El elevador de Santa Justa es una de las principales atracciones de Lisboa. Desde sus 45 metros de altura permite disfrutar de una de las panorámicas más bellas de la ciudad, pues desde su plataforma, los visitantes pueden contemplar el casco antiguo de Lisboa, el río Tajo, y otros puntos de interés como el castillo de San Jorge.
Sin embargo, atrae a tantos turistas que subir en él puede convertirse en horas de espera. Por no hablar del precio, ya que no es una actividad gratuita. Subir hasta lo más alto de la capital portuguesa tiene un coste de 5,50 €, algo que te puedes evitar si conoces los secretos de la ciudad. De este modo, desde Infobae España desvelamos el truco que te puede hacer ahorrar tiempo y dinero a la vez que disfrutar de la bella panorámica lisboeta.
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El elevador de Santa Justa
El elevador de Santa Justa es una estructura neogótica diseñada por el ingeniero Raoul Mesnier du Ponsard. Se inauguró en 1902 y se concibió inicialmente como un sistema de transporte público que conecta la Baixa Pombalina con el Barrio Alto, dos de las áreas más significativas de la ciudad. Así, destaca su construcción en hierro, material que, en la época de su edificación, era revolucionario para obras de esta naturaleza.
Su diseño arquitectónico está fuertemente influenciado por la Torre Eiffel, reflejando la fascinación por el hierro y la arquitectura industrial del siglo XIX. El interior del elevador está adornado con madera tallada y detalles en bronce, ofreciendo a los pasajeros un viaje no solo entre dos puntos de la ciudad sino también a través del tiempo.
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A lo largo de los años, el elevador de Santa Justa ha sobrevivido a diversos cambios y ha sido testigo de la evolución de Lisboa. Aunque en sus primeros años funcionaba mediante un sistema de contrapesos de agua, fue electrificado en 1907, convirtiéndose en una obra pionera en su género. Actualmente, es operado por Carris, la compañía de transporte público de Lisboa, y sigue siendo una de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad.
El truco para subir al elevador
La opción alternativa que ahorra tiempo y dinero y disfrutar de las mismas vistas es muy sencilla. Tan solo hay que ir a la calle detrás el elevador, la Rua do Carmo, y a la altura del número 29 se ubican unas escaleras que conducen a una pequeña calle. Al fondo de esta se localiza una subida que conduce a la parte posterior del Convento do Carmo. Desde aquí, tan solo hay que subir otras escaleras y cruzar la terraza de un establecimiento para acceder a la pasarela del elevador.
Otra forma de llegar hasta allí es desde la Plaza do Carmo, donde tan solo hay que bordear el convento, que ahora es el museo arqueológico, por la parte derecha. Esto lleva al viajero al mismo punto desde donde hay que subir las escaleras dirección al elevador.