El suicidio en España y un nuevo plan para combatirlo: “Las estrategias basadas en la justicia social son eficaces”

El número de suicidios en España no deja de crecer año tras año y el Ministerio de Sanidad ha anunciado un plan para buscar su reducción, aunque son muchos los frentes para empezar a lograrlo

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Imagen de archivo de una persona mayor. (EUROPA PRESS)

El pasado viernes, la ministra de Sanidad, Mónica García, anunciaba la puesta en marcha de un Plan de Actuaciones Específicas ante el Suicidio, un proyecto a medio plazo para tratar durante la legislatura y que ampliará las políticas diseñadas por el anterior Gobierno. El foco, aseguró la ministra, será la gente joven, que en los estudios del Instituto Nacional de Estadística (INE) presenta cada año datos preocupantes. Los últimos datos totales revelaban la consolidación del suicidio como la primera causa de muerte externa, por encima de los accidentes de tráfico.

Son muchas las cuentas pendientes y los agujeros a los que se enfrentan los expertos a la hora de tratar a los pacientes que han intentado suicidarse, de ahí el interés del Ministerio de Sanidad de fomentar una estrategia que cambie el actual paradigma. Las líneas de avance más obvias para reducir los suicidios son la inversión en psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública, donde España tiene uno de los ratios más bajos de Europa. Sin embargo, hay otros caminos para alcanzar un futuro más sano.

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Belén González, nombrada recientemente directora del Comisionado para la Salud Mental del Ministerio de Sanidad, un nuevo organismo para diseñar políticas efectivas en la materia, explica a Infobae cuáles serán las políticas a desarrollar y cuáles serán los focos sobre los que corregir y mejorar para reducir las altas tasas de suicidio que tiene España. “El objetivo prioritario del plan es dar respuesta a una preocupación social que radica en el aumento de conciencia sobre el fenómeno del suicidio y de los gestos parasuicidas, especialmente en jóvenes. Esta preocupación social no responde a un aumento significativo de los datos globales, sin embargo, se trata de una demanda a la que hay que responder desde la responsabilidad democrática”, arguye González.

Para ello, la directora plantea mejorar la información sobre las personas que han optado por quitarse la vida e indagar en lo más básico para saber “qué situaciones vitales conducen a tomar” esa decisión. A estas problemáticas quieren sumar más conocimiento sobre las víctimas y pacientes y así hacer un seguimiento que genere información útil para prevenir suicidios. “Conocemos algunos determinantes sociales que están relacionados con el suicidio, como la violencia de género, pertenecer a grupos marginalizados o los bajos ingresos”, explica Gonzalez a Infobae.

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“Aquellas sociedades donde se han implementado medidas encaminadas a mejorar la integración social presentan unas menores tasas de suicidio. Las estrategias transversales basadas en enfoques de justicia social son eficaces”, sostiene la directora de la comisión del Ministerio de Sanidad, que asegura además que “todas estas medidas se van a sumar a las que ya estaban en marcha previamente, como el apoyo a las medidas específicas dentro de las redes de asistencia a la salud mental, el teléfono 024, o los grupos de expertos sobre el tema”.

Conocer los motivos de un suicidio para llegar al problema

Toda esta maraña de propuestas requieren un complejo desarrollo técnico, político y social. Hace unos años el suicidio era una cuestión tabú y ahora el abordaje resulta un pasillo oscuro donde no hay datos para acertar en los diagnósticos. Javier Jiménez, portavoz de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicido y Familiares y Allegados en Duelo por Suicidio (RedAIPIS-FAeDS), pone sobre la mesa los primeros pasos a dar para acercarse al tratamiento ideal. “La cuestión de los suicidios hay que pensarla como una pirámide. Necesitamos una buena base y para eso necesitamos saber los datos reales de suicidios”, cuenta a este medio.

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Los datos oficiales del INE dicen que en 2022 se suicidaron en España 4.227 personas, pero hay estudios que aumentarían la cifra hasta en 1.000 personas más, extrapolando datos basados en los publicados por los Institutos de Medicina Legal. “Y eso que hablamos de la punta de la pirámide, que es el suicidio. Luego están los intentos y las ideaciones suicidas. Te puedes tirar una semana buscando cuánta gente intenta suicidarse en España, que es imposible encontrar el dato. Nadie sabe cuántos intentos de suicidios hay en España”, critica Jiménez.

Parte de esa mejoría en los datos debe correr a cuenta del INE. Hasta la fecha, solo divide en cinco registros a las personas que se suicidan en España: edad, sexo, comunidad autónoma, método utilizado y mes en el que se han quitado la vida. No se profundiza en tipo de trabajo, salario, estado civil o si pertenece a algún colectivo vulnerable. Los expertos aseguran que la ciencia no puede acercarse a ningún análisis preciso hasta que las fuentes de datos sean más completas. Tal vez entonces las preguntas acertadas den respuestas concretas y la verdad salga a la luz: el mercado laboral, la soledad, el exceso de redes sociales, el sistema económico. Las respuestas abrirán un melón crucial y tal vez todo se constate la necesidad de hacer una enmienda a la totalidad del sistema. Tal vez se trate de eso.

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