El impresionante parque natural de Navarra que parece de otro planeta: un paraje semidesértico con 700 kilómetros de senderos

En el sureste de Navarra, lindando con Aragón, se ubica uno de los parajes naturales más singulares de España. Es difícil de creer que tan al norte se ubique un paisaje semidesértico más propio de provincias como Almería, donde se encuentra el desierto de Tabernas, pero las Bardenas Reales rompe con todas las reglas y ofrece al visitante un destino que parece de otro planeta. Esta llanura árida de más de 40.000 hectáreas ha sido declarada Parque Natural en 1999 y Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2000.

Esto no es de extrañar, ya que sorprende gracias a sus paisajes lunares y formas erosivas únicas, que atraen tanto a científicos como a fanáticos de la naturaleza y de la fotografía de todo el mundo. Igualmente, este espacio se ha convertido en un destino ideal para los amantes del deporte, pues cuenta con numerosas rutas que descubren todos sus rincones más especiales. Estas se pueden hacer tanto a pie como en bicicleta, y para distancias más largas existe la posibilidad de hacer recorridos en vehículos a motor. Esto lo convierte en un destino excepcional de turismo activo.

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La singularidad de las Bardenas Reales radica en su proceso de formación, resultado de la erosión del suelo arcilloso, arenoso y yesoso por la acción del agua y el viento a lo largo de millones de años. Este fenómeno ha dado lugar a un paisaje moldeado al antojo de la naturaleza, creando accidentes geográficos tales como cabezos, barrancos, mesetas y cañones. Estos que configuran un horizonte de belleza y particularidad excepcionales donde el viajero es invitado a perderse.

Igualmente, este parque natural se divide en dos áreas, la Bardena Blanca y la Bardena Negra. La Bardena Blanca se caracteriza por ese paisaje lunar donde se pueden admirar los pronunciados barrancos y sus imponentes cerros donde las piedras, llamadas cabezos, vigilan el entorno. Uno de los más destacados recibe el nombre de Castildetierra, aunque también se pueden contemplar el del Fraile o el de las Cortinillas. Por su parte, la Bardena Negra hace referencia a la zona verde del entorno, donde los bosques de pino carrasco contrasta a la perfección con el carácter árido.

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Por si fuera poco, las Bardenas Reales ofrecen una extensa red de caminos, sumando un total de 700 kilómetros disponibles para ser explorados tanto a pie como en bicicleta. Este singular entorno natural, único en su género, invita a la aventura y al descubrimiento de sus paisajes incomparables a través de distintas rutas diseñadas para todo tipo de visitantes.

Una de las rutas más desafiantes y atractivas es la de la Gran Bardena, que se extiende a lo largo de casi 70 kilómetros. Esta travesía constituye una excelente prueba de resistencia y habilidad para los más aventureros, permitiendo, al mismo tiempo, disfrutar de la extraordinaria belleza del paisaje que caracteriza a esta zona semidesértica.

Para aquellos que buscan experiencias menos exigentes, la ruta de Landazuria representa una opción más accesible. Con un recorrido de tan solo 14 kilómetros, este sendero ofrece otra magnífica oportunidad para explorar la Bardena Blanca y descubrir todos los rincones que alberga.

Por su parte, si se desea hacer una ruta a pie, desde la página web del parque natural destacan la del Barranco Cortinas Castildetierra y la de El Fraile, cómo únicas opciones. La de las Cortinillas explican que está cerrada temporalmente. En cuanto a los itinerarios en coche, uno de los más extensos es el conocido como circuito La Blanca (Aguilares).