Desde julio de 2024, todos los coches nuevos vendidos en la Unión Europea deberán incorporar un dispositivo que, sin lugar a dudas, cambiará la manera en la que se investigan los accidentes de tráfico. Este dispositivo, conocido como EDR por sus siglas en inglés (Event Data Recorder), o Registrador de Datos de Eventos, funcionará de manera similar a las cajas negras utilizadas en la aviación desde los años 60, pero esta vez su aplicación será en el ámbito automovilístico.
La implementación del sistema EDR será obligatoria para los turismos clase M1, aquellos con hasta ocho plazas, y los vehículos comerciales clase N1, que incluye camiones y furgonetas con un peso inferior a los 3.500 kg. Importante destacar que esta normativa afectará únicamente a los modelos de nueva matriculación, dejando fuera a los vehículos que ya estén en circulación antes de esta fecha.
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El sistema EDR estará ubicado generalmente bajo el asiento del conductor y operará de forma autónoma, sin requerir intervención alguna por parte de los conductores. De especial interés es el hecho de que no podrá ser desactivado manualmente, y se activará automáticamente ante situaciones como un cambio brusco de velocidad (más de 8 km/h en 0,15 segundos), la activación de los tensores del cinturón de seguridad o el despliegue de los airbags.
Esta caja negra tiene capacidad para registrar datos durante los 30 segundos previos a un accidente y los 5 segundos posteriores, siempre y cuando el vehículo esté encendido. Aunque no registrará audio ni vídeo, sí recogerá alrededor de 15 parámetros críticos como la velocidad, la frenada, la posición del vehículo y el comportamiento de los sistemas de asistencia al conductor en momentos clave.
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Además, se contempla la integración con el sistema de llamada de emergencia eCall, obligatorio en Europa para los coches nuevos desde 2018, para proporcionar una ayuda aún mayor en la investigación de accidentes. Esto fortalece la seguridad sin comprometer la privacidad de los conductores, ya que la UE ha establecido claramente que la información recopilada será propiedad del propietario o conductor del vehículo y se tratará de manera anónima, evitando cualquier referencia directa a la identidad del propietario, incluidos los últimos cuatro dígitos del número VIN.
Solo tendrán acceso a los datos las autoridades
El acceso a los datos registrados por el EDR estará estrictamente limitado. Solo será accesible a través de la propia caja negra o mediante el puerto OBD II del vehículo y exclusivamente por autoridades que lleven a cabo investigaciones de accidentes, cerrando la puerta a cualquier consulta por parte de terceros no autorizados.
Con la introducción obligatoria de la caja negra en los coches nuevos, la Unión Europea abre un nuevo capítulo en la seguridad vial, que promete agilizar y hacer más eficientes las investigaciones de accidentes, al mismo tiempo que plantea un debate sobre la percepción de control que podrían tener algunos conductores. Esta medida, sin duda, establece un precedente para la innovación en seguridad automovilística, pero también para la protección de los datos personales en un mundo cada vez más conectado.