El legado británico de Huelva: una ruta cultural a través de algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad

Si han viajado a Huelva seguramente conozcan las minas de Río Tinto. A día de hoy son uno de los principales atractivos de la provincia y no es para menos, pues representan uno de los yacimientos mineros más antiguos de la historia, con evidencias de extracción que datan de hace más de 5000 años. Este impresionante complejo minero toma su nombre del río que atraviesa la zona, conocido por las singulares tonalidades rojizas de sus aguas, resultado de la oxidación de los minerales de hierro disueltos.

La explotación de Río Tinto ha sido continua a lo largo de los siglos, comenzando con los tartesos, seguidos por fenicios, griegos, romanos. Sin embargo, su período de esplendor llegó a lo largo del siglo XIX, cuando numerosas empresas británicas desembarcaron en estos yacimientos, dando lugar a una impresionante industria minera. Así, estas compañías formaron varios consorcios, como el conocido como RioTinto Company Limited, lo que supuso la compra de las minas de Río Tinto al Estado español.

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Actualmente, su actividad está exclusivamente dedicada al turismo, pero su legado permanece en forma de monumentos e increíbles infraestructuras. Esto se debe a que la llegada del capital inglés no solo reactivó la minería en el siglo XIX, sino que trajo consigo numerosos avances tecnológicos que conforman un legado patrimonial y social excepcional. De este modo, la ciudad de Huelva cuenta con numerosos espacios que cambiaron la fisionomía y la vida de la ciudad, y que actualmente constituyen una de las principales actividades en la región.

Esta se conoce como la ruta del legado británico en Huelva, un recorrido que permite conocer los lugares emblemáticos donde actuaron las principales compañías mineras británicas, explorando la impresionante arquitectura e ingeniería industrial que aún se conserva y que rinde homenaje a la prosperidad y el legado de esa época.

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El Muelle de Tharsis se erige como un ícono simbólico de la ciudad de Huelva, representando un destacado ejemplo del diseño y la tecnología europea de vanguardia en el ámbito de la ingeniería civil a finales del siglo XIX. Situado en el núcleo de la Ría de Huelva, este monumento es visible desde diversas ubicaciones de la ciudad. Sin embargo, en la actualidad, el acceso al mismo se encuentra restringido.

Construido en 1874, es uno de los mayores hitos arquitectónicos de Huelva. Su finalidad fue dar salida al mineral extraído en las minas del norte de la provincia. Se trataba de un “muelle de carga por gravedad”, un sistema que consiste en disponer de tres niveles con rampas ascendentes y descendentes. Con un emplazamiento envidiable, permite adentrarse en plena desembocadura del Río Odiel en un agradable paseo que muestra unas impresionantes vistas de toda la ría.

Este emblemático edificio se comenzó a construir en 1881, levantándose inicialmente cuatro pabellones, de los cuales tres siguen en pie. Presentan estilos divergentes y separados por jardines meticulosamente diseñados. Estos jardines fueron embellecidos con especies vegetales importadas de territorios bajo influencia inglesa, así como con flora local, y engalanados con la pintoresca fuente de los Tritones. El 26 de junio de 1883, el complejo fue oficialmente inaugurado, marcando el comienzo de su historia.

Posteriormente, en 1896, la Riotinto Company Limited tomó la decisión de trasladar sus oficinas y el alojamiento para su personal directivo a este lugar, momento desde el cual comenzó a ser conocido popularmente como “Casa Colón”. Por un tiempo, el edificio fue considerado uno de los hoteles de lujo más prestigiosos. Hacia el final del siglo XX, el Ayuntamiento de la ciudad procedió a adquirir el inmueble, que hoy día desempeña un importante papel cultural en la comunidad.

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Quizá uno de los mayores legados ingleses en la provincia de Huelva es la herencia del futbol. De este modo, el Estadio Nuevo Colombino, inaugurado en el año 2001, es la casa del Real Club Recreativo de Huelva. Cuenta con unas instalaciones modernas y funcionales y es que da la casualidad de que esos terrenos fueron los mismos en los que se comenzó a jugar al fútbol en la ciudad allá por el siglo XIX.

A finales del siglo XIX, la Estación de Sevilla de Huelva comenzó a dar servicio a todos los onubenses. Diseñada en el distintivo estilo neomudéjar, la estación recibió su nombre debido a que se sitúa en el punto terminal de la línea férrea que conecta Huelva con Sevilla, consolidándose como un emblema arquitectónico e histórico de la ciudad.

Explorar el barrio Reina Victoria es sumergirse en una atmósfera decimonónica, donde la esencia industrial, minera y británica de la historia de Huelva cobra vida. Este sector, conocido afectuosamente por los habitantes de la localidad como el “Barrio Obrero”, invita a sus visitantes a un viaje en el tiempo a través de sus calles, ofreciendo una experiencia única de inmersión en el legado histórico y cultural de la ciudad.

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En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Sicilia emergió como un enclave de vital importancia estratégica. Fue en este escenario donde se desarrolló una de las operaciones de engaño más ingeniosas por parte de los británicos: la creación de la figura de “William Martin”. Aparentemente nacido en Cardiff en 1907 y con gustos cotidianos, la vida de Martin tomó un giro trágico cuando supuestamente murió en un accidente aéreo en 1943, cayendo en las frías aguas del Mar Mediterráneo.

Sin embargo, la verdad era que William Martin nunca existió; fue el eje central de una operación militar británica diseñada para desorientar al bando alemán. Esta estratagema tenía como objetivo dispersar las fuerzas alemanas, distrayéndolas de Sicilia, y facilitar el desembarco aliado en la isla. La tumba de este ficticio “Mayor Martin” se halla en el Cementerio de “La Soledad” en Huelva, donde puede ser visitada, sirviendo como recuerdo de las complejas maniobras utilizadas durante el conflicto.