El etiquetado con el que la Dirección General de Tráfico categoriza a los coches es una medida que beneficia a los modelos más eficientes del mercado. Esta clasificación conlleva ventajas de movilidad en las zonas de bajas emisiones. Sin embargo, dentro de esta normativa existe una excepción que favorece a los vehículos con más de treinta años de antigüedad que pueden ser catalogados como históricos.
Estos coches se consideran piezas únicas, por esta razón, la administración considera que son un bien a conservar, por eso, disfrutan de ciertos privilegios, entre los cuales destaca la posibilidad de circular por las zonas de bajas emisiones. Esta excepción en las regulaciones de la DGT no solo reconoce el valor histórico de estos automóviles, sino que también protege a los vehículos clásicos.
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Estos son los coches que serán históricos
Audi TT: hizo su debut en el año 1998 y desde entonces ha consolidado su posición como un verdadero ícono de la marca. La primera generación del Audi TT Coupé dejó una huella imborrable en el sector, ya que presentó una extensa gama de motores que lo convirtieron en una opción versátil.
Los motores disponibles en la primera generación incluían potentes opciones de cuatro cilindros, con una gama de potencias que iba desde los 150 hasta los 225 CV. La diversidad de motores permitía a los clientes elegir el nivel de potencia que mejor se adaptara a sus preferencias de conducción.
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Fabricados en Hungría, estos vehículos no solo destacaban por su rendimiento, sino también por su atención al detalle en cuanto a equipamiento. El Audi TT Coupé ofrecía una amplia variedad de opciones de equipamiento, permitiendo a los compradores personalizar su vehículo según sus necesidades y gustos.
BMV Z3: salió a la venta en el año 1996 bajo la marca BMW. Una característica notable de este modelo fue que se convirtió en el primer BMW fabricado fuera de Alemania, específicamente en los Estados Unidos. El coche se distinguió por su diseño único.
Cuando se lanzó al mercado, el BMW Z3 estaba disponible con motores de cuatro cilindros que proporcionaban un buen equilibrio entre rendimiento y eficiencia. Sin embargo, en abril de 1997, BMW introdujo motores de seis cilindros en las versiones 2.8 y 3.2.
Honda S2000: Honda dejó huella cuando se lanzó en el año 2000. Lo que realmente hizo que este automóvil destacara fue su capacidad para alcanzar las 9.000 revoluciones por minuto. A diferencia de algunos de sus competidores en el mercado, el Honda S2000 se distinguió por su diseño más discreto. Sin embargo, el coche resultó ser ágil y ligero.
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A pesar de su popularidad y atractivo, el Honda S2000 tuvo un período de venta relativamente corto, limitándose a apenas diez años.
Mercedes-Benz SLK: hizo su debut tras su presentación en el Salón de Turín en 1996. La prestigiosa marca tenía como objetivo crear un nuevo deportivo más compacto en comparación con el lujoso SL. El resultado fue un automóvil que combinaba la elegancia de un coupé con la emoción de un descapotable.
Cuando se lanzó al mercado, estaba disponible con dos opciones de motores de cuatro cilindros. Más tarde, la gama se expandió con la introducción de motores V6 de 3.2 litros que ofrecían un mejor rendimiento.
Porsche Boxster: conocido como 986, se lanzó al mercado en 1997. Esta generación del Boxster se destacó por su enfoque técnico. Además, presentaba un diseño diferente, un trasero corto y salidas de escape centrales, lo que le confería una apariencia deportiva y elegante al mismo tiempo.