Diego pagaba 690 euros de alquiler en septiembre de 2023. Ocupaba su piso, ubicado en la calle del Botánico número 9 de Valencia, desde el año 2019, pero se ha visto obligado a abandonarlo y mudarse a Madrid. Tal y como ha contado en su cuenta de Twitter (@Kyuni), el nuevo casero, que compró la vivienda en enero de 2022, intentó subirle el alquiler a 850 euros, por encima del 3 % máximo de incremento pactado para 2024. “Le dije que era ilegal”, asegura Diego en su publicación. “Al final consiguió que me fuese. Ahora está por 1.100 euros”, concluye.
Su publicación en la red ahora conocida como X ha llegado a más de cuatro millones de personas y ha abierto, una vez más, el debate de la vivienda en España. En especial, el acceso al mercado inmobiliario de los jóvenes, cada vez más reducido.
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Según los datos del último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, la tasa de emancipación juvenil en España se sitúa en el 16,3 %, frente al 31,9 % de media de la Unión Europea. Es una leve mejora respecto al año 2022, pero se sitúa muy por debajo de los niveles previos a la crisis financiera del 2008 (26,1 %) o de la pandemia (18,7 %). El estudio achaca la baja tasa de independencia juvenil a la precariedad laboral y los altos precios de la vivienda, tanto en la compra como en el alquiler. Todo ello hace que la edad media de emancipación en el país esté en los 30,3 años.
Salarios bajos y precios inalcanzables
Un piso como el de Diego (de 60 metros cuadrados y una habitación, según la descripción del anuncio en el portal Idealista) se alquila a día de hoy a 1.100 euros al mes. Los sueldos de los jóvenes en España, sin embargo, rondan de media los 1.005 euros netos mensuales, tal y como reflejan los datos del primer trimestre de 2023. Con un precio medio del arrendamiento en 944 euros mensuales, esta situación se ha convertido en la norma general: en seis comunidades autónomas, una persona no puede alquilar una vivienda ni dedicando el 100 % de su salario.
La última subida del Salario Mínimo Interprofesional alivia ligeramente el peso en los jóvenes españoles, pero no lo soluciona: si actualmente el SMI se sitúa en los 1.323 euros mensuales en 12 pagas, el alquiler todavía se llevaría más del 70 % de sus sueldos, cuando el Banco de España aconseja destinar un 30 % de la nómina.
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“Ni siquiera alquilando una habitación en una vivienda compartida las personas jóvenes se libraban de dedicar como máximo el 30,3 % de su salario a la vivienda habitual”, explican desde el Observatorio de Emancipación.
“Me dijo que si no me subía el alquiler, quizá su hija lo necesitaría en el futuro”
Diego se mudó a Madrid a finales de enero de 2024, “triste” por abandonar Valencia. “La de magdalenas que hice en esa cocina. El casero compró el piso sin venir a verlo en enero de 2022. Hasta que vino a firmar la rescisión de contrato ni sabía que tenía lavavajillas. Me dijo que si no me subía el alquiler, quizás su hija lo necesitaría en el futuro cercano”, explica en sus redes sociales.
Las razones que le dio el nuevo casero para el cambio del alquiler es que “no estaba recuperando la inversión tan rápido como le gustaría”, por lo que le propuso subirle el alquiler 150 euros, cuando el límite en ese momento eran 12 euros. “Me intentó explicar que el tope de subidas del alquiler no ayuda a nadie porque nos pone en esta situación incómoda”, relata Diego.
En los comentarios, muchos otros cuentan situaciones similares. “Me fui de Valencia hace unos 6 años y pagaba entonces 160 euros por una habitación en un piso compartido, en una zona bastante céntrica. Menuda salvajada es esto, y descorazonador para los que nos planteamos volver”, comenta Daniel Martínez (@dan_martimarti). Algunos de los mensajes que llegan hablan a favor del propietario a quien quizás “le han subido las cuotas de la comunidad, el IBI, el impuesto del patrimonio” y otros gastos. Otros le escriben cosas “que van desde la falta de empatía a la crueldad pura”, lo que le ha obligado a silenciar la publicación.
La mayoría, no obstante, se compadecen de la situación e incluso algunos le aconsejan “pintar las paredes del piso con una mezcla de huevo y leche”, recomendaciones para intentar bajar los alquileres que ahogan a los jóvenes españoles.