Hace 15 años, Alejandro Amenábar se animaba a rodar su segunda película inglés después de Los otros, un relato basado en un hecho histórico puntual que se alzó con siete Premios Goya en su XXIV edición. Ágora, estrenada en 2009, contaba la cronología vital de Hypatia de Alejandría, una matemática, filósofa y astrónoma interpretada por Rachel Weisz. Su personaje, el ejemplo más profundo del conocimiento, está sumergido en la investigación científica mientras que fuera se libra una batalla religiosa que amenaza con poner fin a la paz que atesora en Egipto.
Ágora ha llegado recientemente a Netflix y se ha convertido en una de las cintas más vistas en España. Con motivo de los Premios Goya, que se celebran este sábado en Valladolid, recordamos uno de los largometrajes locales más laureados a nivel internacional.
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Ágora ganó siete Premios Goya, entre ellos, el de ‘Mejor Guion Original’ para Amenábar y Mateo Gil. Optaba a 13 estatuillas totales y sólo fue superada por Celda 211 de Daniel Monzón en lo que a galardones se refiere. La cinta se rodó en Malta, país que también ha sido escenario de otras grabaciones históricas para la gran pantalla como Gladiator o Troya. El Forte Ricasoli y La Valeta, Mdina y Marsaxlokk fueron algunas de las localizaciones empleadas en esta película española de corte internacional a la hora de reconstruir la Alejandría del año 391 d.C.
¿De qué trata ‘Ágora’?
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo, sin percibir que su joven esclavo Davo se debate entre el amor que le profesa en secreto y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso del Cristianismo.
Al igual que con Mientras dure la guerra, Amenábar se inspira en un hecho histórico puntual, en este caso concreto, la destrucción de Biblioteca de Alejandría, para poner el foco en el relato de una época pasada a través de un personaje real. La cinta, que recibió críticas dispares, tuvo un presupuesto de 50 millones de euros y estuvo producida por Telecinco Cinema, Himenóptero y MOD Producciones.
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Un “insulto a la religión”
Como hemos mencionado previamente, la cinta de Amenábar fue una de esas películas que no deja a nadie indiferente, ya sea para bien o para mal. Ágora no sólo es una historia sobre la lucha de egos, también tiene un poso feminista, pues la figura de Hypatia representa la rebeldía y fuerza de una mujer que, no sólo estuvo adelantada a su tiempo, sino que también se atrevió a enfrentarse al poder establecido para defender los intereses de la ciencia y el progreso.
No en vano, el papel interpretado por Weisz fue fundamental en la época, pues la filósofa representó un papel fundamental en la convivencia, y posteriores enfrentamientos, entre cristianos, judíos, romanos y greco-egipcios. La cinta de Amenábar no gustó a los feligreses religiosos, que la consideraron ofensiva. No en vano, en Egipto fue censurada por “insultar a la religión”. Ágora también tuvo problemas de distribución en Estados Unidos e Italia, pues el Observatorio Antidifamación Religiosa consideró que la cinta de Amenábar promovía el “odio a los cristianos”.