Los detalles del último adiós de Víctor Manuel de Saboya, hijo del último rey de Italia

Víctor Manuel de Saboya, hijo de Humberto II, el último rey de Italia, murió este sábado a los 86 años en Ginebra, donde residía. “A las 7:05 de esta mañana, falleció con serenidad, rodeado de su familia, su alteza real Víctor Manuel”, difundió su casa, dando a entender que en sus últimos días pudo estar acompañado de aquellos que más le querían.

Ahora se ha conocido que su último adiós tendrá lugar el próximo sábado 10 de febrero en su país natal, concretamente en la basílica de Superga, un edificio histórico construído en el siglo XVIII por Víctor Amadeo II de Saboya, ubicado en las cercanías de Turín.

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“El funeral de Víctor Manuel tendrá lugar el sábado a las tres de la tarde, hora en la que será enterrado en la colina de Turín, en la basílica que los Saboya dedicaron a la Virgen de las Gracias”, ha desvelado el canal religioso Tv2000, propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).

En esta basílica se encuentran enterrados buena parte de los miembros de la familia Saboya. Y, aunque allí no está su padre, que descansa en el Panteón de Roma junto a su progenitor, Víctor Manuel II, los restos mortales de Víctor Manuel de Saboya reposarán junto a los de antepasados como Amadeo I de España o el matrimonio formado por Tomislav II de Croacia e Irene de Grecia y Dinamarca, tía de la reina Sofía y tía abuela de Felipe VI.

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En los días previos a su entierro se espera que se realice una capilla ardiente en la Reggia di Venaria Reale, el palacio real de Venaria, ubicado también en los alrededores de Turín y una de las residencias de la familia Saboya. Este edificio, además, tiene un gran valor histórico, pues está inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO desde el año 1997.

La Casa de Saboya encabezó el proceso de Unificación de Italia, culminado en 1861, y ocupó el trono del país hasta la caída del fascismo tras la II Guerra Mundial. El padre de Víctor Manuel, Humberto II, reinó apenas un mes en 1946 tras la abdicación de su progenitor, Víctor Manuel III, que había amparado el ascenso de Benito Mussolini al poder.

Si bien la familia esperaba volver a ocupar su posición, tras la Segunda Guerra, los italianos optaron en el referéndum de 1946 por la proclamación de la república y los herederos varones de la dinastía de los Saboya acabaron en el exilio hasta que, en 2002, el Parlamento italiano permitió su regreso al país. Víctor Manuel, sin embargo, decidió quedarse en Ginebra junto a su familia, donde residían desde hacía décadas.