La Seguridad Social ha cerrado el año con casi 21 millones de trabajadores afiliados. En los próximos meses, algunos notarán un pequeño recorte en sus retribuciones, como consecuencia de la subida de la base máxima de cotización. Este indicador mide la remuneración mensual bruta de cada ciudadano, incluidas las pagas extra prorrateadas, las vacaciones retribuidas y las horas extra realizadas. La base de cotización representa lo cobran los trabajadores según el contrato —es decir, en bruto—, no lo que perciben neto cada mes con el ingreso de la nómina. ¿Qué cambios se van a producir en 2024?
En España, la Seguridad Social regula cada cierto tiempo las cotizaciones, estableciendo límites tanto mínimos como máximos de forma anual. Los trabajadores con ingresos más elevados pueden terminar pagando la misma cantidad en concepto de cotizaciones sociales que otros empleados con salarios más bajos, siempre dentro de los límites establecidos. La configuración de esta estructura busca equilibrar la recaudación de las arcas públicas y garantizar la financiación de los servicios públicos y las futuras pensiones. Este marco, no obstante, genera debates sobre la equidad y la efectividad en la distribución de la carga tributaria que tienen que soportar los trabajadores en función de su retribución.
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Las cotizaciones son de carácter obligatorio y todos los empleados tienen que asumirlas indirectamente al suscribir un contrato de trabajo. Los ciudadanos, a cambio, pueden hacer uso de los servicios públicos y garantizar el acceso a determinadas pensiones y subsidios. Las bases de cotización dependen de la remuneración total de cada trabajador, su categoría profesional y las variaciones del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La reforma de pensiones, aprobada en marzo del año pasado por el entonces ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, llega ahora con una serie de cambios significativos en materia laboral. ¿Cómo pueden afectar a los salarios?
Las bases máximas suben este año un 5%
La última reforma de las pensiones propuso, entre otras cosas, ampliar la contribución de los trabajadores con salarios más elevados, motivo por el que programó una serie de aumentos adicionales de las bases máximas por encima de la inflación. La Seguridad Social pretende, con esta medida, financiar el sistema de pensiones y pagar las jubilaciones de los baby boom. El Real Decreto-ley 2/2023, del 16 de marzo, recoge que “desde el año 2024 hasta el año 2050″, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) fijarán el tope máximo de las bases de cotización y sumarán al porcentaje establecido “una cuantía fija anual de 1,2 puntos porcentuales”.
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Este año, la base máxima de cotización ha subido, por lo tanto, un 5%. La cifra resulta de sumar el 3,8% de la inflación y el 1,2% adicional que recoge la normativa. Este incremento tendrá efectos negativos sobre la nómina de ciertos trabajadores. La nueva base máxima de cotización para 2024 será de 4.720,50 euros mensuales y 56.646 euros anuales. De este modo, un trabajador con un salario de, por ejemplo, 18.000 euros anuales, no sufrirá los cambios. Las personas con sueldos que se encuentren entre la base máxima del año pasado —53.946 euros anuales— y la de este año verán una ligera reducción de la nómina.
- En 2023, los trabajadores cotizaban por 53.946 euros anuales y no cotizaban por los 2.054 restantes, aunque sí pagaban impuestos por ello.
- En 2024, cotizarán por los 56.000 euros íntegros, de modo que verán reducido su salario.
Además, existe otro factor que afectará por igual al salario de todos los trabajadores. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) entró en vigor hace apenas un año, con la premisa de mantener el equilibrio entre los jóvenes y la tercera edad, además de fortalecer la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones. Esta aportación reduce ligeramente la nómina de los españoles. Los trabajadores pasarán de destinar el 0,6% de su salario a empeñar el 0,7% apara financiar la hucha de las pensiones.