Son varios los presidentes de comunidades autónomas que tienen acceso a una pensión vitalicia, aunque no todos. Cataluña es una de las cuatro comunidades que regula más privilegios para sus exmandatarios y también es, de lejos, en la que más se cobra por haber sido president. La Generalitat aprobó un estatuto en el año 2003 en el que fijaba sus beneficios, entre ellos un sueldo para cuando dejen de percibir el del cargo y una pensión cuando cumplan los 65 años.
En el caso de esa especie de ‘paro’ para presidentes catalanes, sería incompatible con otra actividad económica y no sería ni vitalicio ni se podría cobrar al mismo tiempo que la pensión. La indemnización se regula en el artículo 2 del mencionado Estatuto, por el que les permite percibir el 80% del sueldo que cobraban como presidentes durante la mitad del tiempo que estuvieron al frente de la Generalitat de Catalunya y habiendo cumplido una legislatura entera. Es decir, en el caso de Pere Aragonès, con un sueldo de 132.856 euros brutos anuales, tendría acceso a un total de 106.284,8 euros anuales, lo que se traduce en 8.857 euros al mes durante, al menos, dos años.
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Tanto Artur Mas como Quim Torra aprovecharon la prestación al cumplir con todos los requisitos, y Aragonès también sería candidato para recibirla. Además, también tienen acceso a más privilegios, como un presupuesto para gastos de oficina, un coche con chófer, y tres puestos de personal eventual y de seguridad. En el caso de Torra, que tenía el sueldo más alto de los presidents de la Generalitat, de 153.235,5 euros, habría cobrado más de 10.000 euros al mes tras su cese, un sueldo que pudo percibir durante un año aproximadamente, ya que estuvo en el cargo de 2018 a 2020.
Pensión vitalicia
Además de esta indemnización y las prestaciones consiguientes por haber pasado por el Govern, los presidentes de la Generalitat de Cataluña tienen derecho a una pensión vitalicia, tal y como ocurre con los de Extremadura, Euskadi o Andalucía. Una vez cumplan 65 años y siempre que no estén trabajando ni en lo público ni en la empresa privada, tienen derecho a percibir el 60% de su sueldo como presidentes, es decir, en el caso de Aragonès dentro de 24 años, si la norma sigue vigente, podrá cobrar 6.642,8 euros brutos al mes de manera vitalicia.
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En el caso de Artur Mas, primero cobró 119.450,94 euros de sueldo y en 2019 su oficina tuvo un gasto de 30.221,86 euros. Una vez cumplió los 65 años en el año 2021, comenzó a percibir 92.000 euros de pensión vitalicia, lo que seguirá percibiendo en la actualidad si no ha renunciado a esta cantidad. El que no se beneficia de este sueldo es Jordi Pujol, pese a ser el que lo creó. Y es que en el año 2014 renunció a todos sus privilegios como ex president de la Generaliatat tras conocerse su inmensa fortuna en paraísos fiscales, un caso conocido, precisamente, por su apellido.
Con todo, los privilegios de los expresidents es algo extendido en todo el mapa territorial, de hecho, hay cuatro comunidades cuyos presidentes reciben estas pensiones vitalicias, entre ellas, Cataluña, pero también Galicia, Navarra y Extremadura. Otras nueve, sin embargo, no disponen de estatutos que planteen esta posibilidad.