Hace tiempo que varias jóvenes de la selección española femenina de baloncesto se propusieron parecer veteranas sin serlo. Por talento dentro de la pista y verbo fuera de ella, cualquiera diría que están inmersas en la treintena. Ni mucho menos, con el aspecto positivo que eso conlleva para nuestra canasta. Por suerte, todo apunta a que nos quedan muchísimos torneos por delante para disfrutarlas. Si hubiese que elegir unas abanderadas de esa savia nueva complementada a la perfección con la madurez de Torrens, Gil, Ouviña, Casas y Leo Rodríguez, esas bien podrían ser Raquel Carrera, María Conde y Maite Cazorla (Las Palmas de Gran Canaria, 1997). De la última de ellas dependerá, en buena medida, la dirección de juego de La Familia en un Preolímpico en el que, desde este jueves y hasta el domingo, España buscará cumplir su gran objetivo del año: estar en los Juegos de París 2024.
“No somos tan jóvenes, ya tenemos 26. De nuestra generación, alguna ya tiene 27. Y bueno, con ganas de seguir sumando y aportando cosas a la selección”, valora Cazorla a Infobae España desde el Triángulo de Oro madrileño. En el cuartel general recurrente del equipo nacional, la base canaria mantiene intacta, en fondo y forma, la ilusión del primer día. “Como pasan tantas cosas, no te da tiempo, a lo mejor, a celebrarlo de la forma en la que te gustaría, porque ya estás pensando en lo siguiente. Pero estoy contenta y agradecida de las oportunidades y experiencias que he tenido”, afirma.
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Cada vez que se pone la camiseta de la absoluta, su misión, sin titularidad o suplencia que valga, siempre es la misma: “Aportar”. Es lo que se demandará de ella y de todas sus compañeras, al máximo nivel, en un campeonato exigente, a la par que frenético, en busca de la plaza olímpica. “Cada partido va a ser una final”, avisa la jugadora del USK Praga, que es muy consciente de las amenazas de cada uno de los tres rivales que esperan a las nuestras en Sopron (Hungría).
“Japón (jueves 8, 16:30 horas) es una selección que juega distinto. El juego es mucho más rápido, el tiro… Canadá (viernes 9, 15:30) también es más física, pero es un estilo a lo mejor más europeo. También el entrenador es Víctor Lapeña, que nos conoce mucho (segundo técnico del combinado español en su día). Y ya nos hemos enfrentado contra Hungría (domingo 11, 17:30). Jugar allí, con ellas siendo favoritas… El pabellón va a estar lleno. Va a ser difícil”, analiza Cazorla.
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El calendario del deporte de la canasta es apretado de forma generalizada, sin entender de géneros. No queda otra que resignarse, pero tampoco importaría que las cosas fuesen de otra manera. “Creo que es verdad que tenemos pocos entrenamientos”, opina la exWNBA (jugó en las Atlanta Dream en 2019). “Nos conocemos”, concede después, aunque no tarda en ahondar en su reflexión inicial: “Lo ideal, a lo mejor, sería poder entrenar mucho más. Pero bueno, las circunstancias son las que son. Nosotros vamos a darlo todo y a ver qué pasa”.
Frío en los Juegos Olímpicos y en Praga
La “motivación” de acudir a la capital francesa el próximo verano, porque “ganar una medalla olímpica sería el siguiente sueño a conseguir”, es total. Cazorla ya debutó en el evento deportivo por excelencia en Tokio 2020, pero aquella edición olímpica no fue como las demás. “Al ser justo después del COVID, no se vivió igual. Sobre todo, por el hecho de la afición. No hubo casi nada. Entonces, me motiva más el poder vivir unos Juegos Olímpicos como son. Con la afición, en París. No se puede explicar con palabras”, cuenta a este periódico. Si tuviera que quedarse con un momento de su experiencia, lo tiene claro: “Cuando fuimos al estadio (para la inauguración). Había muy poca gente, pero es algo que siempre ves por la tele, con los abanderados… Estar ahí fue un momento muy chulo”.
La frialdad del graderío nipón en 2021 es idéntica a la que Maite está experimentando, si atendemos al termómetro, en la sede de su nuevo equipo. “En Salamanca, hacía frío. Pero en Praga, hace mucho más”, se ríe al ser cuestionada por su nueva etapa en la capital de República Checa, que le contenta sin dudarlo en lo deportivo. Con María Conde como cicerone inmejorable (”Estoy muy agradecida de poder tenerla, de que volvamos a compartir pista y de que me ayudara en los primeros meses”), lo que más le ha chocado es lo poco que sube el mercurio allí.
“Es otro rollo. Hemos estado a 12 grados bajo cero. O sea, congelada la nieve. Vamos del pabellón a casa y de casa al pabellón, así que tampoco importa tanto”, cuenta. “¡Por eso mismo no me puedo quejar!”, sentencia divertida al comentarle que el calor lo está trayendo ella con su buen concurso. El general invierno no es nada a lo que no pueda sobreponerse toda una nómada baloncestística como Cazorla, que lleva fuera de Las Palmas desde los 14 y jugó y estudió en la universidad estadounidense de Oregón: “Conoces mundo, conoces gente diferente, y creo que eso siempre suma”.
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Fue en las filas de las Ducks, con Final Four incluida, donde tuvo a su lado a toda una estrella como Sabrina Ionescu, que está a punto de enfrentarse a Stephen Curry en el tildado de mejor concurso de triples de la historia. “Va a estar supermotivada y será muy chulo. Además, ella es supercompetitiva. Tengo ganas de verlo”, admite una Maite que, aun siendo una buena tiradora exterior, no cree que pudiera batir a su excompañera: “Me ganaría ella, sin duda”.
“Hay que ayudar a que todo el mundo tenga confianza”
Cazorla disfruta de cada experiencia, tal y como aprendió de sus hermanos Carlos y Juan Pedro, que jugaron profesionalmente en la ACB antes de que ella siguiese sus pasos. “A veces, nos lo tomamos muy seriamente. Un ejemplo: acabas un partido que pierdes y toda la tarde en casa cabreada, triste… La sensación que tengas. Pues mi hermano es como ‘la entiendo, deja que pase, pero haz cosas’. No dejes de hacer cosas por, en este caso, una derrota”, asevera.
Que tenga tan interiorizadas lecciones como esta no sorprende al comprobar la frase que encabeza sus redes sociales: “Ni siquiera en el diccionario encontrarás el éxito antes del esfuerzo”. Maite la desmenuza así: “Puedes tener mucho talento, pero si no pones el trabajo y el esfuerzo, creo que el éxito es muy difícil de conseguir. Es verdad que siempre hay un factor que es la suerte, ¿no? Y bueno, en este caso también lesiones, pero yo creo que si tú te esfuerzas y a lo mejor no consigues el objetivo, tienes que estar orgulloso igualmente, porque has dado todo lo que estaba en tu mano”.
Uno de los alicientes de este Preolímpico en la plantilla a la que entrena Miguel Méndez es asistir al estreno en la misma de Megan Gustafson. La adaptación de la interior de Wisconsin va viento en popa y Cazorla, al igual que el resto de esta España, se implica a la hora de hacer el proceso lo más sencillo posible. “Está aprendiendo español. El hecho de estar fuera, hablar un idioma diferente… La gente me ayudó muchísimo en Estados Unidos, los primeros meses me costó. Sé lo que puede sentir e intento ayudarla en lo que pueda”, reconoce sobre la incorporación de relumbrón para la vigente subcampeona de Europa.
Maite trata de ser así de empática con todos. “Hay que ayudar al equipo a que todo el mundo tenga confianza y a darlo todo. Creo que tenemos muy buena selección y que, al final, no nos rendimos nunca. Somos una selección que está luchando y creo que tenemos que seguir con esa sensación”, pide. El espíritu del pasado Eurobasket sigue muy presente y es el que se va a tratar de mantener ahora. “Empezamos mal y luego fuimos remontando. Pase lo que pase en el primer partido, hay que seguir en el siguiente e ir centrándonos poco a poco”, se despide Cazorla.