A lo largo de la costa mediterránea y en la región de los Pirineos, se encuentran numerosos pueblos que destacan por su belleza y su valor patrimonial. Así, el sur de Francia está salpicado con localidades que cuentan con estas características y gracias a su cercanía con España se convierten en destinos perfectos para un viaje de fin de semana. De este modo, el viajero puede contemplar una arquitectura medieval única, además de disfrutar un patrimonio natural impresionante.
En este sentido, de todas las hermosas villas que se pueden encontrar, destaca una que se localiza apenas a diez minutos de la frontera con España. Estamos hablando de Saint-Jean-Pied-de-Port, una hermosa localidad que es la capital de la Baja Navarra y una emblemática etapa del Camino de Santiago. Su hermoso conjunto monumental se traduce un trazado medieval rodeado de murallas, donde las estrechas calles muestran una arquitectura maravillosa.
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Un fuerte del siglo XVII
Saint-Jean-Pied-de-Port se ubica en la región de Nueva Aquitania, y se caracteriza por su gran importancia histórica y cultural. Fundada en el siglo XII, se erige como una de las paradas esenciales en el Camino de Santiago francés, siendo el punto de partida de la ruta de Roncesvalles, una de las más transitadas por los peregrinos que se dirigen hacia Santiago de Compostela.
Esto se debe a su posición estratégica, pues se ubica al pie del paso de Roncesvalles, en los Pirineos. Este hecho geográfico no solo ha marcado su historia como un lugar de tránsito para peregrinos, sino que también ha sido escenario de numerosos eventos históricos ligados a las rutas comerciales y militares entre Francia y España.
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Por su parte, entre sus principales atractivos destaca su imponente ciudadela. Fue construida en el siglo XVII bajo las órdenes del famoso ingeniero militar Vauban, sirviendo como defensa contra las invasiones y ataques. Este monumentos es la mejor forma de conocer la villa, pues gracias a su situación se pueden disfrutar de unas vistas de escándalo.
Un paseo por el pueblo
Aparte de la ciudadela, Saint-Jean-Pied-de-Port se caracteriza por su recinto amurallado. En él, las callejuelas conducen a espacios tan icónicos como el puente medieval sobre el río Nive. Este puente, conocido como el Puente Romano a pesar de sus orígenes medievales, ha sido durante siglos un símbolo de la ciudad y un testimonio de su larga historia. Su estructura de piedra y sus arcos emblemáticos lo convierten en un lugar de interés para quienes buscan conectarse con la historia y la tradición del Camino de Santiago.
La calle principal, la calle de la Ciudadela, se extiende desde la puerta de Saint Jacques, otra joya arquitectónica, hasta la ciudadela. Esta calle, flanqueada por antiguas casas de piedra con sus característicos tejados rojos, está llena de tiendas, restaurantes y albergues destinados a los peregrinos y turistas. Cabe destacar que la puerta de Saint Jacques está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En la misma calle de la Ciudadela se ubica otro de los atractivos más importantes del pueblo. Se trata de la iglesia de Notre-Dame du-Bout-du-Pont, el segundo edificio gótico más relevante del País Vasco francés, solo superado por la catedral de Bayona. Igualmente, otra parada imprescindible es la prisión de los Obispos, en la que se puede disfrutar de un museo que alberga una exposición permanente dedicada a los caminos de Santiago en la época medieval.
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Cómo llegar
Desde Roncesvalles, el trayecto hasta Saint-Jean-Pied-de-Port es de alrededor de 35 minutos por las carreteras de Francia, la N-135 y D933. Por su parte, desde Pamplona el viaje tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por las vías de Francia y la N-135.