El campo ha dicho basta. Más de un millar de tractores llegados desde distintos puntos de Europa -también desde España, donde los agricultores han anunciado un calendario de movilizaciones- han inundado las calles de Bruselas, donde se está celebrando la cumbre de líderes de la Unión Europea, con el objetivo de reclamar más apoyos para el campo y denunciar los altos costes que dicen afrontar para cumplir con los nuevos objetivos climáticos y de sostenibilidad comprometidos por los 27.
Los primeros tractores ya empezaron a instalarse anoche en los alrededores de la sede del Parlamento Europeo en Bruselas y desde las 6:00 horas de hoy se podían escuchar las bocinas de la comitiva también en los aledaños del edificio principal de la Comisión Europea, que se encuentra frente al Consejo, donde hoy se reúnen los líderes europeos, aunque no podrán acercarse demasiado debido al perímetro habitual de seguridad que se instala para las cumbres.
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Aunque la política agrícola no era parte de la agenda de los líderes -que se han dado cita para tratar de convencer al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de que levante su veto a una ayuda común de 50.000 millones en cuatro años a Ucrania-, algunos de los mandatarios han adelantado que quieren que este asunto sea discutido también. Según el primer recuento de la Policía de Bruselas al menos un millar de tractores se concentran a primera hora del jueves en las calles que rodean el barrio europeo, incluido en la plaza que da acceso a la entrada principal del Parlamento Europeo y las calles de las inmediaciones del Consejo a dónde están llegando los jefes de Estado.
“Esta no es la Europa que queremos” o “Hartos de promesas, queremos actos”, son algunos de los lemas que se pueden leer en distintos idiomas en las pancartas que exhiben los agricultores en la plaza de Luxembourg, frente al Parlamento Europeo, en donde los manifestantes han quemado varios neumáticos y están provocando los primeros altercados y daños.
Cumbre de líderes de la UE
Las protestas de agricultores en varios países europeos y las reservas de países como Francia e Irlanda al acuerdo de libre comercio con Mercosur se han colado en la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la que inicialmente el asunto central era presionar al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, para que levante su veto a la ayuda común de 50.000 millones en cuatro años para Ucrania.
Francia reclama que se añadan al pacto las llamadas “cláusulas espejo” para garantizar que los contingentes que lleguen al mercado europeo de los socios del Cono Sur lo hagan cumpliendo las mismas reglas fitosanitarias, medioambientales y sociales que los productores europeos. Una queja que repiten los agricultores que desde hace días se manifiestan en países como Francia, Bélgica e Italia; y que también apoya Irlanda.
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Según fuentes del Elíseo, Macron habló la pasada semana con la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, para reclamar que se cesen de inmediato las negociaciones que conduce Bruselas en nombre de los 27 con Mercosur para desbloquear el acuerdo con una declaración aneja que refuerce las garantías medioambientales y de lucha contra la deforestación del pacto.
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha asegurado que “no sería justo” que la Unión Europea “imponga” elevados requisitos medioambientales a los productores europeos y “luego se permita importar a otros” sin las mismas obligaciones. El líder irlandés también ha confirmado que aunque las protestas agrícolas no son parte de la agenda oficial de los mandatarios europeos sí estará presente en la cumbre, porque es un asunto del que ya discutieron algunos de ellos la víspera, en la cena de líderes que el jueves se celebró en el propio Consejo y a la que asistieron una veintena de los 27, entre los que no estaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
También el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, ha dicho que las reivindicaciones de los agricultores deben ser discutidas por los líderes europeos porque “sus preocupaciones son en parte legítimas” y es necesario asegurarse de que los agricultores son “socios” en los esfuerzos necesarios para la transición ecológica. “Debemos asegurar que reciben precios justos por los productos de calidad que producen y que la carga burocrática que recae sobre ello sea soportable”, ha dicho De Croo a la prensa a su llegada a la cumbre extraordinaria que se celebra en Bruselas.
En un intento por calmar los ánimos de los agricultores y a pocos meses de las elecciones europeas de junio, la Comisión Europea ofreció el miércoles aplazar un año la obligación para los agricultores de reservar una parte de las tierras de cultivo a barbecho para recibir parte de los apoyos de la Política Agraria Común (PAC). Para poder acogerse a esta flexibilidad, no obstante, los productores deberán reservar una parte de sus tierras a otros cultivos beneficiosos para la salud del suelo.
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Calviño dice que “no se pueden cerrar los ojos”
La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, ha subrayado que “no se pueden cerrar los ojos” ante las protestas de los agricultores europeos. Tras ser preguntada por si es el momento “de mirar atrás o de calibrar” las consecuencias que están teniendo la apuesta por el futuro sostenible UE, Calviño ha manifestado que “el reto no es menor” y que “no se pueden cerrar los ojos ante él”. “Tenemos que gestionar bien la transición”, ha augurado Calviño, al tiempo que ha asegurado que los agricultores son “protagonistas” de ésta “porque el sector agroalimentario es clave para el suministro alimenticio”.
En términos globales, la presidenta del BEI ha asegurado que “desde Europa, cuidan a sus agricultores”, a la par que ha considerado “curioso” que en cada uno de los países las razones de las movilizaciones son “relativamente distintas”. En referencia a España, Calviño ha manifestado que la fuerza del país “es el mercado interior y hay que protegerlo” y, además, ha dicho que “los productos españoles, como los del resto de la UE, son excelentes”.