Más fragatas F-110 y otros dos submarinos S-80: la Armada desvela sus planes para la próxima década

La Armada está inmersa en distintos proyectos para modernizar su flota de superficie y submarina mediante la incorporación de nuevos y más avanzados buques con los que reemplazar, a lo largo de esta década, a las embarcaciones que ya están en el fin de su vida útil. Sin embargo, el objetivo de la fuerza naval, para más allá de 2030, radica en pasar de una política de sustitución de unas unidades por otras a una centrada en incrementar el número de activos. “Hasta ahora estamos renovando un buque por otro. Si el Gobierno mantiene el compromiso de aumentar el presupuesto (en defensa) hasta el 2% del PIB en 2029, no queda más remedio que aumentar la entidad de la Fuerza”, ha asegurado el jefe de Apoyo Logístico de la Armada (AJAL), almirante Ricardo Hernández.

En este sentido, Hernández ha señalado que entre los planes de la fuerza naval española figuran incorporar tanto más fragatas F-110 como submarinos S-80. “Tenemos en mente, pensando en la siguiente década, una sexta y séptima F-110, un quinto o sexto S-80 y uno o dos buques anfibios más”, ha detallado el AJAL durante un evento organizado por El Confidencial en Córdoba.

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Otro de los puntos importantes sobre los que ha opinado el almirante es la necesidad de contar con más personal, “condición sine qua non” para llevar a cabo los programas de adquisiciones. “La cuestión económica se ha resuelto de una manera radical porque ha aumentado la inversión, pero no podemos hacer lo mismo con el personal porque hay que formarlo y darle cabida de forma escalonada en el largo plazo. Estamos hablando de unos 10 o 15 años”, ha asegurado.

El Gobierno de España ha destinado 4.320 millones de euros para la construcción de las futuras fragatas de la Armada. El Ministerio de Defensa ha decidido que los cinco buques lleven nombres de marinos ilustres de la historia naval del país; así, a la F-111 Ramón de Bonifaz, actualmente en construcción, se le sumarán la F-112 Roger de Lauria, F-113 Menéndez de Avilés, F-114 Luis de Córdova y F-115 Antonio Barceló.

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Las cinco fragatas, que sustituirán a las F-80 que están en el final de su vida útil, están concebidas para ser escoltas oceánicos multimisión con capacidades de guerra antisubmarina y pensados para poder operar en escenarios de alta intensidad próximos a las costas. De esta manera, serán el complemento de las actuales fragatas F-100, escoltas oceánicos de gran capacidad antiaérea. Ambas familias de embarcaciones serán las responsables de proteger al portaaviones Juan Carlos I.

En los últimos días, la empresa pública Navantia, encargada en la construcción de los navíos, realizó satisfactoriamente las pruebas del primer grupo generador de los motores de la F-111. “Durante los cuatro días que duró la prueba, se verificaron todos los requisitos de contrato especificados por nuestro cliente, entre los que sobresalen la prueba de carga a distintas potencias y condiciones, ruido estructural, vibraciones torsionales, ruido aéreo y vibraciones laterales”, explicaron desde el astillero.

Las F-110 contarán con un amplio armamento compuesto por un cañón principal en la proa de 127 milímetros, desarrollado por la empresa italiana Leonardo, y estaciones remotas de 12,7 y 30 milímetros de la familia Sentinel, diseñada por la compañía española Escribano. Al mismo tiempo, tendrán instalado un sistema de lanzamiento vertical de 16 celdas desde donde se despegarán misiles antiaéreos Harpoon de la firma Boeing y ESSM de la también estadounidense Raytheon. Esta última empresa también suministrará torpedos MK54.

Una de las principales innovaciones de estas embarcaciones es el denominado gemelo digital: una réplica del buque en realidad virtual que recibirá datos en tiempo real de todos los sensores, lo que permitirá al personal en tierra conocer una amplia variedad de parámetros y realizar un mantenimiento predictivo para adelantarse a posibles fallos. Asimismo, serán las primeras unidades de la Armada en contar con un sistema integrado de ciberseguridad.