“Bájate del coche ahora mismo”. Con estas palabras tan claras, Auri logró que un pasajero abandonara el taxi que ella conduce cuando lo sorprendió masturbándose en el asiento trasero. Ocurrió el sábado y la conductora decidió interponer una denuncia ante la Guardia Urbana de Barcelona. Sin embargo, este incidente ha vuelto a poner sobre la mesa una de las preocupaciones más importantes de los últimos años entre los trabajadores del sector del taxi: la inseguridad.
El enfrentamiento entre Auri y el pasajero se intensificó cuando esta le advirtió que el vehículo estaba equipado con una cámara de seguridad que registraba sus acciones. Esta advertencia fue suficiente para que el hombre decidiera abandonar el taxi de manera inmediata.
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No obstante, más allá de este incidente concreto, Auri subraya que la cámara en su vehículo se ha convertido en su única medida de protección frente a la creciente sensación de inseguridad que asegura experimentar de manera regular en su trabajo como conductora de taxi.
La preocupación de Auri no es la única y está más que justificada. La taxista explica que este pasajero era un exhibicionista, pero también señala el temor de que alguien con este tipo de comportamiento pueda evolucionar hacia comportamientos más peligrosos, como la agresión sexual. Su relato destaca la necesidad de abordar de manera efectiva la seguridad en el sector del taxi, donde los conductores a menudo se enfrentan a situaciones incómodas o potencialmente peligrosas durante su jornada laboral.
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Auri también critica la actuación policial en su caso, ya que la Guardia Urbana tardó hasta 40 minutos en llegar al lugar de los hechos y, según afirma, le dijeron que no podían intervenir de inmediato debido a su asistencia a una manifestación. Esta respuesta completamente deficiente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, le hizo sentir indefensa y desamparada.
En respuesta a estas preocupaciones, el Institut Metropolità del Taxi (IMET) está luchando por autorizar la instalación de cámaras en los taxis de los conductores. Según Auri, esta medida proporcionaría una mayor seguridad a los trabajadores del taxi y disuadiría a posibles agresores o situaciones como la que ha tenido que soportar esta trabajadora.
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El testimonio de Auri refleja la creciente inquietud en el sector del taxi y la necesidad de tomar medidas para garantizar la seguridad de los conductores. El debate sobre la autorización de cámaras de seguridad en los vehículos y la mejora de la respuesta policial son temas que desde el sector del taxi, aseguran, deben abordarse con urgencia para mantener la seguridad de los trabajadores y pasajeros en el transporte público.