La Unión Europea consensuó este martes su primera directiva sobre violencia de género. Una serie de medidas que buscan prevenir las violaciones, imponer reglas más duras a la ciberviolencia y un mejor apoyo para las víctimas. La normativa reconoce una serie de delitos contra la mujer que serán considerados como tal en todos los Estados miembros, pero no se tipificará penalmente la violación en base a la falta de consentimiento, lo que hubiera elevado el estándar europeo a la ley del “sólo sí es sí” española.
El resultado final no menciona el delito de violación, una reivindicación de países como Francia, Alemania o Hungría, que consideraban que no había base legal para ello. Desde el lado contrario, trece Estados y el Parlamento Europeo al concreto defendían su inclusión. Por ello, el acuerdo ha sido tildado de “una gran decepción” por eurodiputadas como la veterana irlandesa Frances Fitzgerald.
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Aún así, Europa ha celebrado la aprobación de la directiva como “un comienzo y no el final” de la lucha contra la violencia de género. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, celebró anoche el acuerdo y aseguró que se trataba de “un gran paso adelante para los derechos de las mujeres en Europa, que estarán más protegidas”.
Una “desaprovechada oportunidad histórica”
“No entiendo cómo combatir la violencia de género puede ser tan polémico como para que tantos Estados miembros hayan sido un obstáculo y hayan evitado que incluyamos una legislación sobre la violación basada en el consentimiento”, lamentó la socialista sueca Evin Incir, que junto a Fitzgerald ha encabezado las negociaciones sobre esta directiva. La mayoría necesaria era de 15 Estados miembros, que representara al menos el 65 % de la población europeo, pero solo se han obtenido 13 apoyos, entre ellos el de España.
“Cada seis horas muere una mujer en Europa. Ésta es una tragedia social; una pandemia de violencia de hombres contra mujeres, alimentada por la cultura del patriarcado que estamos comprometidos a poner fin.”, enunció la vicepresidenta del Parlamento Europeo, la socialista Pina Picierno. Reconoció que esperaban “un resultado más ambicioso”, con “una directiva que protegiera mejor a las mujeres europeas”. “Personalmente estoy decepcionada e insatisfecha”, afirmó.
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Amnistía Internacional también reprochó el acuerdo, que “queda muy lejos del histórico paso adelante en la lucha contra la violencia basada en el género” esperado. “Recordamos a los gobiernos que esta directiva sólo establece unas normas mínimas y pedimos a los Estados miembros que apunten mucho más alto en su aplicación”, declaró la directora de la Oficina de Amnistía Internacional ante las Instituciones Europeas, Eve Geddie.
Qué supone la primera normativa de la UE sobre la violencia contra las mujeres
La legislación aprobada este martes incluye la criminalización a nivel europeo de ciertas formas de violencia de género y un mejor acceso a la justicia, la protección y la prevención. El acuerdo actualiza y agranda la lista de circunstancias agravantes de los delitos, incluidos delitos contra un periodista o defensor de los derechos humanos, o motivados por la orientación sexual, género, color de piel, religión, origen social o creencias políticas de la víctima. Se imponen normas contra la mutilación genital femenina y el matrimonio forzoso, reglas específicas contra delitos virtuales, como la divulgación de fotos y vídeos de carácter íntimo; mejores procedimientos para la seguridad de las víctimas y una mejora de la presentación de informes y recopilación de pruebas por parte de las autoridades.
La Eurocámara ha logrado una victoria de última hora al incluir en el texto que las campañas de concienciación que los Estados miembros emprendan contra la violación “deben ir dirigidas a aumentar la conciencia de que el sexo sin consentimiento es considerado un crimen” y que el consentimiento “debe darse de manera voluntaria como resultado del libre albedrío de las personas”. La directiva incluye también una cláusula por la que los delitos que quedan bajo el paraguas de la misma se revisarán dentro de cinco años.
Hasta entonces, las eurodiputadas esperan que las campañas que los países de la UE en torno al consentimiento contribuyan a construir una cultura basada en el respeto a ese principio y que las actitudes hacia el delito de violación puedan evolucionar en el próximo lustro. “La pelea no ha terminado. No descansaremos hasta que todos los Estados miembros se deshagan de las leyes obsoletas que definen la violación en función de si se trata de violencia física, amenaza o coerción”, defendió Picierno. “Queremos dejar una sociedad libre de violaciones y donde la autonomía sexual y la integridad corporal de todas las personas sean respetadas y valoradas”.
*Con información de EFE