El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha descartado modificar la ley de amnistía tal como pide Junts. En una comparecencia desde Bruselas al término de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, el líder del Ejecutivo ha defendido el actual texto de la norma. La ley tendrá que volver a ser debatida en la Comisión de Justicia después de que Junts impidiera aprobarla ante la negativa del PSOE a incluir las enmiendas de los independentistas para perdonar todos los delitos de terrorismo y de alta traición al Estado asociados al procés catalán.
En este sentido, Sánchez ha sido claro. La ley no necesita ningún retoque porque el texto en el que se ha trabajado durante los seis últimos meses es “valiente, reparador y constitucional”. “El objetivo es que del Congreso salga así”, ha declarado. Si bien, también ha querido mandar un mensaje a Carles Puigdemont ante el riesgo de que quede fuera de la amnistía por las diferentes decisiones judiciales tomadas al albur de la tramitación de la norma en el Congreso.
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“Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo, y con este proyecto de ley, estoy convencido: van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados porque no son terroristas”, ha sostenido tras ser preguntado sobre el futuro de la norma, que está en punto muerto ante la exigencia de Junts a reforzar el blindaje a Puigdemont.
Junts se descolgó del consenso del resto de partidos favorables a la norma porque quiere asegurarse una “amnistía integral”, pero PSOE, ERC y los demás socios defienden la solidez del texto legislativo. De hecho, los independentistas republicanos inciden en que el rechazo a la ley supone “caer en las trampas y las maniobras de los jueces”. “Estarán siempre estas maniobras de los jueces, esta obsesión de algunos de los jueces de la cúpula judicial, haya las leyes que haya”, asestó la portavoz de ERC en el Parlament, Marta Vilalta.
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Antes de dejar clara su postura, Sánchez ha contextualizado su política de normalización en Cataluña para “resolver una crisis constitucional y territorial que no provoqué yo porque no estaba en el gobierno; probablemente la más grave de la democracia”. “Hemos intentado por todos los medios superar este trauma colectivo de 2017″, ha señalado para referirse a los indultos a los líderes del procés en 2021 y a la actual ley de amnistía, “el paso definitivo, un paso que tiene un amplio consenso en la sociedad que más ha sufrido, la sociedad catalana”, ha valorado.
Relativiza el choque con Junts
De cara a la prórroga de las negociaciones sobre la amnistía en el Congreso, el Gobierno augura que el plantón ante Puigdemont escenificado este martes en el Congreso se mantendrá. Tanto en Moncloa como en Ferraz tienen claro que no aceptarán los cambios que propone Junts y trasladan la presión sobre los de Carles Puigdemont.
Más allá de tratar de arrastrar a Junts hacia sus posiciones y no ceder ante sus nuevas exigencias, el PSOE confía en que este pulso pueda beneficiarle como revulsivo en la campaña de las gallegas, donde arrebatar la mayoría al PP supondría un doble golpe de efecto: despojar a los populares de su feudo y dejar tocado al líder del PP, que fracasó en su intento de llegar a la Moncloa tras abandonar la Xunta.
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Aunque el órdago de Junts pone en peligro la propia norma (la principal baza de los independentistas para sostener en pie al Gobierno de Pedro Sánchez), el reto de unos nuevos presupuestos y, por ende, la estabilidad de la legislatura, el Gobierno seguirá sacando pecho de su actitud frente a Junts.
En este sentido, Sánchez ha querido relativizar el primer desencuentro de la legislatura con los posconvergentes, asegurando que no está en peligro la estabilidad del periodo legislativo. “La complejidad no es una excusa para no avanzar, sino el día a día para avanzar como lo hicimos en la anterior legislatura”, la cual no era “más difícil” que la actual con la pandemia y la guerra en Ucrania.