confianza y, por tanto, la clase política también es responsable”, ha concluido.